Huesca, 12 mar (EFE).- La periodista mexicana Carmen Arístegui, una de las voces más conocidas en su país y líder de audiencia con su espacio matinal en Noticias MVS Radio, asegura que México no es solo uno de los países de mayor riesgo para ejercer el periodismo sino que hay «fronteras rotas» entre la autoridad y el crimen organizado.
En una entrevista con Efe, Arístegui, desplazada a Huesca para tomar parte en el XV Congreso de Periodismo Digital, sostiene que el riesgo es mayor aún para los profesionales que realizan su labor en lugares con una gran presencia del crimen organizado y donde los poderes del Estado no llegan.
Según explica, en estos lugares «informar, revelar o declarar algo sobre el crimen organizado o sobre las conexiones de las autoridades con este mundo sí que representa un riesgo para los periodistas».
Arístegui, que dirige esta semana su programa desde Huesca con el equipo de producción que le acompaña, explica que los periodistas que trabajan para medios nacionales en México capital constituyen otro nivel que se enfrenta a otro tipo de «condicionantes» pero no directamente relacionados con la agresión física.
Entre éstos asegura que también existe autocensura ya que, según explica, «entrar a desentrañar la dinámica criminal con nombres, apellidos y protectores es un tema que coloca a los periodistas en general en una situación de riesgo para su supervivencia».
A este respecto, admite que «tristemente hay una lista demasiado larga y demasiado impune» de periodistas que han perdido la vida en el ejercicio de su profesión y cuyos casos «simple y llanamente no se han procesado judicialmente».
Carmen Arístegui asume que México ha experimentado una transición «todavía no bien lograda» que ha permitido acometer reformas constitucionales «muy importantes» y situar al país en un proceso de cambio de su poder judicial «muy reconocido por la ONU en cuanto a los derechos humanos».
A pesar de que este reconocimiento ha sido ya incorporado a la Constitución mexicana, de ahí a que se traduzca en una realidad operativa para que el sistema de justicia procese a favor de los derechos humanos y de las víctimas y para esclarecer los crímenes «hay un rato».
Como periodista, Arístegui asegura no poder aceptar la existencia de temas «tabú» en su país, aunque admite que cuestiones como «quién está tras los cárteles de la droga o quién permitió que este monstruo creciera» son difíciles de abordar.
Para acometer estos temas considera que sería necesaria una «mezcla» de una labor periodística «más aguerrida» acompañada de una estructura judicial que procesara, una situación que no se da.