(dpa) – La tecnología de control por voz para operar dispositivos ya funciona en millones de altavoces, teléfonos inteligentes y ordenadores con asistentes virtuales como Alexa, Google Assistant, Bixby, Siri o Cortana.
Los fabricantes de televisores llevan diez años apostando por el control por voz para facilitar a los usuarios el manejo de los aparatos. En un principio, la tecnología utilizada era aún muy rudimentaria, recuerda Ulrike Kuhlmann, redactora de la revista alemana de informática «c’t».
«En 2012, los televisores ya incluían, además de control por voz, también control por gestos. Su funcionamiento, sin embargo, era tan deficiente que no presentaban ninguna mejora para los usuarios», señala la experta. «El control por voz solo funcionaba si se sabía el comando exacto y mientras no hubiera otros ruidos en la habitación», añade. En la mayoría de los casos, pulsar el botón del mando a distancia resultaba ser más rápido y eficiente.
Los actuales sistemas de asistencia por voz han evolucionado y no tienen casi nada en común con sus antepasados. Kuhlmann explica que hoy, por ejemplo, el micrófono suele estar incorporado en el mando a distancia y se activa pulsando un botón.
Según la experta, esta innovación debería disipar las preocupaciones de muchos usuarios en materia de protección de datos: «Los primeros aparatos tenían el micrófono incorporado en el televisor y, en teoría, podían escuchar todo lo que ocurría en la sala de estar. A menudo también incluían una cámara: una pesadilla para los responsables de la protección de datos».
Los fabricantes garantizan altos grados de seguridad para sus asistentes de voz. Samsung apuesta por una comunicación encriptada y segura y almacena los datos exclusivamente en los servidores de la empresa. Panasonic explica que sus televisores y mandos a distancia no tienen micrófonos incorporados, por lo que para las órdenes de voz hay que adquirir un altavoz inteligente y usarlo para controlar el televisor.
Philips señala que el micrófono del mando a distancia de sus televisores sólo se enciende cuando el usuario lo activa, de lo contrario, permanece «sordo». LG no proporcionó ninguna información sobre esta y otras preguntas.
Pese a la amplia oferta de televisores con asistentes virtuales incorporados, el mando a distancia convencional sigue siendo imprescindible. En 2015, la asociación alemana de Información, Telecomunicaciones y Nuevos Medios (bitkom) pronosticaba: «A largo plazo, la versión clásica del mando a distancia con botones no sobrevivirá». Pese a esta afirmación, el clásico dispositivo aún no está en peligro de extinción, y el control por voz sigue siendo más bien un producto de nicho.
Los fabricantes son optimistas: «En un futuro próximo, esperamos que el control por voz para los televisores se convierta en una función estándar», explica Mike Henkelmann, ejecutivo de Samsung, y arguye que cada vez más personas con discapacidades físicas utilizan los asistentes virtuales y altavoces inteligentes para mejorar su autonomía en la vida diaria.
Georg Wilde, portavoz de TP Vision, fabricante de televisores de la marca Philips, admite que también es cierto que los usuarios tardan en familiarizarse con el control por voz de sus televisores. Wilde parte de la base de que, si bien el uso de la tecnología por voz seguirá aumentando, el mando a distancia seguirá siendo la variante más segura para acciones simples como el ajuste del volumen.
A la hora de poner en práctica comandos más complejos, los asistentes virtuales muestran claras ventajas. Por ejemplo, cuando se trata de encontrar un contenido específico en las mediatecas: un comando de voz a menudo es mucho más eficiente que escribir las letras en una máscara de búsqueda utilizando los botones del mando a distancia.
Sin embargo, la periodista especializada Ulrike Kuhlmann opina que la búsqueda de contenidos requiere ser optimizada: «El valor añadido solo está garantizado cuando el televisor no sólo busca en un canal determinado, como YouTube o Amazon Video, sino cuando explora todos los medios disponibles buscando por géneros o actores específicos».
Por Sven-Hendrik Hahn (dpa)