Categoría: Entrevistas

  • Mathias Fischedick: «El multitasking es pura ilusión»

    Mathias Fischedick: «El multitasking es pura ilusión»

    multitasking
    Foto: Christin Klose/dpa

    (dpa) – Todos los días intentamos resolver varias tareas al mismo tiempo: le escribimos un correo a una cliente mientras le respondemos en el chat a un compañero y cambiamos la hora de una reunión en zoom. El «multitasking» se considera eficiente, creemos que logramos hacer mucho más cuando liquidamos varias cosas al mismo tiempo. Pero, ¿es realmente así?

    El coach Mathias Fischedick, en Alemania, cree que las bondades de la multitarea son un mito, y por eso escribió un libro sobre «cómo liquidar más asuntos sin quedar liquidado». En esta entrevista explica cómo podemos ser más rápidos y cometer menos errores evitando la simultaneidad.

    dpa: Usted sostiene que el multitasking es un mito, ¿por qué? ¿Qué suele hacerse mal?

    Mathias Fischedick: Pensar que el multitasking funciona es pura ilusión. Nuestro cerebro solo puede ejecutar una tarea a la vez en forma consciente. Si usted intenta responder un correo mientras habla por teléfono, lo que sucede en realidad es que su atención salta todo el tiempo de una cosa a la otra, con lo cual en definitiva usted no está liquidando las dos cosas en paralelo, sino que está alternando rápidamente entre ambas tareas.

    Cada uno de esos innumerables saltos de atención cuesta energía y tiempo. Es decir, al final se consume más tiempo de lo que llevaría hacer una cosa después de la otra. Además, intentar hacer varias cosas a la vez genera más errores, y corregirlos lleva más tiempo, que de por sí es valioso.

    dpa: ¿Cuáles son las tareas típicas que creemos poder hacer al mismo tiempo en el trabajo?

    Fischedick: Escribir un correo y hacer un llamado al mismo tiempo es un caso típico de la jornada laboral. Creemos que podemos hacer ambas cosas en simultáneo, pero cualquiera que haya intentado escuchar alguna vez con un mínimo de atención a quien llama por teléfono mientras escribe un correo habrá notado que tiene que reescribir el correo porque le faltan cosas, no dice realmente lo que uno pretendía o tiene cualquier cantidad de errores de tipeo.

    A la inversa, si nos concentramos en escribir, no escuchamos a nuestro interlocutor al teléfono. Por un lado, es una falta de respeto y, por el otro, después no podemos recordar bien todo lo que nos dijo. Al final, todo el asunto nos lleva mucho más tiempo que tener primero la conversación telefónica y después escribir el mail.

    dpa: Es decir, es prácticamente imposible hacer más de una cosa a la vez. ¿Cuál sería entonces la regla a seguir para poder liquidar los pendientes?

    Fischedick: Tener poca distracción, una estructura clara y hacer pausas frecuentes son, en mi opinión, los factores más relevantes para poder trabajar lo más posible.

    Hoy en día, en la era digital, estamos expuestos a distracciones permanentes, ya sea por mails, mensajes o llamados. Por eso mi consejo es que hay que eliminar la mayor cantidad de fuentes de distracción posibles. Eso implica poner el móvil sin sonido y colocarlo en caso ideal boca abajo para que no estemos mirando de reojo cada luz que se enciende o mensaje que entra. Del mismo modo puede establecerse en las configuraciones del software del correo electrónico que no avise automáticamente cada vez que ingrese un correo sino que lo haga a pedido. De ese modo, somos nosotros los que decidimos cuándo estamos dispuestos a recibir algo nuevo.

    Contar con una estructura es fundamental, ya que ahorramos energía y tiempo cuando sabemos qué tenemos que terminar hasta qué momento y, sobre todo, ¡por qué! El motivo de una tarea nos deja en claro su sentido, y cuando comprendemos su sentido abordamos la tarea con mayor motivación y más enfocados en el objetivo. Por eso recomiendo preguntarse, ante cualquier tarea que uno tenga por delante, cuál es el sentido, y no hacer nada por costumbre.

    dpa: ¿Cuál es el mejor modo de organizar las pausas en el trabajo?

    Fischedick: Lo ideal es hacer entre 10 y 20 minutos de pausa cada 90 minutos. Y me refiero a una pausa real. Si en esos 10-20 minutos usted se pone a responder mensajes privados que le llegaron al móvil, su cerebro no descansa. Para mí, entre las mejores alternativas para hacer una pausa real están salir a dar una vuelta breve, comer en modo consciente algún snack, hacer un par de ejercicios físicos, algo de yoga, escuchar música o bailar. Lo que también aporta mucha energía nueva en poco tiempo son las «powernaps» o siestas de entre 15 y 20 minutos.

    dpa: ¿Cómo protegerse de las fuentes de distracción que siempre vuelven a interrumpir nuestra concentración?

