Barcelona, 26 oct (dpa) – Se viene el primer clásico de la temporada en la Liga española de fútbol y en Barcelona la hinchada se pregunta: «¿Quién ‘hará de Messi’ el domingo ante el Real Madrid, Rafinha o Dembélé?»
El brasileño parece tener todos los números después de su buen papel el pasado miércoles ante el Inter de Milán, el primer gran partido en que Ernesto Valverde tuvo que solventar la ausencia de su estrella.
Entonces, el entrenador azulgrana quebró casi todos los pronósticos al elegir a Rafinha para afrontar el duelo con el que podía casi sellar su boleto para la siguiente ronda de la Liga de Campeones.
En las quinielas de los medios especializados y de la mayoría de hinchas aparecía por delante Ousmane Dembélé e incluso el chileno Arturo Vidal.
El delantero francés había sido el elegido el pasado sábado, cuando Lionel Messi se fracturó el radio del codo derecho ante el Sevilla y tuvo que abandonar la cancha a los 20 minutos de juego.
La aportación de Dembélé no sólo fue intrascendente, sino que resultó tan errática por momentos que la hinchada «culé» hasta le silbó.
Preguntado por el galo en la rueda de prensa posterior al choque que devolvió al Barcelona a la cima, Valverde sólo pudo insistir en lo que ya dijo mil veces: «Tiene mucha calidad y esperamos mucho de él».
Las respuestas del técnico azulgrana remiten siempre a un futuro que demora su llegada. En su segunda temporada en el equipo catalán, y tras pasarse casi toda la primera lesionado, el joven francés sigue sin estar a la altura de lo que sus cualidades prometen.
La presencia de Dembélé en el once es aún sinónimo de cierto caos ofensivo y de mayor debilidad defensiva.
Si bien en la presente campaña se estrenó con un buena actuación ante el Sevilla en la Supercopa de España y pareció consolidarse con sus notables partidos ante Alavés, Valladolid, Huesca y Real Sociedad, el campeón del mundo galo, de 21 años, reincidió después en los errores que lo apartaron de la titularidad: demasiadas pérdidas en zonas comprometidas, inconsistencia en el balance defensivo y excesiva anarquía cuando ataca.
«Todavía no es totalmente consciente de toda la exigencia que supone el alto nivel», dijo sobre Dembélé Didier Deschamps, el seleccionador francés que lo llevó a conquistar su primera Copa del Mundo el pasado mes de julio en Rusia.
También allí, el extremo galo fue perdiendo protagonismo en un grupo que le exigía más dentro y fuera de la cancha. Su falta de disciplina, sus habituales retrasos y su escaso compromiso en actividades promocionales disgustan tanto en Francia como en Barcelona.
Frente a todo eso, Rafinha se presenta ante Valverde como una opción mucho más sólida, por más que en el pasado mercado estuviera a punto de abandonar el Camp Nou.
Criado en La Masia, el mediocampista brasileño, de 25 años, conoce los hábitos y el estilo de la casa, cuenta con el aprecio de los pesos pesados del vestuario azulgrana y ofrece al vigente campeón español más consistencia que Dembélé.
Ante el Inter, en su tercer partido como titular en lo que va de campaña, Rafinha jugó como extremo derecho y se cargó de razones para seguir ocupando el puesto de Messi.
Se asoció bien entre líneas, no desfalleció en la presión y, además, firmó el primer gol del Barcelona, que ya nació en sus pies.
El brasileño robó el balón en la zona de tres cuartos, encontró a Luis Suárez en la banda y después remató con absoluta serenidad la gran asistencia del uruguayo.
«Estoy feliz por la titularidad, por la victoria, por el gol, por sentirme bien, por la motivación, y muy contento con el partido; creo que hemos jugado muy bien», celebró Rafinha el miércoles tras su regreso al once de Valverde.
Había ganado enteros para seguir integrándolo en las al menos dos semanas más en las que el entrenador no podrá contar con Messi.
Como él, el controvertido Vidal también presentó su candidatura para disputar su primer partido como azulgrana ante el Real Madrid. Con un perfil diferente al de Rafinha, que apenas se enfrentó una vez a los blancos, y al de Dembélé, que tampoco sabe lo que es un jugar un clásico, el chileno disputó los 20 minutos finales ante el Inter y rindió a buen nivel.
Con el brasileño Malcom inédito hasta ahora y Munir casi testimonial, el preparador de los catalanes deberá decidir ahora a quién elige para la imposible tarea de «hacer de Messi» el domingo.
Por Noelia Román (dpa)