Red Bull quiere olvidar el desastre de Budapest

Budapest, 27 jul (dpa) – Hace un año, Daniel Ricciardo y Max Verstappen chocaban en la primera curva en un auténtico desastre para Red Bull en Budapest. Doce meses después, el australiano y el holandés compartieron cordialmente una excursión en el Lago Balatón antes de un Gran Premio al que la escudería energética arriba con importantes expectativas.

Ricciardo y Verstappen aprovecharon esta semana la actividad organizada por Red Bull para distenderse antes de la última carrera previa al receso de mitad de año en la Fórmula 1. Viajaron 130 kilómetros al suroeste del circuito de Hungaroring, se subieron a un velero y debieron sudar para mantener bajo control una embarcación que llegó a alcanzar velocidades de 50 kilómetros por hora. Contaron con la ayuda, claro está, de los campeones olímpicos de vela Hans-Peter Steinacher y Roman Hagara.

«Nunca había hecho algo así antes. En el colegio tal vez hemos navegado una o dos veces en pequeños botes. Pero esto ha sido una experiencia completamente nueva», dijo Ricciardo, quien aprovechó también para darse un chapuzón en el lago más grande de Europa Central.

También Verstappen se mostró entusiasmado con la aventura. «Normalmente me gustan más las cosas con un motor, pero esto estuvo sensacional», dijo el joven piloto holandés. «Una vez que estás en el agua suceden muchas cosas. He aprendido mucho de Roman y Hans-Peter».

Agarrado al buen clima que parece volver a reinar internamente, Red Bull buscará recuperar terreno en un campeonato en el que sus pilotos ocupan de momento el quinto y sexto lugar por detrás de los Mercedes y las Ferrari.

Ricciardo suma 106 puntos disputadas 11 de las 21 carreras de la temporada y Verstappen le sigue con 105. El circuito de Hungaroring, con sus múltiples curvas, ofrece una buena oportunidad para Red Bull, cuyos motores parecen estar aún un paso atrás de Mercedes y Ferrari. El trazado húngaro favorece otras cualidades más vinculadas al chasis, como por ejemplo la aerodinámica.

Algo de eso se vio hoy en los primeros entrenamientos libres, en los que los pilotos de Red Bull y Ferrari marcaron el ritmo por delante de Mercedes. Verstappen hizo el segundo tiempo del día por detrás del alemán Sebastian Vettel, de Ferrari, y Ricciardo acabó tercero después de haber sido el más veloz por la mañana.

«No», dijo secamente Ricciardo cuando se le preguntó si Red Bull estará lejos de los favoritos en Budapest. «Pienso que estará todo muy apretado entre los tres equipos».

Verstappen se mostró igual de confiado. «Creo que nuestro coche es lo suficientemente bueno como para conseguir la victoria. Espero que no perdamos demasiado en las rectas».

Sobre todas las cosas, lo que no deberá perder Verstappen son los nervios. El año pasado, una maniobra imprudente del holandés acabó con la carrera de Ricciardo en la primera curva. Verstappen, en cambio, pudo continuar y acabó rescatando un quinto puesto.

«No hay disculpas para lo que hizo», explotó entonces Ricciardo tras una maniobra de Verstappen a la que calificó de «amateur».

Pese a sus imprudencias, el talentoso Verstappen puede presumir de algo que Ricciardo no tiene asegurado: la continuidad en Red Bull. El holandés, de 20 años, renovó en octubre pasado su contrato hasta 2020, mientras que el australiano de 29 aún no extendió un vínculo que acaba al final de la temporada.

«Me hubierado tener todo firmado y resuelto antes de la pausa de verano», dijo recientemente Ricciardo, quien lleva un tiempo jugando al misterio sobre su futuro. «Será complicado ver qué hago al finalizar mi contrato con Red Bull», dijo en otro momento el piloto.

No está claro qué desea Ricciardo, ya que las plazas en los principales equipos parecen de momento ocupadas. Mercedes seguirá con Lewis Hamilton y Valtteri Bottas y Ferrari con Vettel. La segunda plaza en la escudería italiana podría continuar en manos de Kimi Räikkönen o eventualmente ir a parar a Charles Leclerc, lo que quiere decir que fuera de Red Bull no hay muchos equipos que puedan ofrecerle posibilidades de pelear por el título al australiano.

Por Martin Moravec (dpa)