MADRID, 26 Sep. (EUROPA PRESS) – El exdirector artístico del Teatro Real, Gerard Mortier, será a partir de ahora consejero artístico del coliseo madrileño, según ha anunciado este jueves el presidente de la institución, Gregorio Marañón.
Este nombramiento se ha hecho público durante la presentación del nuevo director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch, quien a partir del próximo 1 de enero de 2014 estará en «plenas funciones de su cargo», y que terminará su actividad al frente del Gran Teatro del Liceo de Barcelona el próximo 31 de diciembre.
Esto significa que Mortier, quien actualmente está tratándose en Alemania de un cáncer, trabajará en colaboración con Matabosch hasta que este último se incorpore finalmente, ya que esta temporada ya está cerrada. A partir de enero, el exdirector y el nuevo intendente artístico trabajarán de forma conjunta en aquello que ya esté programado.
Respecto a la nueva relación profesional de Mortier con el Teatro Real, Marañón ha señalado que se trata de un puesto de nueva creación, que su nuevo contrato sustituye al anterior y que no ha encarecido la cuenta de resultados.
«En vez de preguntar lo que cuesta económicamente, preguntémonos si lo que se da a cambio compensa lo que se paga. Esto es mucho más importante, saber lo que se recibe. No va a costar más de lo que se estaba pagando», recalca.
En palabras de Marañón, las funciones serán las de prestar asesoramiento el materia artística, lo que incluye proyección internacional del propio teatro y difusión del Teatro Real. El contrato de Mortier terminaba en 2016. Ahora, su posición estará «abierta» y se irá acomodando dependiendo de varias circunstancias, entre otras «las suyas personales».
NUEVOS OBJETIVOS
Joan Matabosch ha indicado que su llegada al Teatro Real va a suponer, por un lado, una «ampliación del repertorio», en el que se incluirán estilos no vistos durante los últimos años, de manera que se mostrará una «mirada renovada hacia las obras del pasado que habían quedado enterradas en una rutina desesperante y que algunos programadores habían optado por dejarlas por imposibles».
Asimismo, el modelo que llevará al Teatro Real ampliará el abanico de directores de escena. «Vamos a seguir contando con muchos de los que ha invitado Mortier, pero también con otros que van a hacer sus propias aportaciones», ha contado Matasbosch, quien añade que «la estética va a ser más contrastada, pero no va a haber ninguna concesión a lo que se espera del objetivo final de una dramaturgia».
Además, habrá una «mayor potenciación del fenómeno vocal», que está «muy ligado a la historia de la ópera en Madrid» y que resulta «fundamental» para que el público conecte con las propuestas. El resultado será la presencia de «buenos cantantes, de lo mejor del circuito internacional».
Según ha destacado Matabosch, el objetivo de todo ello es «preservar que el teatro tiene una voz propia a nivel internacional y con la garantía de que se va a potenciar la excelencia de los colectivos artísticos del teatro: la orquesta y el coro». Para ello se está considerando cuál es el mejor modelo.
En este sentido, anunció que se está mirando la posibilidad de un director musical y en su momento se decidirá quién diseñará la estrategia junto con el director artístico.
A pesar de estas modificaciones, añade que también hay muchos elementos que hay que conservar y potenciar del legado que tienen «la fortuna de poseer» en sus manos. Entre ellas, destaca «la invitación a público a plantearse las obras que se han programado y no solo degustarlas de forma pasiva».
Matabosch ha señalado que la idea es que todo lo que está avanzado en la actual programación se respete. «No hay voluntad de entrar con un tanque. Voy a entrar de forma suave, respetando lo que ya está acordado. Pero hay una parte de la temporada prevista por Mortier y otra que no», apunta. El nuevo director del Teatro Real y Mortier mantienen una «relación fluida» a través de mail y teléfono –«siempre que Mortier puede»– y está trabajando con su equipo.
Respecto a su relación profesional con el Liceo, Matabosch ha indicado que a partir de enero el teatro «no se queda en una situación de limbo». «Llevo 15 años, no se me puede acusar de ser un correcaminos», ha defendido el nuevo director del coliseo madrileño, quien añade que se encuentra en el «tiempo límite» por el cual una relación es «higiénica para las dos partes» y que esta decisión no supondrá «ningún trauma».