Cannes, 21 may (dpa) – El aclamado cineasta alemán Wim Wenders presentó en la tarde del martes su particular homenaje al fotógrafo brasileño Sebastião Salgado en el documental «The Salt of the Earth», estrenada en la sección Una Cierta Mirada. En una entrevista con dpa, Wenders habla de la gran fotografía, Salgado y de las secciones paralelas en Cannes.
dpa: Con sus películas se ha hecho un nombre en el panorama cinematográfico internacional, pero su trabajo como fotógrafo es menos conocido. ¿Qué significa para usted la fotografía?
Wenders: La historia de la pintura y la fotografía siempre han tenido una importante influencia en mi trabajo como cineasta. Entre tanto la fotografía ha llegado a ocupar una gran parte de mi tiempo y se ha convertido en mi segunda vida. Y eso beneficia a mis películas. Éstas tardan hoy en día un par de años en llegar, pero ya no tengo esa sensación de tener que esperar algo. Porque mientras puedo concentrarme durante meses en la fotografía.
dpa: Ahora dedica su documental «The Salt of the Earth» al brasileño Sebastião Salgado, uno de los fotógrafos contemporáneos más destacados. Después de «Pina», ¿por qué se decidió a volver a rodar un documental, y esta vez codirigido con el hijo de Salgado Juliano?
Wenders: No se puede decir que verdaderamente me haya «decidido»; sucedió así. Las películas siempre se solapan. Conozco a Salgado desde hace muchos años y me preguntó directamente si podría acompañarlos a él y a su hijo en el gran proyecto «Génesis». De ahí, a lo largo de dos años, fue germinando una película larga sobre su carrera. Eso es lo bonito de los documentales: tienen su propia legitimidad, no siempre se pueden planear.
dpa: A su juicio, ¿qué diferencia a Salgado de otros fotógrafos de nuestro tiempo?
Wenders: Otros fotógrafos pasan un par de días en un territorio en conflicto, o apenas un par de horas. Pero Salgado a menudo pasó meses para poder conocer a las personas. O volvía una y otra vez a un país a lo largo de muchos años. Sus grandes proyectos, como «Éxodos», sobre desplazamientos y persecuciones, o «Trabajadores», sobre los trabajos más duros del mundo, le llevaron ocho y diez años. Ningún otro se ha tomado siempre tanto tiempo y mezclado de tal manera con la gente de las regiones a las que ha viajado.
dpa: ¿Tiene alguna fotografía favorita de Salgado? De ser así, ¿qué es lo que le fascina en ella?
Wenders: Antes de que conociera a Salgado, hace más de 20 años, compré dos fotografías suyas en una galería. Desde entonces, las dos cuelgan en mi despacho. Una muestra a una mujer tuareg con una dignidad y belleza increíbles, pero la imagen desprende también un profundo dolor y hay que mirarla dos veces para darse cuenta de que es ciega. La otra muestra a un trabajador en una gigantesca mina abierta, un escenario violento que recuerda a los tiempos bíblicos. Para mí, lo más conmovedor de ambas fotografías es su verdad. Estas fotos no se hacen pasando por ahí, sino que hay que profundizar durante mucho tiempo sobre estas personas y situaciones. De ahí el título de nuestra película, «The Salt of the Earth» (la sal de la Tierra). Salgado es como casi ningún otro el cronista de los hombres de finales del siglo XX. Somos NOSOTROS los que estamos en sus instantáneas. La humanidad.
dpa: Usted es un viejo conocido del certamen, donde ha estrenado varias películas y ganado importantes premios, entre ellos la Palma de Oro por «París, Texas» (1984. ¿Cómo se siente al estar ahora en una sección paralela del certamen?
Wenders: Eso de hablar de «secciones paralelas» es curioso. Miles de cineastas de todo el mundo no desearían otra cosa que estar en Una Cierta Mirada, ¡significa nada menos que estar entre las elegidas oficialmente por el Festival de Cannes! Secciones paralelas son la Quincena de los Realizadores o la Semana de la Crítica. Yo ya he presentado varias películas en Una Cierta Mirada a lo largo de los años. Y estar en el programa oficial con un documental es fantástico, porque llevarlo a competición sería osado. Así que nuestra película está donde mejor podía estar en Cannes y nos sentimos muy satisfechos. No podríamos pedir más. Hay que recordar que el principal motivo por el que es importante mostrar una película en Cannes es que desde aquí llega a todo el mundo.
dpa: Es uno de los pocos alemanes representados este año en Cannes. ¿Se debe eso al panorama cinematográfico alemán? ¿Ha de cambiar algo?
Wenders: No es la primera vez que me preguntan esto y me veo en esta situación. No, no creo que se deba al «panorama cinematográfico alemán», aunque en casa hacemos muchas películas que por definición no entrarían en Cannes. Comedias, por ejemplo. Y tampoco hay comedias francesas. Cannes sólo selecciona un determinado tipo de films, muy relacionado con el cine de autor. O si se fija en un blockbusters, es por el atractivo de las estrellas que lleva. En ese sentido, la Berlinale no lo tiene fácil. Por supuesto, todos los años hay en Berlín películas que podrían haber llegado a competir en Cannes si los productores alemanes no apostaran por la Berlinale pensando que no van a entrar en Cannes. Eso también hay que verlo.
WIM WENDERS (Düsseldorf, 1945) se dio a conocer entre el gran público a principios de los 70 con la adaptación de la novela «El miedo del arquero al tiro penal» («El miedo del portero ante el penalty» en España). Siguieron éxitos internacionales como «París, Texas», «El cielo sobre Berlín» (también conocida como «Las alas del deseo») o «¡Tan lejos, tan cerca!» y documentales como «Buena Vista Social Club» y «Pina».
Por Aliki Nassoufis