Montecarlo, 21 abr (dpa) – El español Rafael Nadal y japonés Kei Nishikori se verán las caras mañana en la final del torneo de tenis de Montecarlo, después de vencer hoy, de maneras muy distintas, al búlgaro Grigor Dimitrov y al alemán Alexander Zverev, respectivamente.
El número uno del mundo derrotó al vigente campeón del Masters de Londres con un contundente 6-4 y 6-1 en 92 minutos de juego y continuó así su marcha arrolladora en el principado, donde no perdió ni un set en toda la semana y, de momento, superó con comodidad a todos sus rivales.
En la final de mañana, el español intentará conquistar su undécimo título en Montecarlo y el número 76 de su carrera. Sería su primer trofeo desde octubre de 2017, cuando se coronó en Pekín.
El encuentro de hoy sólo tuvo algo de suspenso en el comienzo del primer set, en el que ambos se quebraron mutuamente el servicio. Pero una vez que Nadal rompió cuando Dimitrov sacaba 4-5 aprovechando dos dobles faltas del búlgaro, ya no hubo más partido.
A pesar de la victoria y el buen nivel, Nadal dejó el encuentro con cierta insatisfacción por algunos fallos en su drive. Por eso, estando aún en la pista, pidió a su equipo técnico que le reserve una cancha de entrenamiento para ir a practicar unas derechas. Un gesto que muestra el espíritu competitivo de Nadal.
«Creo que necesitaré jugar un poco mejor mañana», comentó Nadal de cara a su duodécima final en Montecarlo. Sólo perdió una, ante el serbio Novak Djokovic en 2013.
«Cada año es completamente diferente y especial. Sólo quiero enfocarme en hacer lo que debo hacer para tener otra posibilidad mañana. No pienso en los títulos», agregó el número uno de mundo.
El español, en cualquier caso, luce otra vez en forma tras un comienzo de temporada marcado por los problemas físicos. Una lesión en el psoas de la pierna derecha le obligó a retirarse en los cuartos de Australia y a ausentarse en Acapulco, Indian Wells y Miami. Sin embargo, volvió a mostrar buen nivel en la serie de Copa Davis ante Alemania en Valencia y ahora está pisando el acelerador en su tramo favorito de la temporada.
«El cuerpo está bien, me estoy sintiendo bien. Y las victorias en dos sets todos los días aquí están ayudando», señaló.
Nishikori, de su lado, tuvo que batallar mucho más. El japonés, que busca volver a su mejor forma tras una lesión de la muñeca, venció con parciales de 3-6, 6-3 y 6-4 a un Zverev que llegaba como favorito, pero al que doblegó sacando su gran repertorio.
Fue un intenso duelo de más de dos horas que durante muchos momentos no tuvo dominador claro, hasta que Nishikori rompió el servicio del germano en el final del tercer set, y se clasificó por cuarta vez en su carrera a la final de un Masters 1000.
El japonés, que llegó a ser cuatro del mundo y hoy ocupa el puesto 36 del escalafón, estaba jugando un torneo Challenger hace dos meses en Dallas, pero en Montecarlo se está volviendo a parecer al jugador de elite que supo ser.
Si en cuartos de final salvó tres puntos de partido ante el croata Marin Cilic, ante Zverev no cedió pese a perder la primera manga y, por el contrario, redujo a uno de los tenistas con mejor presente del circuito.
«Estoy contento de volver a una final en un Masters», dijo el japonés. «Ha sido un tiempo largo para mí. Ojalá pueda tener un buen día mañana», agregó el nipón, que está muy consciente de la dificultad que entrenará enfrentar a Nadal.
«Ha estado jugando con mucha solidez esta semana. Espero encontrar una manera de vencerlo», concluyó.