(dpa) – La nuez pecana es un fruto todoterreno especialmente popular en la cocina vegana. Por ejemplo, rallada sobre la pasta como alternativa al parmesano o como leche de nueces en el café.
Con un contenido graso del 72 por ciento, este tipo de nuez tiene un alto grado de calorías, pero al mismo tiempo es una buena fuente de vitaminas, ácidos grasos insaturados (considerados como grasa ‘saludable’) y minerales como el potasio, el calcio y el magnesio.
Si uno no quiere limitarse a rallar nueces en la pasta, también se pueden utilizar los blandos granos para hacer un pesto. Para ello, debe usarse aceite de oliva, parmesano, pecanas, albahaca, ajo, sal y pimienta, colocar todo en una batidora y procesar y mezclar bien.
Pero las nueces pecanas dan para mucho más: el aceite prensado en frío es ideal para cocinar o para aliñar ensaladas.
Conservar correctamente las pecanas
Como muchos otros frutos secos, las nueces pecanas molidas, picadas o en rodajas deben consumirse rápidamente, recomienda el Centro Federal de Nutrición (BZfE). Debido a su alto contenido en grasa, pueden volverse rancias de manera rápida.
Además si se almacenan de forma incorrecta, pueden desarrollar toxinas de moho, que a menudo no son reconocibles ni por el olor ni por el sabor. Consejo: si las nueces tienen un sabor extraño, un brillo aceitoso o manchas negras, no deben consumirse.
Las nueces pueden conservarse frescas en su propia cáscara hasta un año en un lugar fresco, oscuro y seco.