Gareth Bale, el extraño e inesperado héroe de Kiev

Kiev, 26 may (dpa) – Un hombre destinado a pasar la peor noche de su carrera se encontró con la más espléndida, con la que todo futbolista sueña. Fue el galés Gareth Bale, héroe de la final de la Liga de Campeones de Kiev con dos goles decisivos, uno de ellos para la historia, después de comenzar como suplente.

Nada sugería tamaño desenlace, pero estas cosas tiene el fútbol. Bale, a quien muchos dan fuera del Real Madrid para la próxima temporada, se convirtió en el MVP de la final, protagonista de la decimotercera Copa de Europa del equipo blanco, que superó 3-1 al Liverpool.

La acción por la que será recordada esta final ocurrió a los 64 minutos. Marcelo centró desde la izquierda y cuando el balón parecía que iba a superar a Bale, el galés se levantó de espaldas y ejecutó una «chilena» asombrosa para poner el 2-1 a favor del Real Madrid.

Más intrascendente sería su segundo tanto, ya cerca del final, tras contar con el regalo de un «amigo», el arquero alemán Loris Karius, que dio un recital de errores en Kiev. El portero del Liverpool fue la otra cara de la moneda, una de esas actuaciones que pueden hundir una carrera, una noche que tardará el olvidar.

Tres horas antes, la figura de Bale era la de un hombre derrotado. Llegaba a Kiev en el autobús del equipo y se bajaba con desgano, con el rostro propio de un futbolista decepcionado. Ya sabía que era suplente. Así lo había decidido su entrenador, Zinedine Zidane, sin atender a la trayectoria goleadora del galés durante el último mes.

También hay algo mágico en este Zidane que el día anterior al partido manifestó: «Todos mis jugadores son muy buenos y algunos se quedarán fuera. Al jugador le puede decepcionar ser suplente, pero cuando empieza el partido está con el equipo. Somos una piña y desde el banquillo también se puede aportar al equipo. A veces el que entra hace la diferencia». Una tremenda premonición.

Bale entró en el campo a los 60 minutos y sólo tardo cuatro minutos en hacer esa diferencia. Lo consiguió con uno de esos goles que se recordarán durante décadas, una «chilena» asombrosa que sirvió para lanzar hacia la leyenda a un Real Madrid que se convirtió en el primer equipo en ganar tres Copas de Europa consecutivas desde 1976, cuando lo hizo el Bayern Múnich.

El MVP de la final fue para un futbolista que jugó 30 minutos, para un hombre que le robó los focos a Cristiano Ronaldo, el lesionado Mohamed Salah o cualquier otro candidato a ser el héroe de la Liga de Campeones.

El fútbol demostró en esta final que tiene algo de perverso: el protagonista fue un futbolista que estaba en otro lugar tres horas antes. La pregunta que queda es: ¿Seguirá Bale en el Real Madrid la próxima temporada? Lo que hizo en Kiev fue asombroso.

Por Alberto Bravo (dpa)