Todos los días surgen nuevos negocios con locales modernos y atractivos. En el campo de la hostelería, así como aparecen, estos negocios suelen desaparecer rápidamente. Lo cierto es que esto ocurre cuando tenemos la equivocada creencia de que este tipo de empresas son fáciles de montar y que no requieren de mucha planificación. Por eso, si eres un emprendedor motivado, te enseñamos cómo montar tu negocio de hostelería y ser exitoso en el mercado.
Más que montarlo, lo difícil es tener éxito
El éxito de un negocio de hostelería no redunda en una barra de pintxos o un local moderno. Tampoco es necesario contar con un cocinero estrella o tener un concepto original. Claro está, ofrecer gastronomía competitiva y atractiva sin lugar a dudas es un factor importante. Sin embargo, para que un negocio sea exitoso se necesita de gestión y formación.
Por más que el cocinero o el barman sean experimentados, se requiere de una formación continua en gestión de restauración. Por eso, antes de abrir el negocio, debes tener en cuenta algunas cuestiones:
¿Qué tipo de licencia se necesita para montar un negocio de hostelería?
Existen dos tipos de licencia de acuerdo a los riesgos que se puedan presentar en el negocio. Cada comunidad autónoma tiene la responsabilidad de desarrollar la ordenanza correspondiente para el tema de licencias para negocios.
Para montar un negocio de hostelería es necesario solicitar una licencia por actividad calificada. Este tipo de negocios suponen labores que podrían ocasionar molestias, acciones peligrosas, nocivas o insalubres. Por eso, es necesario contar con un permiso de salubridad y seguridad para el medioambiente.
Para obtener una licencia de hostelería deberás rellenar un formulario municipal de solicitud. Además, este debe ir acompañado por fotocopia del alta en IAE, el documento con la información de los límites colindantes del local. Por último, se debe presentar un proyecto técnico de actividad previamente firmado por un especialista colegiado.
¿Qué impuestos se pagan en el sector hostelero?
Periódicamente, toda empresa debe presentar declaración a los entes tributarios de la nación. Los impuestos son obligatorios, y permiten al dueño seguir ejerciendo las labores que ha puesto en marcha una vez abierto su negocio.
El impuesto sobre la renta de las personas físicas se paga cada trimestre y al final del año se realiza la declaración de la renta a través del modelo 100. No importa si quedará exento de pago, todos deben presentar dicha declaración.
Lo mismo ocurre con el impuesto sobre el valor agregado o IVA. Este es un impuesto indirecto que regula el consumo de los clientes. Lo cierto es que este tipo de tributo recae sobre el consumidor final.
En el caso de los negocios de hostelería, deberán regirse por el sistema de módulos. Esto quiere decir que la actividad tiene declararse anualmente. Esto es una ventaja ya que son menos complicados a la hora de mantener la contabilidad del negocio de manera correcta. La razón es que este tipo de actividad cuenta con una cuota fija trimestral calculada en base a antigüedad, personal contratado y tamaño del local del negocio.
Con esta modalidad hay que tener en cuenta el volumen de ingresos, de compras, facturación a las empresas y profesionales. Además, no se pueden realizar ningún tipo de actividades que suponga cálculo de impuesto por estimación directa.
¿Tengo un plan de negocio?
Una de las planificaciones que debes tener presente es cuál será la empresa de suministros hosteleros que contratarás para equipar tu negocio. Además de elegir un aliado con productos económicos, estos tienen que ofrecer artefactos de calidad para tu negocio.
Necesitarás entonces desde el menaje para el comedor, el mobiliario de hostelerías hasta los utensilios de cocina y baños. Si elijes bien, podrás recibir tu nuevo equipo de trabajo sin importar en que parte de España te encuentres.
Ahora bien, una vez puesto en marcha el negocio, es hora de evolucionar y mantenerse en continuo entrenamiento. Vale mencionar que la mayoría de los errores que se cometen son por falta de información, asesoramiento o formación.
Un ejemplo claro de ello son los restaurantes. La calidad del servicio no da garantía a la sostenibilidad. Mientras que no se aplique una buena gestión, los números fallarán. Por eso, no importa cuán pequeña sea tu empresa, es importante mantenerte informado y en constante formación.