A diferencia de la longeva relación que la española Elsa Pataky mantiene con la prensa y la opinión pública de su país, su apuesto marido, el actor Chris Hemsworth, solo ha empezado a coquetear con la fama desde que diera vida por primera vez al superhéroe Thor en la gran pantalla (2011), lo que explica que el australiano esté experimentando ahora las consecuencias de una popularidad con la que no acaba de familiarizarse.
Pese a que trata de pasar completamente desapercibido cuando se encuentra en la vía pública, ya sea evitando grandes aglomeraciones o tapando su rostro con una gorra, al popular intérprete le resulta imposible salir de casa sin que un reportero trate de hacerle una foto o una seguidora le pida un autógrafo; una situación difícil de sobrellevar pero que al mismo tiempo se toma como un gran cumplido profesional.
«La verdad es que jamás esperé encontrarme en una situación así, en la que me es imposible llevar una vida normal sin que la gente me reconozca y me pare por la calle. Una vez decidí cortarme el pelo y vestirme de la forma más discreta posible para que no me asociaran con Thor, pero ni aun así fui capaz de conseguir que la gente no se diera cuenta de quién era. Hasta en Kuala Lumpur me tuve que parar en una ocasión para hacerme unas fotos con los fans de la película, algo que en ese momento no me importó demasiado porque siempre sienta bien que te admiren por tu trabajo», explicó Chris Hemsworth al diario británico Daily Express.
Tanta expectación habría motivado que la pareja adquiriera recientemente una lujosa mansión en Malibú (California), una exclusiva vivienda por la que han desembolsado casi 4 millones de euros y en la que la pareja podría fijar ahora su residencia principal.