Los psicólogos coinciden en afirmar que fomentar la competitividad desde edades tempranas es muy positivo para la mente humana, aunque excediendo ciertos límites tanto los niños como los adultos acaban desarrollando ciertas características negativas que pueden llegar a ser muy perjudiciales.
Recientemente ha aparecido una noticia en los medios que ha causado un gran impacto incluso en los individuos que no siguen el deporte. Se trata del abultadísimo resultado de 47 goles a 0 en el partido que enfrentó al cuadro alevín de Las Palmas con el humilde UD Coloradas, cuyos niños llegaron a casa desolados sin querer practicar el fútbol nunca más.
Las críticas se han centrado básicamente en el entrenador, quien no tuvo a bien dar a sus jugadores las indicaciones pertinentes para que redujeran la intensidad ofensiva una vez el marcador daba prácticamente por ganado el partido. Para dicho profesional no solamente era mucho más importante ganar que participar, sino que quería hacerlo de manera muy holgada sin importar la humillación que recibirían los niños del equipo rival.
Nuevamente salen a la palestra los psicólogos, quienes se han manifestado totalmente contrarios a este tipo de actitudes que resultan perjudiciales no solamente para los niños del otro equipo, sino también para los jugadores del cuadro vencedor, quienes ya no valorarán el hecho de participar en un encuentro. Afortunadamente en innumerables torneos y competiciones sí se fomenta la importancia que adquiere la simple participación, premiando a todos los inscritos con medallas deportivas que reciben entusiasmados.
Y no es para menos, puesto que con un trofeo de este tipo tanto el niño como el adulto que se ha volcado en cuerpo y alma dando lo mejor de sí acaba recibiendo una recompensa sin que sea necesario ser de los mejores de la competición en cuestión con tal de hacerse con un premio.
En la gran mayoría de carreras populares que se organizan en incontables rincones de toda España se impulsa el espíritu participativo otorgando premios a los diversos runners que consiguen alcanzar la meta, desde pequeñas cursas populares hasta maratones. Bolsas con camisetas, barritas energéticas, calcetines y otros elementos dan pie a que los individuos se sientan satisfechos consigo mismos por el esfuerzo demostrado en la carrera.
Si los premios fueran otorgados únicamente a los clasificados en las primeras posiciones ello podría ocasionar un enorme sobreesfuerzo que pase factura a sujetos cuyo sistema cardiovascular presenta dificultades para tolerar ejercicio físico de altísima intensidad, la cual es mantenida durante una gran cantidad de minutos. De hecho, en alguna ocasión ya han ocurrido desgracias relacionadas con este aspecto, lo cual lleva tanto a los psicólogos como a los padres a afirmar que participar es más importante que ganar.
Dicho pensamiento también se da fuera del ámbito estrictamente deportivo. Sin entrar a valorar si los e-sports realmente son un deporte lo cierto es que en las competiciones videojueguiles que se organizan también acostumbran a brindar premios a todos y cada uno de los participantes.
Innegablemente los mismos están sometidos a un gran esfuerzo mental sea cual sea el género del que tomen parte en el torneo, desde carreras hasta shooters en los que es fundamental permanecer sin pestañear con tal de ver al enemigo y actuar antes de que él haga lo propio. Sabiendo que, pase lo que pase, tras finalizar la competición también obtendrán una recompensa no llevan al límite sus capacidades mentales, valorando gracias a ello la gran relevancia que adquiere la acción de participar en un evento más allá del resultado final.
Tanto en las competiciones de e-sports como en el resto de torneos este tipo de acciones que fomentan la participación también impactan positivamente en los aficionados. Y es que aquel fan de un jugador que pretende ser como él se muestra muy desilusionado al ver cómo después de un enorme desgaste no recibe premio alguno, el cual está destinado exclusivamente al vencedor. De esta manera poco a poco pierde el deseo de seguir los pasos de su ídolo al mismo tiempo en que su pasión decrece sin cesar.
Aunque con el paso de los años se ha acabado demostrando que participar es más importante que ganar los profesionales de la psicología indican que la relevancia aumenta si cabe en el caso de los niños pequeños. Es por este motivo que en concursos de dibujo infantil todo participante es premiado con medallas, diplomas u otros elementos consiguiendo que nunca abandonen su afición por la disciplina que han puesto en práctica, aspecto que acostumbra a ocurrir por la frustración de no vencer y, por ende, no ser recompensado por el esfuerzo.
Es por todo ello que si tienes hijos o eres el encargado de liderar un equipo del que forman parte niños resulta fundamental hacerles comprender desde pequeños que es mucho más relevante participar en el evento independientemente de si resultan victoriosos o no, ya que sin pensar únicamente en ganar es cómo más disfrutarán de la competición evitando que surja sentimiento alguno de frustración.