Nadie se casa pensando en divorciarse. No obstante, es una posibilidad que hay que contemplar, sobre todo atendiendo a las estadísticas. A veces el amor no dura para siempre, o simplemente no es suficiente para sostener el peso del día a día, las obligaciones, la rutina… Cuando uno de los miembros de la pareja, o los dos, decide que es hora de tomar caminos separados, lo mejor es terminar con esa relación de la forma menos dolorosa posible. El divorcio express se convierte en la salida más rápida, eficiente, económica y menos traumática de separarse, pues ahorra no solo en costes, sino en un tiempo que suele ser incómodo
El mundo avanza en muchos sentidos. La sociedad está cada vez más acostumbrada a las separaciones que, para bien o para mal, están a la orden del día. Y es que, este paso, no tiene por qué verse como algo negativo, antes, al contrario, es una decisión que, con seguridad, mejorará la calidad de vida de la expareja. La auténtica desgracia sería tener que soportar situaciones insostenibles por convenciones sociales, obligaciones familiares o imposiciones culturales tal y como pasaba hace apenas unas décadas, cuando el divorcio estaba mal visto.
Afortunadamente, el viejo concepto de matrimonio “hasta que la muerte nos separe para bien o para mal” está ya caduco. Un matrimonio no puede entenderse libre si los componentes del mismo no tienen la capacidad de terminar con la unión cuando así lo crean necesario. Los motivos pueden ser muchos, desde la pérdida de ilusión, la pasión, infidelidades… o simplemente descubrir, con el paso del tiempo, que tienen intereses diferentes. La cuestión es que ya nadie tiene por qué soportar una situación que no le hace feliz.
Es esas circunstancias, lo mejor es acudir a un Abogados divorcio express, abogados especializados en familia para poder gestionar un proceso de mutuo acuerdo de divorcio.
El dinero puede ser un obstáculo
Son muchas las personas que se quieren separar definitivamente y por la vía legal. Pero, en más ocasiones de las que pudiera desearse el dinero es el obstáculo que lo dificulta o impide. En estos días es habitual que debido a la mala situación económica que pasa la sociedad en general y, por tanto, también las familias, no permita llevar a cabo el deseado divorcio.
Lo importante en esas situaciones es no cerrarse ninguna puerta, buscar asesoramiento profesional, conocer cuáles son los derechos y obligaciones adquiridas en el matrimonio, también en el terreno económico.
Por muy difícil que parezca, siempre hay una salida, tanto para cubrir los gastos del proceso de divorcio como para seguir después adelante. Todo el mundo tiene derecho a separarse si es su deseo, conseguir que se sea un proceso de mutuo acuerdo será siempre la mejor opción, sin perder la tranquilidad ni cometer errores, con independencia a la situación económica de los cónyuges.
A veces la pareja no pone las cosas fáciles
En ocasiones, por desgracia, uno de los miembros de la pareja no quiere separarse y no le pone las cosas fáciles al otro, complicando todos los trámites, generando tensiones y alargando el proceso. Es importante tratar de razonar, incluso buscar ayuda profesional, hacer terapia para superar esa situación de incomodidad, ya no tanto para salvar la pareja, aunque pudiera ocurrir, sino para que ambos componentes se sientan atendidos, escuchados y expresen los motivos que los han llevado a ese punto en la relación.
No obstante, hay que dejar claro que nadie puede obligar al otro a aceptar un divorcio amistoso. Si la otra persona no entra en razón, no habrá más remedio que acudir a un proceso de divorcio contencioso con mayores costes, demoras y gestiones.
Test para saber si divorciarse o no
A pesar del título de este apartado, no hay un test que permita decir que un matrimonio debe divorciarse. No obstante, sí es posible por el contrario tener unas pautas generales que ayudarán a tomar la decisión más acertada. En este sentido, cabe destacar que, en ocasiones, el problema es tomar la decisión tarde, después de haber sometido a la relación a más presión de la que puede aguantar, lo que genera malestar y enfrentamientos.
Analizar la situación en que se encuentra la pareja, si hay entendimiento o al menos hay voluntad de dialogar para superar las adversidades. En demasiadas ocasiones, no se lucha por la pareja, la relación se alimenta de una falta total de empatía y la razón parece estar en manos de aquel que eleva más la voz, nada más lejos de la realidad. En esas circunstancias, sí es posible determinar que el divorcio es la mejor opción.
No obstante, este es el paso último de un matrimonio. En este sentido, hay que conocer que existen niveles intermedios, como la separación. Separarse algún tiempo puede ayudar a tomar distancia, a reflexionar sobre el otro, su vida en común, y tomar una decisión más acertada. Pensar en frío ayuda siempre a tomar mejores decisiones y, sobre todo, evita peleas innecesarias. Después de un tiempo separados, es más fácil decidir si se quiere continuar con el matrimonio o tomar caminos diferentes definitivamente con el divorcio.