    Fischedick: Cada cual se conoce y sabe cuáles son las fuentes de distracción más tentadoras, sean los mensajes de whatsapp de amigos, un mail o un compañero que pasa a ver cómo anda todo. Si sé qué es lo que me desconecta de lo que estoy haciendo, puedo hacer algo para evitarlo. Por ejemplo, dejar sin sonido el móvil o colocar en la puerta un cartel que diga «estoy ocupado y necesito toda mi concentración. A partir de las xx:xx estoy nuevamente disponible».

    dpa: ¿Y cuál es el mejor modo de volverse a concentrar después de una interrupción, por ejemplo, un llamado de teléfono?

    Fischedick: Para poder volver a tener la cabeza realmente libre para lo que uno estaba haciendo habría que procesar primero las informaciones nuevas y las impresiones que nos generó la llamada entrante que nos perturbó. Por ejemplo, resolviendo de inmediato lo que requería ese llamado. Ese modo de actuar sirve cuando las tareas resultantes son menores, o sea, si se trata de reenviar algún documento o un correo, por ejemplo.

    En cambio, si lo que se requería en la llamada lleva más tiempo que eso, mi consejo es apuntar en un papel exactamente qué hay que hacer más tarde. Al externalizar las tareas y estructurarlas por escrito, libero la cabeza de esos pensamientos para poder continuar con lo que estaba haciendo antes de ser interrumpido.

    Por Amelie Breitenhuber (dpa)

     

  • Maren Urner: “Deberíamos rodearnos de personas que nos resultan inspiradoras”

    Maren Urner: “Deberíamos rodearnos de personas que nos resultan inspiradoras”

    personas inspiradoras
    Foto: Christin Klose/dpa

    (dpa) – La pandemia puso patas arriba la vida de mucha gente. En muchos países no se puede salir de vacaciones o ir a comer a un restaurante. Sin embargo, no todo debe ser desolación. Si se aprende a aprovechar algunas de estas circunstancias, puede hasta haber beneficios.

    Algunos especialistas creen que quien aprende a aprovechar estas circunstancias hasta puede salir ganando, ya que los nuevos comportamientos y costumbres pueden ser beneficiosos para la salud, la convivencia y el medio ambiente.

    La catedrática alemana Maren Urner es neurocientífica y explica en esta entrevista cómo perseverar en los objetivos de forma sostenida.

    Pregunta: ¿Por qué caemos tan rápidamente en las viejas costumbres?

    Maren Urner: ¡El hombre es realmente un animal de costumbre! Y eso tiene que ver básicamente con la forma en que funciona nuestro cerebro. Las investigaciones demostraron que entre el 90 y el 95 por ciento de nuestras acciones en un día promedio tienen que ver con la costumbre. Si hacemos algo con frecuencia, se van interconectando con más fuerza las estructuras responsables en el cerebro. Esto hace que los senderos muy transitados se conviertan en autopistas, por decirlo de alguna forma. Y estas autopistas no se eliminan de la noche a la mañana.

    Pregunta: ¿Tiene consejos para que podamos mantener en el tiempo los objetivos que nos fijamos?

    Urner: Un componente muy importante es el entorno social. Deberíamos rodearnos de personas que nos resultan inspiradoras, que nos apoyan. Podemos citarnos con ellas y fijar objetivos juntos.

    También es importante fijarse objetivos intermedios. Nadie que nunca haya usado zapatillas de correr puede disputar al otro día un maratón. Por eso, lo mejor es empezar con pequeños objetivos intermedios. Esta receta sirve también para vivir de forma más sostenible. ¿Qué puedo cambiar, por ejemplo, esta semana? Si nos hacemos esta pregunta cada semana, probablemente hayamos logrado algunas cosas para fin de año.

    Esos objetivos intermedios nos permiten darnos cuenta de que se pueden cambiar cosas. Esto hace que no nos sintamos impotentes ante el enorme desafío de perseverar en todos los ámbitos de nuestra vida.

    Pregunta: ¿Cómo sería un objetivo intermedio así?

    Urner: Hay grandes ámbitos en los que se pueden ir cambiando hábitos de forma sostenida: alimentación, movilidad, vivienda y el consumo en general. Al principio, cualquiera puede empezar preguntándose: ¿qué ámbito me es más fácil?

