(dpa) – Para algunos es sólo una sensación de malestar, para otros mucho más que eso. En entrevista con dpa, Sabine Köhler, presidenta de la Asociación Profesional de Neurólogos Alemanes (BVDN, por sus siglas en alemán), explica que la dramática situación en torno al coronavirus causa ansiedad y miedo en mucha gente, especialmente debido a la avalancha de información, a veces poco clara, y a la dinámica de la misma:
«Los humanos necesitamos un cierto nivel de seguridad en el mundo en el que nos movemos, no por nada tratamos de protegernos de las contingencias a través de seguros de todo tipo«, señala.
Pero en la situación actual, muchas de estas medidas de seguridad quedan sin efecto: no se puede viajar, las escuelas permanecen cerradas, los eventos se cancelan.
¿Cómo se puede hacer frente a esta incertidumbre? ¿Simplemente ignorar las noticias? Köhler no considera que esta sea la solución, porque simplemente no funcionará. «En la actualidad, es casi imposible evitar la marea de información», dice, «lo que tiene sentido, ya que es necesario estar informado».
Al mismo tiempo, las cuantísimas imágenes —centros urbanos cerrados en Italia, estantes de supermercado vacíos en Alemania— pueden causar aún más miedo. «Algunas personas son más susceptibles que otras», señala Köhler.
Antes de quedar paralizado por el miedo por uno mismo o por los familiares, Köhler aconseja hacer un repaso consciente de nuestra realidad: «¿En qué medida estoy expuesto? ¿Cómo es mi vida cotidiana? ¿Con quién tengo contacto?
Y también: ¿Es la información que leo la correcta? ¿Están los estantes de papel higiénico realmente vacíos? A menudo, este examen ayuda a tener una mejor visión de la situación, y no sólo a consumir pasivamente la avalancha de imágenes.
Köhler también aconseja obtener información directamente de fuentes oficiales.
¿Pero qué pasa si se trata de más que un vago temor por la propia salud o la de los familiares? Dependiendo del trabajo y de la situación de vida, existen miedos bien fundados: los trabajadores autónomos o los empleados en áreas directamente afectadas, como por ejemplo la de organización de eventos.
O padres que trabajan y no tienen guardería o escuela para sus hijos. «Esto deja de ser una reacción histérica para pasar a ser una preocupación real y existencial», asevera Köhler.
En el caso de estas inquietudes, sin duda muy difíciles de ignorar o disipar, se trata de aprender a manejarlas mejor. «El miedo no debe paralizar, especialmente en este caso», señala Köhler, y aconseja tomar la iniciativa.
«Los padres pueden establecer una red de contactos para cuidar de los niños por turnos, los trabajadores pueden unir sus fuerzas con otras personas afectadas y obtener información».
La experta enfatiza que es importante seguir siendo capaz de actuar incluso en una crisis. «Con la debida precaución, no debemos abandonar completamente la coexistencia social, ya que esto sólo fomenta los miedos».
Entrevista: Tobias Hanraths (dpa)