(dpa) – Vitali Stepanov, uno de los informantes más conocidos de la historia del deporte, tuvo que huir precipitadamente de Rusia a fines de 2014. Como testigo principal en un documental televisivo, había revelado detalles del sistema de dopaje que aplicaba ese país con el apoyo del Estado. Tras una estancia en Alemania, finalmente decidió mudarse con su esposa Yulia y su hijo a Estados Unidos.
En entrevista con dpa, Stepanov, de 38 años, habla de doping, del papel del Comité Olímpico Internacional (COI) y de su nueva vida en Estados Unidos.
dpa: Hace cuatro años solicitó asilo y permiso de residencia a Estados Unidos. Un tiempo largo. ¿Hubo una respuesta de las autoridades?
Stepanov: Aun esperamos a ser entrevistados. Hasta ahora, no hay movimiento en este proceso. El próximo paso sería recibir una citación para conversar con un funcionario de inmigración, para presentarle nuestro caso. Todavía estamos esperando eso.
dpa: ¿No se desanima?
S: No. Seguimos teniendo la esperanza de poder quedarnos aquí. Y eso es todo lo que podemos hacer por ahora: esperar y que nos citen para la entrevista.
dpa: ¿Sueña con regresar algún día a su patria, Rusia?
S: Ya no consideramos a Rusia nuestra patria. Lo vemos como un lugar donde nacimos. Pero no tenemos planes de regresar a Rusia. Ahora tenemos que ver si podemos quedarnos para siempre en Estados Unidos. Si no, tenemos que encontrar otro lugar donde vivir.
dpa: El «New York Times» lo describió hace un año como «el informante de aquí al lado». ¿Lleva una vida normal en Estados Unidos, el país que eligió para vivir?
S: Sí, así vivimos ahora nuestra vida. Nadie sabe realmente quiénes somos. No tenemos muchos amigos, pero tenemos amigos que estimamos y estamos orgullosos de que sean parte de nuestra vida. Algunos también tienen niños con los que puede jugar nuestro hijo. Pero tampoco es que vamos por ahí y preguntamos: ¿Qué hacen y cómo pasan su tiempo?
dpa: En Rusia es considerado un traidor. Solo muy pocos saben dónde vive hoy. En vista del intento de asesinato por envenenamiento del opositor ruso Alexei Navalny, ¿le teme al largo brazo de Moscú?
S: No tenemos miedo a una venganza, porque no estamos en Rusia. Realmente no hay razón para temerle a algo que no conoces. Por eso simplemente vivimos nuestra vida normal, como personas normales.
dpa: Rusia será excluida de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 y de los de Invierno en Pekín en 2022. El Tribunal de Arbitraje Deportivo redujo a la mitad la suspensión original de cuatro años. Esa decisión fue fuertemente criticada. Desde su punto de vista, ¿fue un revés o un éxito?
S: Yo hubiera deseado que se hubiera mantenido la suspensión de cuatro años. Pero todas las partes fueron oídas y presentaron sus casos. Por eso espero que los jueces finalmente hayan valorado todo y tomado una decisión apropiada. Ahora todos deben vivir con esta decisión, también los atletas en Rusia. Y es bueno que ahora los países puedan ser responsabilizados por engaños en el deporte y por el hecho de que sus atletas se dopan y lo ocultan. Por eso creo que es un paso importante en la lucha contra el doping y a favor de la ética en el deporte.
dpa: Antes usted criticaba al Comité Olímpico Internacional. A su esposa Yulia no se le permitió competir en los Juegos Olímpicos de Río en 2016. Pero ahora asesora al COI en temas relacionados al doping e incluso su familia recibe ayuda financiera desde Lausana.
S: Solo puedo estarles agradecido porque les parezca importante mi opinión. Estoy a disposición en todo momento. Y podemos estar agradecidos al COI porque además nos paguen por nuestro consejo respecto de los informantes y del doping. Eso realmente fue inesperado. Nos alegra que la dirección del COI se ocupe de los informantes. Yo tengo un contrato de asesor y además el COI ayuda a Yulia en sus estudios.
dpa: Evidentemente, el deporte y los políticos en Rusia aprendieron poco del escándalo y de las sanciones. ¿O ve usted algún tipo de reforma real o cambios en el sistema, en la manera de pensar?
S: El gobierno ruso no está ayudando, porque sigue adelante con el ocultamiento y engaña al movimiento olímpico. Es el principal culpable, no los demás. Los demás solo intentan ocuparse de eso y luchar porque no todo se eche a perder. Porque se enfrentan al país más grande del mundo, uno de los más poderosos dentro del movimiento olímpico.
dpa: ¿O sea que no se puede esperar una evolución positiva?
S: Yo tengo cero confianza en que en Rusia se produzcan transformaciones verdaderas. Y justo esa era nuestra esperanza desde el principio. Lamentablemente el gobierno ruso no quiere ese cambio, sigue ocultando el doping. Y no hay nadie que le recrimine algo o le eche la culpa. En vez de eso, sigue mintiendo y ocultando.
dpa: En Estados Unidos entró en vigor hace poco la Ley Rodchenkov, que permite a las autoridades de Estados Unidos en el futuro perseguir judicialmente a cualquier deportista que incumpla la normativa antidopaje en cualquier lugar del mundo. La ley lleva el nombre de otro informante, su compatriota Grigori Rodchenkov, ex jefe del laboratorio antidoping en Moscú.
S: Creo que esa ley puede fortalecer la lucha contra el doping. Posibilita la sanción de personas que están involucradas en conspiraciones internacionales de dopaje. Es positivo el hecho de que alguien que ocultó el doping, que destruyó los valores olímpicos y que puso en riesgo la salud de los atletas durante décadas decida pasar al lado de la verdad. Si analizo todo eso, diría: es positivo.
dpa: ¿Lamenta algo de lo que hizo hace seis años y de lo que generó? ¿Valió la pena?
S: ¡Claro! La verdad salió a la luz y los organizadores de eventos deportivos más importantes se vieron obligados a ocuparse de eso. Y, sí, estamos felices por eso, porque creo que el movimiento anti-doping hoy en día es mucho más fuerte. Y veo mejores posibilidades para atletas limpios de triunfar en competencias internacionales.
Vitali Stepanov es una figura clave para destapar el doping en el deporte ruso. Fue el primer informante que reveló en diciembre de 2014 detalles del fraude que se venía llevando a cabo desde hace años en diferentes disciplinas deportivas. Fue empleado de la agencia antidoping rusa Rusada. Stepanov vive con su esposa Yulia, una corredora especializada en la categoría de 800 metros, y su hijo de siete años en un lugar no revelado de Estados Unidos desde 2015. Es asesor del COI.
Por Ralf Jarkowski (dpa)