
(dpa) – Bracitos delgados, prácticamente sin busto ni nalgas, huesos protuberantes: numerosas corredoras de fondo de la élite mundial aparentemente eliminaron cada gramo de grasa de su cuerpo a través del entrenamiento.
El debate en torno a pasar un hambre poco saludable hace tiempo que se instaló en el atletismo, pero siempre se habla con cautela al respecto. La novedad es que ahora esta discusión también es pública y se advierte de las consecuencias a largo plazo.
Cuando el año pasado surgieron acusaciones de dopaje contra el entrenador estrella estadounidense Alberto Salazar del Nike Oregon Project, apareció otra acusación, formulada por Mary Cain.
La ex atleta de Salazar, otrora la gran promesa del atletismo estadounidense, declaró al diario «The New York Times» que fue «abusada corporal y psicológicamente» por el entrenador, que la instaba sistemáticamente a bajar de peso.
Cain detalló las consecuencias: durante tres años no le bajó la menstruación y sufrió cinco fracturas. Salazar niega las acusaciones de dopaje, aunque admitió sobre el tema de la reducción de peso: «Quizás deba modificarse algo».
Corinna Harrer, varias veces campeona alemana en carreras en distancias medias y largas, comentó que «jamás fue un secreto» que Salazar se manejaba de manera tan extrema.
Harrer consideró que el tema del peso hace un tiempo que ha cobrado importancia entre los corredores: «Sí que tengo la sensación de que hay un ideal predominante: si quieres ser exitoso, debes ser delgado. Es decir que si tienes tres kilogramos de más, estás mal. Antes esto no existía de manera tan extrema», comenta la atleta germana de 29 años en entrevista con el diario «Süddeutsche Zeitung».
Las corredoras activas muy rara vez se pronuncian sobre este tema en entrevistas. La alemana Konstanze Klosterhalfen, que se entrena con el ex ayudante de Salazar Pete Julian en Estados Unidos, habló al respecto con la revista «Der Spiegel» antes del Mundial de Doha en octubre.
«Si no se come lo suficiente no se tendría siquiera la energía para practicar deporte a un nivel tan alto o para regenerarse rápidamente tras un desgaste tan elevado. Eso no funcionaría», comentó Klosterhalfen.
Por lo demás, el tema parece ser en cierta forma tabú no solamente para la ganadora de una medalla de bronce en los 5.000 metros, que mide 1,74 metros y pesa 48 kilos.
«Aparentemente Konstanze y muchos otros consiguen comer lo que sea suficiente, pero la pregunta es en realidad: ¿cuánto es saludable? Esta es una pregunta completamente distinta a: ¿Cuánta comida me convierte en exitosa?«, opina Harrer.
«Cuanto más se empuja al límite la optimización del peso, más fuertemente se modifica el nivel hormonal», explica la ex jugadora del equipo nacional de balonmano alemán y actual médica del deporte Petra Platen, de la Universidad Ruhr de Bochum, en «Spiegel».
«En el deporte de alto rendimiento, en las disciplinas deportivas en las cuales el peso corporal es un factor crucial de rendimiento, el sistema puede volcar rápidamente», asevera.
Platen puntualiza además que la hormona sexual femenina estrógeno también estimula el sistema óseo. Por lo tanto, indica, ante una deficiencia puede desarrollarse osteoporosis, que a su vez puede conducir a una fractura por estrés.
Las deportistas con trastornos en los hábitos alimentarios cuentan desde 2018 con un lugar al que pueden dirigirse en busca de ayuda en Alemania.
En la Universidad de Tubinga, Christine Kopp ofrece un espacio de consulta para los deportistas de alto rendimiento para el «déficit relativo de energía en el deporte, cuya denominación técnica es RED-S (Relative energy deficiency in sport en inglés)».
Los trastornos alimentarios en el deporte de alta competición son un «fenómeno que se ha convertido en algo cada vez más serio», asegura la médica del deporte en una entrevista de la revista especializada «Leichtathletik».
Esto también se aplica a áreas del deporte como la gimnasia rítmica. El 95 por ciento de las afectadas son mujeres. La ausencia de la menstruación, a veces durante años, es un efecto secundario. A esto se suman fracturas por fatiga, depresiones y frecuentes infecciones.
En determinados casos, el cuerpo demacrado adquiere el pelo de lanugo característico en bebés como protección contra el frío. Además, los desórdenes hormonales persistentes pueden cambiar todo un plan de vida, porque pueden afectar la fertilidad.
Kopp señala que debe prestarse atención a partir de un índice de masa corporal de 17. Normalmente en las mujeres se ubica entre 20 y 24.
Platen considera que la reducción de peso no es básicamente negativa. «Pero debe acontecer en la práctica de una manera que aún sea prácticamente saludable», alerta. Sorprendentemente, las corredoras que están por debajo de su peso pueden conquistar logros en los más elevados niveles del deporte.
La sospecha de anorexia nerviosa surge rápidamente entre los expertos y los espectadores frente a las escuálidas especialistas en resistencia. «Sí, puedes llegar a la élite mundial con una nevera vacía. La cuestión es, sin embargo, cuánto tiempo puede acompañar el cuerpo», enfatiza Kopp.
Muchas atletas suelen concurrir a los entrenamientos con el estómago vacío. Yvonne van Vlerken recomienda con urgencia apartarse del «entrenamiento en ayunas». La holandesa de 41 años, que finalizó su carrera, estuvo durante muchos años en la élite mundial del triatlón, o sea que también se convirtió en una especialista en maratón.
En un reporte personal e inusualmente franco para la web tri-mag.de, Van Vlerken se refirió el año pasado a «cosas de mujeres»: «Con el objetivo de conseguir atención para este tema, informar a las muchachas y romper los tabúes».
La ex plusmarquista mundial y tres veces ganadora del Ironman de Roth advirtió que la ausencia de la menstruación «definitivamente» no está bien y podría acarrear consecuencias desagradables.
También habló abiertamente sobre la falta de deseo sexual como consecuencia del desequilibrio de las hormonas, que en su caso estaban «dadas vuelta» tras su larga carrera.
«Si hubiera sabido todo lo que sé ahora, habría hecho muchas cosas de otra manera. Entonces durante los últimos años no habría estado nadando en transpiración por las noches en la cama, porque los sofocos y la sudoración son los primeros síntomas de la menopausia prematura», apuntó.
Por Ulrike John (dpa)
