Pyeongchang (Corea del Sur), 26 feb (dpa) – En los Juegos de verano de 2008, China se abrió al mundo, pero de aquella apertura hoy queda poco. A cuatro años de los Juegos de invierno en Pekín, los chinos no transmiten demasiada excitación, ni organizativa ni deportivamente. ¿Qué sucede?
Todas las miradas se dirigen tras el final de Pyeongchang 2018 a Pekín, la próxima sede del evento. Por primera vez, una ciudad acogerá los Juegos de verano y de invierno. Pero a los chinos apenas se les vio en Corea del Sur.
Al contrario que en los cuarteles generales de otros países, donde por la noche se festejó hasta tarde, en la Casa de China se cerraba pronto. Cuando los dirigentes celebraban con los deportistas, lo hacían «en la intimidad». «Ni siquiera nosotros podemos estar», decía una trabajadora.
Lejos del parque olímpico, la Casa de China se instaló sobre la playa de Gangneung, donde no es fácil llegar. Para hacer una visita había que arreglar una cita online, pero los mails y las llamadas no eran atendidas.
A diferencia de los abiertos japoneses con su interactiva casa de Tokio 2020, vista por más de 50.000 visitantes, los organizadores de Pekín 2022 se ubicaron en una oficina sin atractivo en un escondido rincón del centro de prensa de Pyeongchang, sin hacer apenas promoción del evento.
En la única conferencia de prensa del comité organizador, quedó mucho sin contestar. Había varios expertos a disposición de los periodistas, pero tras apenas media hora todos abandonaron la sala.
El portavoz aseguró que Pekín 2022 quiere presentar la imagen de «una nueva era en China». Se refiere a la «nueva era del socialismo con características chinas», como se conoce a las ideas centrales del todopoderoso jefe de Estado y del partido, Xi Jinping.
A diferencia de en los primeros Juegos Olímpicos en China en 2008, cuando el Reino del Centro se abrió al mundo, el país parece ahora encapsularse bajo la mano dura de Xi, dice un conocido periodista deportivo, que prefiere permanecer en el anonimato porque trabaja para un gran medio estatal.
«Todo gira aún solo alrededor del partido», dice. «China se sigue desarrollando económicamente, pero políticamente va hacia atrás».
El ambiente es en todo caso malo porque el equipo chino sólo obtuvo un oro en los Juegos surcoreanos. «Para nuestros líderes solo cuenta el oro», se queja el periodista.
Así pues, cuando Pyeonchang debería ser el pistoletazo de salida deportivo y organizativo para Pekín 2022, da la sensación de ser más bien una salida en falso.
En todo caso, los preparativos hace tiempo que están en pleno funcionamiento. Como en 2008, los organizadores no reparan en ningún gasto.
Once de los recintos construidos entonces, entre ellos el «nido de pájaro», como se conoce al estadio nacional, o el «cubo de agua», como llaman al centro de natación, volverán a utilizarse.
Lo que no habrá será distancias cortas. Muchas competencias se desarrollarán en dos zonas alejadas de la capital y obviamente con nieve artificial, porque allí apenas nieva en invierno.
Una zona está en Zhangjiakou, a casi 200 kilómetros, donde en un tiempo terminaban las caravanas de camellos de Mongolia y Rusia. Allí se disputará el esquí freestyle, el snowboard, el esquí de fondo, la combinada nórdica, los saltos y el biatlón.
El segundo lugar está a medio camino, en Yanqing, donde se realizará el esquí alpino y se construirá un canal de hielo para el bobsleigh, el luge y el skeleton.
Un tren de alta velocidad debe acortar las tres horas de viaje que se necesitan ahora hasta Zhangjiakou a 50 minutos. A Yanqing deben quedarse en 20, aunque a eso habrá que añadir los viajes en autobús hasta las estaciones.
El proyecto ferroviario es único: incluye el túnel más profundo del mundo, que pasa cien metros por debajo de la Gran Muralla, y el más largo de Asia con 12 kilómetros. También se construirá el primer puente de China sobre el que podrá circular un tren a 350 kilómetros por hora. Un vagón podrá incluso servir para hacer controles antidoping a los atletas.
El costo: unos 10.000 millones de euros. El plazo de entrega: 2019.
Por Andreas Landwehr (dpa)