    Si alguien ya es vegetariano, por ejemplo, un objetivo de este tipo puede ser alimentarse solo de plantas -es decir, como vegano- durante dos días a la semana. Quien, por el contrario, come carne todos los días, puede probar con el flexitarianismo (alguien que es vegetariano en casa pero acepta comer carne en eventos sociales, por ejemplo).

    En cuanto a la movilidad, quienes viven en una ciudad pueden preguntarse: ¿necesito realmente un coche propio? Si renunciar al automóvil parece un paso demasiado grande, se puede empezar por usar la bicicleta o viajar en transporte público algunos días a la semana.

    Siempre sirve ser sincero con uno mismo. ¿Dónde estoy parado? ¿De dónde vengo? Y luego pensar de forma realista qué se puede lograr en una semana o un mes.

    Pregunta: Ya que se está renunciando a cosas que a uno le gustan… ¿debería uno regalarse una recompensa luego?

    Urner: En este punto me gustaría repreguntar: ¿cómo definimos renuncia y cómo ganancia? Como neurocientífica estoy convencida de que todo pasa por nuestra cabeza. Por eso es muy importante cómo discutimos sobre estas cosas con nosotros mismos y también con la sociedad.

    Se trata de renombrar las cosas. Entonces no digo «renuncio a la carne», sino «aprenderé nuevas recetas con verduras». No digo: «Renuncio al auto», digo «Viajar en bici en vez de en auto me permite darme cuenta por mí mismo qué tiempo está haciendo».

    Si me fijo objetivos con otras personas puedo ganar contactos sociales y la sensación de poder cambiar algo activamente, gano además nuevas experiencias porque consumo otras cosas y paso mi tiempo de otra manera.

    Pregunta: Las buenas intenciones suelen pesar rápidamente sobre la conciencia cuando no se cumple con los objetivos. ¿Cómo hacemos para salir de esta espiral?

    Urner: Nadie puede cambiar su vida por completo de la noche a la mañana. Las buenas intenciones suelen fracasar porque las personas se fijan objetivos poco realistas y quieren lograr cosas demasiado rápido.

    No deberíamos fracasar ante nuestras propias intenciones, sino trabajar con estos objetivos intermedios y ser amables con nosotros mismos. Si las cosas no salen bien todos los días, como se esperaba, eso no significa que hayamos fracasado y que por eso debamos volver a las viejas costumbres.

    Por Christina Bachmann (dpa)

     

  • Entrevista con Vitali Stepanov

    Entrevista con Vitali Stepanov

    Vitali Stepanov
    Foto: Privado/Vitali Stepanov/dpa/dpa

    (dpa) – Vitali Stepanov, uno de los informantes más conocidos de la historia del deporte, tuvo que huir precipitadamente de Rusia a fines de 2014. Como testigo principal en un documental televisivo, había revelado detalles del sistema de dopaje que aplicaba ese país con el apoyo del Estado. Tras una estancia en Alemania, finalmente decidió mudarse con su esposa Yulia y su hijo a Estados Unidos.

    En entrevista con dpa, Stepanov, de 38 años, habla de doping, del papel del Comité Olímpico Internacional (COI) y de su nueva vida en Estados Unidos.

    dpa: Hace cuatro años solicitó asilo y permiso de residencia a Estados Unidos. Un tiempo largo. ¿Hubo una respuesta de las autoridades?

    Stepanov: Aun esperamos a ser entrevistados. Hasta ahora, no hay movimiento en este proceso. El próximo paso sería recibir una citación para conversar con un funcionario de inmigración, para presentarle nuestro caso. Todavía estamos esperando eso.

    dpa: ¿No se desanima?

    S: No. Seguimos teniendo la esperanza de poder quedarnos aquí. Y eso es todo lo que podemos hacer por ahora: esperar y que nos citen para la entrevista.

    dpa: ¿Sueña con regresar algún día a su patria, Rusia?

    S: Ya no consideramos a Rusia nuestra patria. Lo vemos como un lugar donde nacimos. Pero no tenemos planes de regresar a Rusia. Ahora tenemos que ver si podemos quedarnos para siempre en Estados Unidos. Si no, tenemos que encontrar otro lugar donde vivir.

    dpa: El «New York Times» lo describió hace un año como «el informante de aquí al lado». ¿Lleva una vida normal en Estados Unidos, el país que eligió para vivir?

    S: Sí, así vivimos ahora nuestra vida. Nadie sabe realmente quiénes somos. No tenemos muchos amigos, pero tenemos amigos que estimamos y estamos orgullosos de que sean parte de nuestra vida. Algunos también tienen niños con los que puede jugar nuestro hijo. Pero tampoco es que vamos por ahí y preguntamos: ¿Qué hacen y cómo pasan su tiempo?

    dpa: En Rusia es considerado un traidor. Solo muy pocos saben dónde vive hoy. En vista del intento de asesinato por envenenamiento del opositor ruso Alexei Navalny, ¿le teme al largo brazo de Moscú?

