Greater Noida (India), 25 oct (dpa) – Lo que en 2010 comenzó como un romance idílico entre Ferrari y Fernando Alonso, cuatro años después parece más un frío matrimonio de conveniencia.
El piloto español llegó a la escudería italiana con el objetivo de recuperar el dominio en el Mundial de Fórmula 1, pero está a un paso de terminar su séptima temporada consecutiva sin título.
«Cuando firmé por Ferrari fue como si un sueño se hubiera hecho realidad», recordó Alonso aquel emotivo momento sentado en un taburete durante el Gran Premio de la India.
«Entonces sabía que iba a tener la posibilidad de luchar por el Mundial», añadió el doble campeón de mundo con Renault. «Esto es un deporte y todo puede pasar». Y pasó lo contrario a lo que esperaba.
Alonso ganó su último Mundial en 2006, mientras que la última ducha de champagne de Ferrari data de 2007, unos datos que molestan en el orgulloso equipo rojo y que dejan grietas abiertas en la relación entre piloto y escudería.
Con los números de los últimos cuatro años en la mano, el piloto español, siempre perfeccionista y ambicioso, no puede estar contento a pesar de que diga lo contrario en el paddock de Greater Noida.
Alonso, que siempre aseguró que Ferrari sería su último equipo, no encontró la fórmula para poner fin al dominio de Sebastian Vettel, que el domingo podría conquistar su cuarto Mundial consecutivo.
Por tercera vez desde que cambiara el volante de Renault por el de Ferrari, Alonso terminará en el segundo escalón del podio si no ocurre algo parecido a un milagro, pues a Vettel le basta con quedar quinto en una de las cuatro carreras que restan para certificar su cuarto título.
En 2010 y en 2012, el español estuvo muy cerca del piloto de Red Bull, pero no le alcanzó para ganar al alemán.
«Estoy en el mejor momento de forma de mi vida y estoy pilotando las mejores carreras de mi vida», dijo Alonso en India. «Cuando me voy a la cama, estoy extremadamente orgulloso».
Como las habilidades al volante del español están fuera de toda duda, Ferrari asumió parte de la responsabilidad de la situación actual.
«Lamentablemente no estuvimos en condiciones de darle un auto que se correspondiera con su talento», dijo el jefe del equipo, Stefano Domenicali, antes del Gran Premio de la India. «Se lo compara con Vettel, pero cuando se tiene un auto mejor todo es más sencillo».
Y es que el Ferrari no es un bólido tan potente y fiable como el Red Bull que conduce Vettel. Los italianos prefieren no escucharlo, pero incluso Alonso criticó a su equipo durante la temporada, unas palabras que abrieron una grieta en la relación.
A finales de julio, Alonso no pudo contenerse después de quedar quinto en el Gran Premio de Hungría y aseguró que no tenía un equipo competitivo. Días más tarde, el dueño de Ferrari, Luca di Montezemolo, lanzó una reprimenda al español. «Entiendo su enfado, pero algunas palabras no me gustaron».
Desde entonces, en repetidas ocasiones se especuló con la salida de Alonso, que tiene contrato con la «Scuderia» hasta 2016. Los rumores subieron de volumen cuando se confirmó la vuelta del finlandés Kimi Raikkonen a Ferrari para la próxima temporada. El actual piloto de Lotus fue el último que llevó un título a las vitrinas de Maranello.
El español asegura que su tiempo en la Fórmula 1 aún no está terminado. «Estoy seguro de que tendré más oportunidades de ganar más títulos», dijo Alonso. «Me gustaría ganar, aún tengo 32 años».
Alain Prost tenía 36 cuando se marchó de Ferrari. El francés, cuatro veces campeón del mundo, demostró lo sensible que es la escudería italiana a las críticas.
Después de seis años exitosos en McLaren, Prost fichó por Ferrari en 1990 y terminó segundo el Mundial. Al año siguiente se quejó públicamente de las prestaciones de su bólido y fue despedido antes de la última carrera en Adelaida.
En Ferrari, la habilidad verbal y el trabajo en equipo son las bases para una larga relación piloto-escudería. Nadie lo sabe mejor que el alemán Michael Schumacher, que estuvo 11 años en el equipo del «cavallino rampate» y que ganó cinco títulos consecutivos.
El heptacampeón cree que Alonso no ha tenido un comportamiento correcto si su objetivo es seguir de rojo. «Puso piedras en el camino», dijo Schumacher al diario «Bild». «Hay cosas que sucedieron que no fueron favorables».
Alonso lo ve de otro modo: «El año que viene empezamos de nuevo y queremos hacerlo mejor».
Por Martin Moravec