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  • Peinados de moda : Las nuevas tendencias para ellos y para ellas.

    Sie kurz und er lang ? Verkehrte Welt bei den FrisurentrendsPor Jasmin Schülke (dpa) – Seguramente no les va a gustar a todas las mujeres, pero alguna que otra quizás sea valiente: quitar pelo es el lema de los peluqueros para este otoño e invierno. «En los peinados cortos, las orejas están ligeramente cubiertas, el flequillo es más largo y se pega a la frente», explica el maestro peluquero alemán Franz-Josef Küveler al describir la nueva tendencia en corte de pelo. El cabello o bien está escalonado o es más largo.

    Ejemplos de este estilo son las actrices Ginnifer Goodwin (serie «Once upon a time») y Carey Mulligan («El gran Gatsby»). La mujer de negocios segura de sí misma se presenta con un peinado corto geométrico, dice el maestro peluquero Jens Dagné. «Tiros de color expresivos en cobre y azul petróleo convierten el estilo aparentemente conservador en algo llamativo», dice Dagné, presidente de la Asociación de Peluqueros Intercoiffure Alemania. Una alternativa con el pelo más largo es el corte bob o, para todas las que quieren mantener el pelo largo, el «faux bob», el bob falso. «Eso se logra enrollando el cabello abajo y sujetándolo con alfileres», explica el peluquero Nikolaos Perdikis, quien trabaja para Paul Mitchell.

    Las trenzas siguen estando de moda. «Se combinan con prácticamente cualquier look», dice Perdikis. Como variantes para esta temporada los peluqueros prevén sobre todo los lados trenzados o una trenza de espina de pescado. Por otra parte, un corte que siempre está de moda es el chignon (peinado recogido). «Sin embargo, esta vez el moño no se fija de forma clásica, sino que primera se hace una trenza de espina de pescado que luego se sujeta como chignon», explica Perdikis.

    Los colores se inspiran en la época del año. «El cabello debe brillar como las hojas de otoño, con colores cálidos marrón y cobre a tono.», dice el maestro peluquero Küveler. «Va a venir toda la gama de tonos rojos, incluso el rojo frambuesa, y tonos violetas», pronostica Perdikis.

    Mientras que la mujer que sigue la moda lleva el pelo corto, el hombre debería hacer lo contrario: dejarlo crecer. «Las orejas están cubiertas, el pelo llega hasta la nuca, tal como lo tenía Rod Stewart en sus mejores tiempos», señala Küveler. El hombre de negocios, sin embargo, necesita un peinado corto con contornos bien definidos, según Küveler.

    Una variante podría ser un corte con el cabello largo, hasta las las orejas, por ejemplo, como lo llevaban los jóvenes de clases sociales acomodadas en la década de los 80. Perdikis prevé un renacimiento del corte de pelo «Beatle». Tanto para las mujeres como para los hombres vale lo siguiente: el corte undercut con los lados extremadamente cortos ha pasado de moda.

  • La Bauhaus, sillas de acero tubular y piel de vaca para tu hogar.

    Stahlrohrstühle & Kuhfellliegen - Bauhaus wirkt bis heute modernPor Uta Abendroth (dpa) – La Bauhaus: este es un concepto que viene a la memoria de la mayoría de las personas interesadas en el diseño. Líneas rectas, casas cúbicas, contrastes de blanco y negro. O la tumbona revestida de piel de vaca «LC 4» de Le Corbusier, Pierre Jeanneret y Charlorre Perriand, sillas de acero tubular o la lámpara de mesa con pantalla y pie de vidrio de Karl J. Jucker y Wilhelm Wagenfeld. Muchos de los muebles clásicos que siguen teniendo una demanda hoy día se inventaron en las primeras décadas del siglo XX.

    La época en la que existió la Staatliche Bauhaus, de 1919 a 1933, fue más bien corta. Sin embargo, si se compara con lo que había antes y después en los salones alemanes, los diseños eran radicales y revolucionarios. No sólo se trataba de la forma en sí, sino de ambiciones de una dimensión política. «En la Bauhaus se notaba más que nunca la aspiración a crear con el diseño un hombre nuevo, una sociedad nueva», explica el profesor Philipp Oswalt, de la Fundación Bauhaus Dessau.

    La Staatliche Bauhaus (Bauhaus Estatal) la fundó en 1919 el arquitecto y diseñador Walter Gropius con la intención de unir diversas disciplinas, tales como la escultura, la pintura, la artesanía y los oficios. «El concepto de enseñanza, que unía la formación artístico-estética con otra artesano-técnica, era revolucionario en comparación con la formación en las academias de bellas artes de aquella época», dice Annemarie Jaeggi, directora del Archivo Bauhaus de Berlín.

