El tedioso asedio del Covid-19 supuso un punto muerto para todas las actividades deportivas, especialmente las de equipo. Pero, tras una desescalada más o menos victoriosa, y toda la energía acumulada en cada músculo, es hora de poner el cuerpo y la mente en el terreno y explotarlos en un torneo como los que ofrece ESEI.
De la pandemia la resurrección deportiva
La pandemia del coronavirus supuso una paralización de muchas de las actividades de nuestra sociedad. Desde todo cuanto atañe a la pura gestión económica y mercantil, hasta las actividades de ocio o deportivas que, a causa del confinamiento, debieron extirparse indefinidamente de nuestras vidas. Añadido ello, y ya pasada la desescalada, las medidas de protección e higiene contra el contagio, así como las normativas para evitar aglomeraciones, han supuesto un verdadero contratiempo. No obstante, se han realizado muchos esfuerzos para que ciertos deportes, como los Torneos de fútbol base, cuyo objetivo es el de refinar la experiencia y la técnica futbolísticas para los más jóvenes, puedan salir adelante.
Asimismo, la población, en especial la juventud, ha ido cargando durante la cuarentena la necesidad de hacer deporte o ejercicio físico. A causa del sedentarismo obligatorio al que obligó esta etapa, la energía y el vigor jovial se han almacenado en una recámara cuya bala ansía ser disparada desesperadamente. Y atendiendo a dicha necesidad de estallido energético, nada mejor que un buen torneo para liberar todo el estrés y la incertidumbre acumuladas a golpe de confinamiento. Por ejemplo, tomando la ESEI Cup, cuyo torneo Xixon ESEI Cup acontecerá en Asturias del 24 al 27 de junio de 2021. Un horizonte cuya lejanía, sin embargo, resulta idónea para dedicar el lapso a entrenar el cuerpo y la mente para el juego.
Un torneo para fomentar la cohesión y el respeto
El deporte, y en especial el fútbol, ha sido siempre una actividad de indiscutible relevancia para las sociedades de todo el mundo. Sólo en Asturias, este deporte cuenta con más de 300 clubes que disputan alrededor de 400 partidos cada fin de semana. Si bien practicarlo es saludable, la salud a menudo queda fuera de su misión subyacente y apela a la necesidad de superación del individuo. En ese sentido, el deporte es una forma de romper con los límites que someten nuestra capacidad, cuyo tiempo de restricción está sujeto a la cantidad de esfuerzo que podamos dedicar a superarlo. Un acto de fe tangible en uno mismo y que, de ser acompañada en grupo, incluso sublima los resultados.
Es por dicho motivo que la premisa capital de ESEI (Euro Sport Event International) es la de ofrecer una formación individual de gran envergadura, fomentar la fraternidad entre equipos durante los torneos y contribuir, al fin y al cabo, a una experiencia inolvidable. Tres ejes a los que se suman unos requisitos de atención, calidad, esfuerzo y trabajo en equipo inmanentes a sus servicios. Que incluyen desde torneos, stages y circuitos, hasta drafts de fútbol mediante los que captar jugadores a nivel internacional y nacional. Incluyendo en la rama escolar de ESEI la tecnificación y la obtención de un alto rendimiento para elevar a los jóvenes jugadores a la categoría de atletas de élite.
Por lo que se refiere al trabajo en equipo, un torneo de fútbol es la mayor clase de humildad del mundo deportivo. Aunque la competitividad sea aquí un requisito para ganar, lo primordial es, por una parte, entender que el gol no depende sólo de un buen jugador, sino que ello es consecuencia de un mejor equipo. Y, por otra parte, que la rivalidad no debe nunca alcanzar el estadio personal, sino limitarse al terreno de juego y sin abandonar jamás el máximo respeto por el contrincante. Cuyas razones y cuyo objetivo son exactamente los mismos a los del propio equipo: superarse, ser mejor, ganar y asumir que el triunfo no es eterno y que la constancia da mejores frutos.
El deporte y la vida
Cuando en un joven nace la atracción por un deporte, es preciso contribuir a su maravilloso encuentro. No, como muchos, con el objetivo de llegar al máximo nivel y poder vivir de ello, sino como estilo de vida saludable y zona de recarga emocional y aprendizajes vitales. La presión no es siempre buena compañera de los éxitos. Por ello, es preferible una atención dedicada y adecuada según cada tipo de futuro jugador. Con el ejemplo de ESEI, fomentando la mejora del rendimiento individual del jugador, bajo una constancia horaria, que servirá para disciplinar tanto el cuerpo como la mente en pos de conseguir los objetivos planteados.
El deporte requiere de una disciplina y de una agilidad que bien pueden trasladarse a otros capítulos de nuestra propia vida. La metáfora es un buen recurso casi innato y automático para aprender que el talante en el terreno de juego se amolda a la perfección al terreno vital. Por lo que resulta sorprendentemente abrumador cuán beneficioso puede ser practicar deporte también para la mente y la gestión emocional. La competitividad, como se agranda en un torneo, es inherente al ser humano. Y, por ello, el ademán de superar cualquier obstáculo forma parte de nuestro arsenal de armas para afrontar la vida. Y sólo al perder un partido podremos entender cuán necesario fue cometer el error para conseguir el triunfo indiscutible del próximo torneo.