Uno de los aspectos más relevantes a tener en cuenta, a la hora de hablar de la salud de una persona, es el descanso. A lo largo de nuestra vida, pasamos cerca de un tercio de la misma durmiendo. A continuación, analizaremos la importancia del descanso y de la posesión de un buen colchón, que se adapte a la necesidad de cada persona.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, para en adulto, dormir entre siete y nueve horas al día.
El rendimiento físico de una persona va a ser determinado, en una buena parte, por el descanso. Al dormir se recupera la energía gastada durante el día. Muchos expertos consideran la acción de “dormir” como dejar el coche en el taller. Este símil viene dado porque durante el sueño y descanso de una persona, el cuerpo humano desarrolla una serie de procesos reparadores. Como, por ejemplo, el fortalecimiento de las defensas, la relajación de músculos y de articulaciones, la disminución de la presión arterial o el fortalecimiento de la memoria y el aprendizaje. De esta manera, no solo beneficia a tu salud, sino que también mejora tu calidad de vida.
La clave para todo reside, también, en la elección del colchón. La vida útil de un colchón es de cerca de 8 años, por eso, compensa realizar una buena inversión a la hora de su compra.
Gracias a los avances tecnológicos en los últimos años, el colchón ha dejado de ser un simple objeto acolchado donde tumbarse y descansar. Un buen colchón está formado por una serie de capas, cada una con una función especifica que garantiza el descanso del consumidor.
Estas capas se pueden resumir en tres. En primer lugar, el núcleo, es la parte principal y es la que proporciona firmeza al colchón y, por ende, determina la vida útil o la duración del mismo. En segundo lugar, las capas de confort, que es la zona acolchada que cubre el núcleo, tanto por arriba como por abajo. Su finalidad es la de proporcionar comodidad y es en esta capa donde encontramos los materiales que proporcionan ese relax y la adaptabilidad del cuerpo al colchón, tales como látex, viscoelástica o el gel. Y por último, en tercer lugar, los tejidos externos o superficiales, que es la capa que esta en contacto directo con el cuerpo. Suelen fabricarse con productos de mayor calidad para incrementar el confort y la comodidad, y para asegurar su durabilidad. Cabe destacar que existe una capa más en los casos de colchones de muelles: la capa amortiguadora, que, como el propio nombre indica, se encarga de amortiguar los muelles del colchón para no dañar las capas de confort.
Así, podemos analizar los cuatro tipos de colchones más demandados por el consumidor actual:
– Colchones de muelles ensacados
Los colchones de este tipo son considerados los más duraderos de toda la gama de colchones de mercado. Aunque tienen más firmeza que muchos otros, consiguen repartir el peso de la persona por toda la superficie y favorecen a una mayor ventilación interior que dota al colchón de un mayor frescor, ideal para el verano.
– Colchones de viscoelástica
La principal característica de los colchones viscoelasticos es la adaptabilidad al cuerpo. Este tipo de material permite crear una especie de molde perfecto a cada tipo de cuerpo y además lo memoriza. De esta manera, se asegura una mayor sensación de confort, así como una mejora de la circulación sanguínea, ya que el reparto del peso en el material se realiza de una forma homogénea.
– Colchones de látex
Este tipo de colchones puede considerarse un intermedio entre los colchones viscoelásticos y los colchones de muelles, ya que se trata de un material que es adaptable a la vez que firme. En este caso, pueden fabricarse con látex natural, formado por resina de caucho, o de forma sintética. En ambos casos, las ventajas de este tipo de colchones son los nombrado con anterioridad, la firmeza de su superficie y la adaptabilidad al cuerpo.
– Colchones de espumación High Resilience
Se consideran ideales para personas que se mueven mucho durante su descanso y para camas articuladas, ya que absorbe los movimientos y golpes del cuerpo, consiguiendo no molestar a la persona que pueda dormir a tu lado. Son muy flexibles y a la hora de elegirnos hay tener en mente la densidad de la espuma. Como los colchones de tipo látex, se consideran un punto intermedio entre firmeza y adaptabilidad, ya que su superficie es blanda.
Entonces, ¿cuál es el mejor colchón? Todo depende de las necesidades de cada persona que lo utilizará. Lo importante es que te proporcione la comodidad necesaria para cubrir las horas de descanso que cada persona necesita en su día a día y así mejorar tu calidad de vida.
Más información en: colchonesbaratosmadrid.net