MARRAKECH (dpa) – El jardín más extraordinario de Marrakech está situado lejos del barullo: Anima, creado por el artista austriaco André Heller, quien vive en Marruecos. Aunque no fue inaugurado hasta 2016, el aspecto del jardín no es nuevo, sino que sus árboles son grandes y maduros. «A tal efecto, tuve que transportar por el país, en una logística complicada, palmeras y cactus altos», explica Heller, quien ya ha diseñado jardines en muchos países. Anima es la obra botánica de toda su vida.
Plantas exóticas crecen alrededor de obras de arte. Una cabeza de un metro de alto hecha de teselas expulsa agua nebulizada. Un cactus gigantesco acompaña una escultura del artista pop Keith Haring. El barco «Esperanza» parece deslizarse como un arca de Noé sobre el césped.
Pero Marrakech tiene más oasis fascinantes. Un jardín que casi todos los turistas en la ciudad imperial visitan es el Jardin Majorelle. Se lo conoce por el reluciente color azul cobalto de sus edificios y pilas, un bonito contraste con el verde de las cactáceas y palmeras.
El jardin fue creado en la década de los 20 por el pintor francés y coleccionista de plantas Jacques Majorelle. En 1980, el diseñador de moda Yves Saint Laurent compró el jardín y agregó imponentes cactáceas de Estados Unidos. Para el modista, el jardín servía como refugio inspirador.
Los jardines de Marrakech no podrían existir sin un sistema refinado de suministro de agua. Tubos subterráneos llevan el agua de la cercana cordillera del Atlas a la ciudad, una técnica de 1.000 años de antigüedad. Este sistema hidráulico sobrevivió en el Jardin Secret, situado en la periferia de la Medina.
Después de atravesar los angostos y ruidosos zocos, característicos de Marrakech, uno de repente se encuentra en medio de un espacio de tranquilidad y belleza. El «Jardín Secreto», inaugurado en 2016, está inspirado en un antiguo riad, una casa marroquí con un patio central decorado con flores o plantas.
Marrakech está llena de riads. Muchos de estos edificios históricos son actualmente hoteles. Detrás de sus portales de entrada hay paraísos jardineros que a veces también están abiertos a quienes no están alojados en el hotel.
Uno de los jardines más grandes está rodeado de imponentes muros con almenas. En el siglo XVIII, el sultán Mohamed Ben Abdellah mandó construir el jardín, de ocho hectáreas, con plantas útiles y un palacio, para su hijo Mamoun. Un jardín simétrico como es habitual en países islámicos. En 1923, el palacio fue convertido en el primer hotel de Marrakech.
Los visitantes, también los que no están hospedados en el legendario alojamiento, pueden pasear por el jardín La Mamounia y tomar té de menta marroquí bajo las altísimas palmeras. Los caminos del jardín están flanqueados por olivos centenarios. De sus frutos se extrae aceite. Por los troncos nudosos trepan rosas. El aire está impregnado del olor de 700 naranjos. De la cercana mezquita Kutubía resuena la voz del almuédano llamando a la oración.
A poca distancia se encuentra el jardín Arsat Moulay Abdeslam, que fue reabierto en 2005 como ciberparque. También este jardín fue un regalo del sultán para uno de sus hijos. Los setos recortados meticulosamente recuerdan al arte jardinero francés. También muchos nativos visitan este jardín. Parejas jóvenes tomadas de la mano están sentadas a la sombra de viejos árboles. Los jardines son un excelente escenario para los amantes, también en Marrakech.
Información básica: Marrakech
Cuándo viajar: La mayoría de los jardines en Marrakech están abiertos todo el año. La época ideal para viajar es la primavera.
Jardines: El jardín Majorelle está situado en la periferia norte de la zona nueva de Marrakech. El Jardin Secret se encuentra junto a la Medina en la periferia oeste de los zocos. El jardín Anima está ubicado unos 30 kilómetros al sur del centro de la ciudad, cerca de la localidad de Ourika. Desde la mezquita Kutubía sale una lanzadera gratis al jardín Anima. Al jardín Arsat Moulay Abdesalam y el jardín del hotel «La Mamounia» se puede llegar andando desde la plaza Yamaa el Fna.
Internet: www.visitmorocco.com
Por Daniela David (dpa)
Foto: Daniela David/dpa-tmn