Venecia (dpa) – Después de años de debate sobre la respuesta adecuada al turismo excesivo, Venecia va a empezar a obligar a los visitantes de un día a pagar 5 euros (5,45 dólares) de entrada en determinados días a partir de finales de abril, según han anunciado las autoridades de la ciudad.
El alcalde de la ciudad lagunar italiana, Luigi Brugnaro, anunció a finales de noviembre que la nueva normativa, muy debatida, se aplicará en los días en que Venecia esté especialmente abarrotada.
A partir de entonces, se aplicará también todos los fines de semana hasta mediados de julio, con la excepción del 2 y 3 de junio.
La tasa, oficializada en septiembre tras años de debate, pretende evitar que el turismo de masas en Venecia cause aún más daños de los que ya causa.
Aplazada y suavizada en varias ocasiones, la tasa de 5 euros en determinados días es inferior a la de 10 euros que algunos funcionarios querían que estuviera vigente todo el año.
Más de 5 millones de personas visitan Venecia cada año. En temporada alta, suele haber más de 100.000 extranjeros en la ciudad al mismo tiempo, superando en número a los locales en al menos 2 a 1.
El resultado es que ahora hay más camas para turistas que para habitantes. Gran parte de la ira de la ciudad, sin embargo, se ha dirigido contra los turistas de un día, en particular los turistas de cruceros y otros visitantes que llegan por la mañana y se van por la noche.
Sólo los visitantes de un día tienen que pagar entrada, pero son la inmensa mayoría de los turistas. Ahora tienen que obtener un código QR por internet y descargarlo en sus teléfonos móviles.
Quien sea sorprendido en el casco antiguo sin el «contributo d’accesso» (contribución de acceso) tendrá que pagar una multa de entre 50 y 300 euros. La normativa no se aplica a los pernoctantes que ya pagan la tasa turística, ni a los viajeros. También están exentos los menores de 14 años.
Según las autoridades, los ingresos se destinarán al mantenimiento de los canales, carreteras y edificios de la ciudad.
Sin embargo, muchos expertos se muestran escépticos ante la posibilidad de que la tasa frene el número de turistas, y se preguntan por qué una tasa de 5 euros disuadiría a los visitantes de una ciudad a la que probablemente ya les cueste cientos de euros más llegar y visitar.
El precio de la entrada es ínfimo si se compara con la tarifa oficial de un paseo en góndola de media hora por la noche, que ahora es de 100 euros. En el Caffè Florian de la Plaza de San Marcos, un capuchino cuesta 11,50 euros. El cóctel Bellini del Harry’s Bar cuesta el doble.