Zarit, Israel (dpa) – Los escalones empinados y cubiertos de barro conducen a una pequeña plataforma donde el sistema eléctrico y de comunicación aún están casi intactos. En uno de los laterales hay una cinta transportadora que aparentemente era utilizada para trasladar equipamiento.
Según el ejército israelí, las marcas circulares de las paredes fueron hechas por la máquina perforadora utilizada para excavar la roca.
Así es el más largo de los tres túneles excavados desde Líbano hasta Israel construidos por miembros de Hizbolá, movimiento chií libanés vinculado a Irán.
El Ejército israelí cree que Hizbolá intentaba utilizar los túneles para llevar a cabo un ataque sorpresa a civiles israelíes. De los tres túneles excavados por Hizbolá hasta territorio judío, este fue el que estuvo más cerca de estar operativo, explica a los periodistas el teniente coronel Jonathan Conricus, portavoz del ejército israelí.
Excavado desde el pueblo de Ramiyeh, en el sur del Líbano, este paso subterráneo tiene una profundidad de 80 metros y cuenta con 20 tramos de escaleras.
El interior es fresco y está bien ventilado aunque el Ejército israelí sustituyó el sistema de ventilación original instalado por Hizbolá, que fue destruido cuando los soldados neutralizaron el túnel.
Se trata de un paso subterráneo mucho más sofisticado que los excavados por el grupo palestino Hamás desde Gaza hasta Israel o Egipto. Hecho aún más llamativo si se tiene en cuenta lo rocoso del terreno de la zona.
Israel anunció el descubrimiento de lo que denomina «túneles de ataque» el pasado mes de diciembre. En un principio, funcionarios y medios de comunicación libaneses partidarios de Hizbolá negaron e incluso ridiculizaron las acusaciones.
Para demostrar que era cierto, Israel selló y dejó inoperativos un par de ellos mediante el bombeo de hormigón a los túneles desde el lado israelí. El hormigón salió por el lado libanés, lo que evidenció la existencia de los mismos. «Queríamos probar al mundo que Hizbolá estaba excavando túneles», explica Conricus.
La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL), que vigila la frontera entre Israel y Líbano, confirmó la existencia de dichos túneles. El organismo aseguró que hay más pasadizos subterráneos cerca de la Línea Azul -demarcación fronteriza entre Líbano e Israel- pero que no traspasan la frontera con Israel.
En cuanto a los tres túneles transfronterizos, la FPNUL afirma que violan la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que puso fin a la guerra entre Líbano e Israel en 2006.
Sarti Zehavi, fundadora del centro israelí de investigación y educación «Alma», dice que la ONU desempeñó un papel importante para garantizar que la «Operación Escudo del Norte» llevada a cabo por Israel para neutralizar los túneles no se convirtiera en una guerra.
Pero también acusa a la ONU de minimizar el papel de Hizbolá, al evitar vincular la existencia de los túneles con la organización. Omisión que Zehavi considera «problemática».
Por su parte, el líder de Hizbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, afirmó en enero que algunos de los túneles descubiertos fueron construidos hace más de una década, incluso antes de la guerra de 2006.
Añadió que formaban sólo una pequeña parte de la estrategia de Hizbolá en caso de guerra y advirtió a Israel que se equivocaba si asumía que la destrucción de los mismos evitaría ataques en el futuro.
El descubrimiento de los túneles puso de nuevo de relieve las intenciones del movimiento chií libanés. Zehavi criticó la oposición general, y particularmente europea, de declarar a Hizbolá grupo terrorista.
El Reino Unido sí lo hizo pero no Alemania, donde los principales partidos se opusieron abogando por una decisión consensuada a nivel europeo.
Actualmente, la Unión Europea cataloga como organización terrorista el ala militar de Hizbolá pero no su ala política, mientras que Estados Unidos clasifica a toda la entidad como tal.
Daphne Richemond-Bark, investigadora israelí y autora del libro «Guerra Subterránea» lamenta la «falta de comprensión en Europa» sobre la verdadera naturaleza de Hizbolá.
«Es cierto que la organización tiene algunos elementos sociales pero no hay distinción entre el ala militar y la política», asegura y destaca que miembros de Hizbolá ostentan cargos de ministros en el Gobierno libanés.
Según el Ejército israelí, la milicia chií libanesa cuenta con 120.000 misiles de corto y medio alcance. En el pasado lanzó repetidos ataques a Israel, a menudo con el apoyo de Irán.
Para Richemond-Barak, el uso de túneles supone un cambio en las reglas del juego bélico que según ella comenzó en 2014 en Alepo (Siria), y desde entonces ha sido utilizado en varios países.
Asegura que los túneles de Hizbolá se parecen mucho a los construidos por Corea del Norte, más que a los construidos por Hamás o el Estado Islámico.
Richemond-Barak reconoce el éxito de Israel haciendo pública la existencia de los túneles y destruyéndolos, pero se muestra escéptica sobre si sellarlos será suficiente para detener nuevos intentos.
«Me preocupa lo que pueda suceder los próximos diez años», dice, y añade que Hamás o Hizbolá podrían intentar atacar por sorpresa una vez más a Israel, incluso en Cisjordania.
Los habitantes de la zona también se muestran recelosos. Yossi Baranes, responsable de seguridad en la comunidad de Zarit, asegura que, a pesar de la destrucción de los túneles, los residentes no están completamente tranquilos.
La comunidad, que alberga a 250 personas, comenzó a quejarse hace ya 12 años del ruido procedente del subsuelo. El Ejército revisó la zona varias veces pero dijo no encontrar nada anómalo, asegura Baranes.
«No nos dieron una explicación que pudiéramos aceptar», agrega. Los habitantes de la zona especularon que Hizbolá estaba detrás del ruido que se producía bajo sus pies. Ahora, con la existencia de los túneles confirmada, «los residentes son más conscientes de la magnitud del ataque que podría producirse».
Por Tamara Zieve, dpa
Foto: Ilia Yefimovich/dpa