Madrid/Vigo, 10 nov (dpa) – Muchas cosas unen a Santiago Solari y Antonio Mohamed: son dos técnicos debutantes en la Liga española de fútbol, poseen nacionalidad argentina, comparten una forma parecida de ver el fútbol y mañana en Balaídos vivirán un encuentro que podría marcar el futuro de ambos.
Real Madrid y Celta celebrarán el domingo un vibrante duelo de la duodécima jornada del torneo español con la propuesta de ver un fútbol apasionante y trascendente.
Será el cuarto encuentro de Solari como técnico blanco tras la destitución de Julen Lopetegui y a su término el Real Madrid deberá tomar una decisión sobre su futuro. Se cumplen dos semanas desde que está en el banquillo y es el plazo que concede la Federación Española de Fútbol para resolver su interinidad.
«Cada partido es definitivo por muchas cosas. Hay que enfocarse en el próximo partido, pero nuestro rol no es más que ese. Encarar cada partido al máximo», manifestó hoy un esquivo Solari sobre su futuro.
Tres victorias en tres partidos con 11 goles a favor y ninguno en contra fue el balance de Solari como entrenador del Real Madrid, aunque con rivales no demasiado exigentes. Pero sí fue suficiente para aplacar los nervios y para que la prensa hablara de satisfacción de los dirigentes blancos con el trabajo del argentino.
Ahora mismo todo parece indicar que Solari seguirá a partir de Vigo, pero un mal resultado en Balaídos sin duda provocaría el nacimiento de una corriente contraria. Así es el futuro en el fútbol, siempre inestable y condicionado por los resultados.
Esto lo sabe bien Mohamed, quien vivió de todo durante los tres meses que se llevan de temporada. Recibió elogios al comienzo, críticas después y ahora todo viaja entre tanta calma como incertidumbre.
Cuatro puntos en dos jornadas, y con un fútbol brillante, sirvieron para aplacar a un sector de la crítica que pedía la salida de Mohamed. Y en estas le llega el Real Madrid.
«Es un partido para ratificar lo bueno que estamos haciendo. El empate no nos sirve, tenemos que ganar», manifestó hoy un ambicioso Mohamed en rueda de prensa.
Sus mensajes fueron nítidos: quiere al mismo Celta de siempre, atrevido, más allá del rival. Así, confesó que planteará un partido ofensivo.
«Ojalá que no se vea la mejor versión de ellos. Y para que eso no suceda, intentaremos jugar el mayor tiempo posible en campo rival y, por encima de todo, terminar las jugadas con el fin que el rival no nos haga contragolpes. Porque ese es el tipo de partido que menos nos conviene», argumentó.
Pocas dudas hay de que Balaídos asistirá a un encuentro con promesa de espectáculo y cuyo resultado puede marcar no sólo el futuro inmediato de ambos equipos, sino de sus respectivos entrenadores.
Por Alberto Bravo (dpa)