La consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico del Principado de Asturias, Nieves Roqueñí, ha señalado que el proceso de transición del modelo económico regional requiere no solo de la disponibilidad de recursos sino también de «un esfuerzo coordinado de todos los agentes económicos y sociales, en el que se prioricen marcos de colaboración público-privada, y marcos de diálogo, como el proceso de concertación social».
Lo ha asegurado en la convención anual de delegados y delegadas de UGT-Asturias, donde ha recordado que nuestra región se enfrenta a un triple proceso de transición derivado del cierre de la minería, del cese de la producción de energía con combustibles fósiles y de la descarbonización de la industria; un sector que aporta más del 20% del PIB regional.
Roqueñí ha recordado que las prioridades del Gobierno de Asturias se orientan en dos direcciones. En primer lugar, a promover una transición justa con las personas y con los territorios, mediante el desarrollo de nuevas actividades económicas y empleos y, en segundo lugar, a acompañar al tejido productivo en el necesario tránsito hacia un modelo descarbonizado y neutro en emisiones.
Para ello, ha recordado la relevancia del Fondo de Transición Justa (263 millones), de los que aproximadamente el 80% se destinará a apoyar a la industria asturiana.
La consejera, también ha puesto en valor el papel de las organizaciones sindicales en la modernización de la economía española y en la consecución de avances en derechos y libertades: «Nadie entendería que en las grandes decisiones que se adoptan en España y en Asturias no esté vuestra organización. También en lo que se refiere a la transición».