    S: No tenemos miedo a una venganza, porque no estamos en Rusia. Realmente no hay razón para temerle a algo que no conoces. Por eso simplemente vivimos nuestra vida normal, como personas normales.

    dpa: Rusia será excluida de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 y de los de Invierno en Pekín en 2022. El Tribunal de Arbitraje Deportivo redujo a la mitad la suspensión original de cuatro años. Esa decisión fue fuertemente criticada. Desde su punto de vista, ¿fue un revés o un éxito?

    S: Yo hubiera deseado que se hubiera mantenido la suspensión de cuatro años. Pero todas las partes fueron oídas y presentaron sus casos. Por eso espero que los jueces finalmente hayan valorado todo y tomado una decisión apropiada. Ahora todos deben vivir con esta decisión, también los atletas en Rusia. Y es bueno que ahora los países puedan ser responsabilizados por engaños en el deporte y por el hecho de que sus atletas se dopan y lo ocultan. Por eso creo que es un paso importante en la lucha contra el doping y a favor de la ética en el deporte.

    dpa: Antes usted criticaba al Comité Olímpico Internacional. A su esposa Yulia no se le permitió competir en los Juegos Olímpicos de Río en 2016. Pero ahora asesora al COI en temas relacionados al doping e incluso su familia recibe ayuda financiera desde Lausana.

    S: Solo puedo estarles agradecido porque les parezca importante mi opinión. Estoy a disposición en todo momento. Y podemos estar agradecidos al COI porque además nos paguen por nuestro consejo respecto de los informantes y del doping. Eso realmente fue inesperado. Nos alegra que la dirección del COI se ocupe de los informantes. Yo tengo un contrato de asesor y además el COI ayuda a Yulia en sus estudios.

    dpa: Evidentemente, el deporte y los políticos en Rusia aprendieron poco del escándalo y de las sanciones. ¿O ve usted algún tipo de reforma real o cambios en el sistema, en la manera de pensar?

    S: El gobierno ruso no está ayudando, porque sigue adelante con el ocultamiento y engaña al movimiento olímpico. Es el principal culpable, no los demás. Los demás solo intentan ocuparse de eso y luchar porque no todo se eche a perder. Porque se enfrentan al país más grande del mundo, uno de los más poderosos dentro del movimiento olímpico.

    dpa: ¿O sea que no se puede esperar una evolución positiva?

    S: Yo tengo cero confianza en que en Rusia se produzcan transformaciones verdaderas. Y justo esa era nuestra esperanza desde el principio. Lamentablemente el gobierno ruso no quiere ese cambio, sigue ocultando el doping. Y no hay nadie que le recrimine algo o le eche la culpa. En vez de eso, sigue mintiendo y ocultando.

    dpa: En Estados Unidos entró en vigor hace poco la Ley Rodchenkov, que permite a las autoridades de Estados Unidos en el futuro perseguir judicialmente a cualquier deportista que incumpla la normativa antidopaje en cualquier lugar del mundo. La ley lleva el nombre de otro informante, su compatriota Grigori Rodchenkov, ex jefe del laboratorio antidoping en Moscú.

    S: Creo que esa ley puede fortalecer la lucha contra el doping. Posibilita la sanción de personas que están involucradas en conspiraciones internacionales de dopaje. Es positivo el hecho de que alguien que ocultó el doping, que destruyó los valores olímpicos y que puso en riesgo la salud de los atletas durante décadas decida pasar al lado de la verdad. Si analizo todo eso, diría: es positivo.

    dpa: ¿Lamenta algo de lo que hizo hace seis años y de lo que generó? ¿Valió la pena?

    S: ¡Claro! La verdad salió a la luz y los organizadores de eventos deportivos más importantes se vieron obligados a ocuparse de eso. Y, sí, estamos felices por eso, porque creo que el movimiento anti-doping hoy en día es mucho más fuerte. Y veo mejores posibilidades para atletas limpios de triunfar en competencias internacionales.

    Vitali Stepanov es una figura clave para destapar el doping en el deporte ruso. Fue el primer informante que reveló en diciembre de 2014 detalles del fraude que se venía llevando a cabo desde hace años en diferentes disciplinas deportivas. Fue empleado de la agencia antidoping rusa Rusada. Stepanov vive con su esposa Yulia, una corredora especializada en la categoría de 800 metros, y su hijo de siete años en un lugar no revelado de Estados Unidos desde 2015. Es asesor del COI.

    Por Ralf Jarkowski (dpa)