Muchas son las situaciones complejas que se pueden presentar a lo largo de la vida que nos pueden llevar a “volver a casa” o, mejor dicho, a casa de tus padres a los 40 años o más. Bien sea, que te hayas independizado con una pareja cuando eras joven y por cuestiones del destino tu relación se acabó y tengas que volver a vivir con tus padres, o porque simplemente no pudiste seguir viviendo independiente por la razón que sea.
Lo cierto es que volver a vivir con tus padres, después de haber vivido solo o en pareja puede ser complicado si tú no asumes que algunas cosas ya han cambiado. Así que, si este es tu caso, a continuación, te daremos unos consejos para que volver a vivir con tus padres no sea un proceso difícil de manejar para ninguna de las partes en cuestión.
Ya no eres el niño consentido, ahora eres un huésped
Cuando vivimos con nuestros padres desde muy pequeños, nos acostumbramos a ser los mimados de la casa y a dejar en manos de nuestros progenitores, responsabilidades que nos corresponden a nosotros.
Sin embargo, tus padres seguro que no les molestará consentirte por el resto de la vida, pero si tú eres una persona responsable y sensata, deberás entender que ya no estás en posición de exigir nada, ni comportarte como un niñato malcriado. Por lo tanto, debes cocinar, debes ayudar en la limpieza, debes cambiar el rollo de papel higiénico cuando se acaba, debes ir al supermercado y ayudar con las compras, entre otras cosas. Es decir, ya tus padres no tienen por qué ser tus esclavos y tú ahora eres un huésped.
Pon tus límites
A todas las madres les encanta cocinarles a sus hijos y hacerles su plato favorito para comer y a todas les encanta darles atención a sus pequeñas criaturas, aunque esas criaturas ya tengan 40 años.
Sin embargo, esta atención al principio puede parecerte maravillosa pero luego, puedes sentir que tus padres invaden tu espacio porque no te tocan la puerta de la habitación antes de entrar, escuchan todas tus conversaciones por teléfono o interrumpen asuntos importantes para ti en el trabajo para decirte cualquier cosa.
Como consecuencia, pueden surgir los primeros problemas porque tú te puedes sentir acorralado y que has perdido tu privacidad. Por esto, es importante que, sin necesidad de ser grosero y recordando que tú eres el que está viviendo en casa de tus padres, y no al revés, establezcas tus límites y converses amablemente con ellos para explicarles que necesitas tu espacio en algunos momentos.
Paga, al menos, parte de tus gastos
La mayoría de los padres siempre quieren ofrecerle todo lo mejor a sus hijos, sin importar la edad que tengan. Por esto, es normal que, al volver a vivir con ellos, te quieran seguir pagando todos los gastos, o no te cobren absolutamente nada.
No obstante, tú debes ser consciente de que tienes la suficiente edad y madurez para hacerte cargo de tus cosas y, en consecuencia, debes, al menos, ayudar a pagar los gastos de la casa como la comida, el agua, la luz, la renta, entre otros. No esperes a que tus padres te pidan ayuda, porque seguramente no lo harán, aunque lo necesiten.
Además, esta situación puede crear algún problema en la familia. Así que lo mejor es que tu procures pagar parte de tus gastos, en caso de que estés pasando por una mala situación económica.
Por: Soraya Andreina Pérez Mohammed