Oviedo, 5 feb (EFE).- El ex director general del Ayuntamiento de Avilés, José Manuel del Arco Sousa, ha asegurado hoy que la corporación avilesina fue «engañada» por los anteriores gestores del centro Niemeyer, cuya situación contable ha calificado de «caótica».
Del Arco Sousa, que figura como imputado en una de las causas abiertas por las supuestas irregularidades en la gestión del centro, formó parte del equipo creado por la actual consejera y presidenta de la Fundación, Ana González, para determinar la situación del Niemeyer que llevó a la presentación de una denuncia.
A su juicio, del examen realizado sobre la situación del centro se pudo observar que sus cuentas presentaban «hechos llamativos y extraordinarios» en cuestiones como algunos gastos sobre los que existen dudas sobre los servicios que se han prestado realmente y otros facturados sin que tuvieran relación con la Fundación.
Como ejemplo, Del Arco Sousa ha recurrido a la factura de un proveedor que cobró dos veces por su servicio, una vez por el Ayuntamiento y otra por la Fundación, y que formaba parte del conjunto de pagos satisfechos por la institución local para sufragar la inauguración de la cúpula del centro.
El examen de dichas facturas por encargo de la alcaldesa de Avilés, ha relatado el ex director general, determinó a su vez, al constatar posibles irregularidades en dichos pagos, la presentación de una nueva denuncia por parte del Ayuntamiento al advertir de la comisión de posibles delitos en su tramitación.
Del Arco ha incidido además en que el anterior secretario de la Fundación, José Luis Rebollo, utilizó un sistema «extraño» para que el Patronato aprobase las cuentas que, salvo en el caso de 2008, no se aprobaron en una reunión de este órgano en la participasen de forma presencial todos los integrantes del mismo.
Así, ha indicado, el secretario se limitaba a enviar un correo a los patronos y a dar por aprobadas las cuentas si ninguno de ellos se manifestaba en contra con lo que éstos «nunca fueron avisados» de la verdadera situación patrimonial de la Fundación, que no se reflejaba en las cuentas del periodo comprendido entre 2007 y 2010 en los que, además, la auditoría se aprobó sin salvedades.
«Si un profesional no hace las cosas bien, esto tiene consecuencias en un Estado de Derecho, pero ningún patrono tiene entre sus responsabilidades ver diariamente los libros de facturas ni hablar y negociar con los proveedores», ha añadido.
A su juicio, y desde una perspectiva profesional, las cosas «no se hacían bien» en la Fundación y los controles «sencillamente no existían» pese a que en las reuniones del Patronato se pretendía dar una apariencia de normalidad pese a que «la realidad era otra».
Además, ha criticado que algunos proveedores de la Fundación Niemeyer aceptasen la propuesta, supuestamente realizada por sus entonces gestores, de que modificasen los conceptos de algunas facturas por servicios prestados al centro cultural para cargárselas al Ayuntamiento en concepto de gastos derivados de los actos inaugurales de la cúpula del equipamiento.
«No entiendo cómo se prestaron a emitir conscientemente facturas por servicios que no prestaron», ha subrayado el ex director general tras advertir de que, en dicho proceso, el «único beneficiado» fue la Fundación Niemeyer «que reducía así su desorbitada deuda».
El ex director general del Ayuntamiento ha cerrado el turno de comparecencias de la mañana ante la comisión Niemeyer y, al contrario que las otras personas que le han precedido, también imputadas en las causas judiciales abiertas, sí ha aceptado responder a las preguntas de los grupos parlamentarios.
Para esta tarde está prevista la presencia ante la comisión de la alcaldesa de Avilés y vicepresidenta de la Fundación, Pilar Varela, así como del ex secretario y del ex director del centro cultural, José Luis Rebollo y Natalio Grueso, respectivamente.