Londres, 14 mar (dpa) – Un beso en la mejilla durante un acto benéfico o un abrazo en un partido de rugby: cualquier aparición pública del príncipe Harry con su novia Cressida Bonas es suficiente para desatar las especulaciones sobre una posible boda.
El tema ha traspasado las fronteras de la prensa del corazón y el rumor alcanza ya a casi todos los medios, para los que un matrimonio entre el príncipe, de 29 años, y la joven, de 25, sería una excelente noticia.
Pero si se mira la relación entre el príncipe Guillermo (31) y Catalina (32), no hay nada que se pueda asegurar con seguridad en la vida amorosa de los Windsor. Porque el circo de especulaciones no es nada nuevo. Guillermo y Catalina salieron juntos siete años antes de que llegara el compromiso. Los «expertos» lo habían anunciado decenas de veces, y siempre habían fallado.
Con Harry y Cressida, que estarían juntos desde hace unos dos años, los medios estudian los mismos presuntos signos que con Guillermo y Catalina. El pasado otoño (boreal) Cressy, como la llaman cariñosamente, estuvo de visita en la residencia campestre de la reina Isabel II en Sandringham.
Diarios como el «Sun» recordaron que en los primeros momentos de su relación también fue presentada así a la familia Catalina. Con ello, Cressida habría obtenido el sello aprobatorio de la Casa Real. Pero más tarde se supo que la visita del fin de semana se produjo junto con un gran grupo de amigos.
Luego siguieron las especulaciones acerca de que Cressida podría pasar Navidad con la familia real, algo que supuestamente hizo Catalina antes del compromiso. Pero nunca se la vio en palacio durante las festividades.
Después de que a principios de año se hablara de una ruptura, Harry y su novia acudieron juntos el pasado fin de semana a dos actos, y las fotos inundaron los periódicos. Así como el rumor de que la joven sería invitada este verano a la residencia de Balmoral, en Escocia. Allí estuvo Catalina con sus padres unos meses antes de la pedida de mano.
A primera vista, Catalina y Cressida no tienen mucho en común. Mientras que la primera siempre está perfectamente vestida y peinada, y terminó estudios de Historia del Arte en la universidad, Cressy es conocida por su estilo rockero y su melena rubia sin complicaciones. Tiene una formación como bailarina pero trabajaría actualmente en Londres en temas de marketing. Catalina procede de una familia de clase media acomodada, mientras que Cressida es la hija de una noble con un pasado rebelde y cuatro ex maridos.
Pero podría haber paralelismos en las relaciones de ambas. Se cree que Harry quiere imitar a su hermano mayor y dejar pasar mucho tiempo en la relación antes de casarse. Tras la desastrosa experiencia de su padre Carlos, enfrentado en una auténtica «guerra de los Rose» con su madre Diana durante años, y la alta tasa de divorcios entre sus tíos y tías, es bastante probable que Harry se lo piense muy bien antes de dar el paso.
Harry no parece un joven de relaciones breves pese a su fama de seductor y «chico malo» de la Casa Real. Con su ex novia Chelsy Davy estuvo seis años. Antes de Cressy se dijo que Harry estuvo con una modelo de ropa interior, pero salvo algún desliz no hubo mayores escándalos en la vida amorosa del cuarto en la línea de sucesión al trono británico.
Presuntos «amigos» confían a medios poco serios como el «Daily Star» y el «Daily Express» que Harry quiere una familia y tener hijos pronto. Pero también en este caso vale lo que dijo un portavoz de Guillermo poco antes de su boda con Catalina: «El que sabe algo, calla; y si alguien dice algo es un signo de que seguro que no sabe nada».
Por Britta Gürke