(dpa) – ¿Brócoli, pepinillos en vinagre, queso o chocolate? ¿Por qué hay personas que se alimentan sin esfuerzo de manera saludable, mientras que otras no pueden renunciar al consumo de hamburguesas y pizza?
“La base para una nutrición sana está ya en el vientre materno», explica Frank Jochum, médico jefe de una clínica pediátrica en Berlín. «Lo que ingiere la madre también llega al niño a través de la placenta”, afirma Jochum, presidente de la Sociedad Alemana para Medicina Nutricional.
Por lo tanto, una alimentación saludable en el embarazo es buena para dos personas: la madre y el niño. ¿Pero cómo sería la alimentación óptima? «Las recomendaciones difieren solamente de manera poco relevante entre lo que se le aconseja a cada persona», señala Margret Morlo, asistente nutricional en la asociación para alimentación y dietas.
Esto significa por ejemplo que la comida fresca es mejor que la industrial. Tres porciones diarias de verdura y otras dos de fruta. Y privilegiar alimentos integrales, porque contienen elementos minerales, vitaminas y fibras vegetales.
También Frank Jochum se adhiere al concepto de no hacer una dieta especial para el embarazo. Pero las mujeres gestantes deben poner especial atención en algunas cosas. «Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, que se encuentran por ejemplo en el pescado, son importantes para el desarrollo cerebral del niño», indica.
En tanto, la necesidad de calorías no es considerablemente más elevada. «No es necesario comer por dos», aclara Morlo. «Apenas en el segundo trimestre del embarazo la cantidad diaria de calorías debe incrementarse en 250 kilocalorías. Y, en el tercer trimestre, debe aumentar en 500 kilocalorías», puntualiza.
Especial cuidado con el mito de «comer por dos» deben tener las embarazadas con fuerte sobrepeso, advierte la profesora Regina Ensenauer, pediatra y directora del Instituto de Nutrición Infantil del Instituto Max Rubner de Karlsruhe. «Los estudios demuestran que un fuerte sobrepeso al inicio del embarazo aumenta el riesgo en el niño de luego padecer él mismo exceso de peso», afirma la especialista.
Para evitarlo, Ensenauer recomienda mantener una alimentación saludable ya desde antes del embarazo. «Es más conveniente comenzar el embarazo con un peso normal y un metabolismo saludable», realza.
De todas maneras, aclara, las embarazadas con fuerte sobrepeso no deben intentar obligadamente reducir su peso. «El embarazo no es el momento correcto para ello. Podrían surgir deficiencias en la madre y en el bebé», alerta. Por lo tanto, Ensenauer recomienda en cambio mantener una alimentación balanceada, acompañada en lo posible por la introducción de mucho movimiento en la vida cotidiana.
Ya sea con o sin sobrepeso: en general hay algunos alimentos que las embarazadas deberían evitar, comenta Morlo. Entre estos se cuentan los quesos de leche cruda, alimentos crudos de origen animal, alcohol, productos de envases abiertos como feta, ensaladas envasadas y trozos de frutos, así como batidos de fruta de puestos de venta.
Tampoco es conveniente para las embarazadas el consumo de alimentos que son ofrecidos en envases abiertos en el mostrador de quesos o fiambres, explicita Ensenauer. Pero, más allá de estas prohibiciones, Jochum llama a que las mujeres embarazadas se distiendan con la comida. «La alimentación adecuada para embarazadas no debe conducir a grandes inseguridades ni a un gran estrés», asevera.
Por Sandra Arens (dpa)
Foto: Christin Klose/dpa-tmn