Por Alexandra Bülow (dpa) – Todo comienza con un ligero dolor tirante en el cuello. Un par de días después, es como si agua helada corriese del cuello a los hombros. Pero las molestias son todavía peores cuando el dolor se hace punzante, como si alguien hurgara con un cuchillo en la espalda. Tales dolores de espalda y otros similares están muy extendidos. «Los propios afectados pueden hacer mucho para reducir las molestias», dice el pedagogo deportivo alemán Ulrich Kuhnt.
Según un estudio realizado en Alemania, alrededor del 90 por ciento de las molestias no son consecuencia de una grave enfermedad y no suponen un gran riesgo para la salud. La causa de las molestias son contracturas musculares provocadas por malas posiciones, una sobrecarga en la espalda y falta de ejercicio físico. «La persona afectada debería volver a aprender a cuidar su cuerpo y a mantener una posición corporal erguida», dice la científica deportiva Heike Streicher, de la Universidad de Leipzig. El primer paso consiste en la autoobservación.
Cada persona debería corregir una y otra vez su posición corporal y ponerse derecho. También es importante no permanecer mucho tiempo en la misma posición. «Por ejemplo, es conveniente cambiar varias veces la posición sentada», recomienda Streicher. En este contexto, la palabra mágica es «dinámica». Por ello, también es recomendable hacer ejercicios de estiramiento y de movilidad como girar los hombros o subir y bajar los hombros en dos tiempos. Estos ejercicios estimulan la irrigación sanguínea y el metabolismo de la musculatura vecina, eliminan desechos acumulados en el tejido y flexibilizan las articulaciones y los músculos. «También es importante realizar más actividades físicas en el día a día», afirma Streicher. Por ejemplo: subir la escalera en vez de tomar el ascensor, usar la bicicleta en vez del coche o bajar del autobús dos paradas antes.
También es necesario fortalecer a conciencia la musculatura en todo el torso, porque allí funciona como un corsé de apoyo. A la estabilidad contribuyen también pequeños músculos profundos situados cerca de la columna vertebral. Esos músculos entran en acción cuando el cuerpo se desequilibra. El mejor ejercicio consiste en pararse sobre una sola pierna, por ejemplo cuando uno se lava los dientes. «Entonces, los músculos de la cadera tienen que intervenir y los músculos profundos se tensan automáticamente hacia arriba, hasta el cuello», explica Kuhnt.
Todo esto se puede hacer como parte de un entrenamiento diario de unos 15 minutos. Primero hay que hacer un pequeño ejercicio de precalentamiento, por ejemplo marchando en el lugar y girando los brazos. Después hay que hacer ejercicios para fortalecer la musculatura como el método Pilates o yoga. También puede ser útil hacer ejercicios con una banda elástica. Finalmente, hay que estirar el cuerpo de los pies a la cabeza. Se puede intercalar una pequeña pausa para compensar el estrés que tensa automáticamente la musculatura de la espalda.
Si usted quiere hacer aún más para el cuerpo, puede desarrollar la musculatura del torso mediante un entrenamiento de fuerza, dos o tres veces a la semana. «Las disciplinas deportivas equilibradas son ideales», dice el ortopeda Christoph Eichhorn, quien menciona como ejemplos la natación de espalda, el baile, el aquafitness, el Chi Kung o el Tai Chi. «La caminata nórdica es un ejercicio perfecto, porque estimula muchos músculos y la movilidad de las articulaciones sin dañarlas», dice el ortopeda. Eichhorn tampoco desaconseja el entrenamiento de resistencia, porque éste estimula la irrigación sanguínea de la musculatura. «Lo más importante es disfrutar del movimiento», dice el especialista, porque sólo así uno sigue motivado, sobre todo cuando se da cuenta de que mejora la sensación de bienestar.