    Con el profesor y teórico de arte László Moholy-Nagy, el carácter más bien artesanal de los primeros tiempos de la Escuela de la Bauhaus fue seguido a partir de 1923 por las primeras ideas aptas para la industria. El pintor y fotógrafo húngaro recomendó a sus estudiantes renunciar a materiales como la madera o la plata. Él apostaba por los tubos de acero y el vidrio industrial.

    Después de que la escuela se mudara a Dessau, en 1925, se fundó un departamento de arquitectura con Marcel Breuer como jefe del taller de muebles. Allí nacieron las primeras sillas de acero tubular como la famosa «Silla Wassily». Numerosos muebles de la época de Dessau de la Escuela de la Bauhaus terminaron siendo fabricados a nivel industrial, porque la idea era crear productos a gran escala y baratos.

    Este concepto fue ampliado a partir de 1928 por el nuevo director de la Escuela de la Bauhaus, Hannes Meyer. Más tarde, el arte se fue relegando a un plano cada vez más irrelevante y a partir de 1930 la labor de la escuela se centró totalmente en la arquitectura. La escuela se trasladó a Berlín en 1932, antes de ser cerrada por los nazis en 1933. Walter Gropius, Josef Albers y Ludwig Mies van der Rohe huyeron de Alemania y comenzaron a dar clases en universidades estadounidenses. László Moholy-Nagy fundó en 1937 en Chicago la «Nueva Bauhaus». Las formas sencillas, geométricas y la renuncia a ornamentos decorativos se convirtieron en esa ciudad norteamericana en un «estilo internacional».

    La influencia de la Bauhaus sigue siendo importante hasta el día de hoy: «Tanto hoy como antes, los diseñadores se enfrentan a la tarea de fundir la estética y la técnica en el desarrollo de los productos», explica Annemarie Jaeggi. Los diseñadores eligen la forma y el material de tal manera que resulte útil para el consumidor.

    Empresas como Cassina, Tecnolumen, Knoll International y Thonet reeditan los muebles de la Escuela de la Bauhaus. «Los clásicos de la Bauhaus se distinguen por su diseño intemporal, la alta funcionalidad, la calidad y la durabilidad», dice Vivie Thonet, de la empresa homónima

  • La mejor moda, no tirar absolutamente nada, todo vuelve.

    Wegwerfen war gestern - Nachhaltige Mode ist inPor Jeannette Mayer (dpa) – Las tendencias en la moda son cada vez más efímeras. Las masas compran prendas en el menor tiempo posible para que rápidamente desaparezcan en el rincón más profundo del armario. «Fast fashion» se llama este nuevo fenómeno. Así se denomina la moda que se ofrece en las tiendas inmediatamente después de los desfiles en París y Nueva York y que rápidamente es sustituida por nuevas tendencias.

    «En los últimos años, las marcas de moda que han crecido son sobre todo las que fabrican «fast fashion», dice Axel Augustin, director general de la Asociación de Tiendas de Ropa.

    Sin embargo, allí no termina esa tendencia: hay cadenas de tiendas de ropa que constantemente lanzan al mercado nuevas colecciones para el gran público. También las grandes casas de moda se han adaptado a este ritmo vertiginoso y, además de las dos colecciones que habitualmente ofrecen por año, ya están lanzando al mercado nuevos modelos entre una y otra colección.

    Con todo, el principio que sigue la industria de la moda de que el cliente debe constantemente tirar ropa para comprar nueva tiene consecuencias que se pueden observar sobre todo en países con sueldos bajos como China, la India y Bangladesh, donde los trabajadores tienen que confeccionar la ropa a cambio de sueldos muy bajos y en condiciones indignas.

    Algunos incendios ocurridos recientemente en fábricas textiles en esos países han atraído la atención sobre esas condiciones miserables y también sobre el uso de productos químicos. Según la organización ecologista Greenpeace, tan sólo en Alemania se desechan cada año unos 1.500 millones de prendas, que en su mayoría se tiran a la basura.

    Según Gerd-Müller Thomkins, presidente del Instituto Alemán de la Moda en Colonia, se ha abierto paso una nueva tendencia que defiende el consumo duradero y la responsabilidad ecológica. Esta nueva tendencia primero se manifestó en el sector de la alimentación y ahora ha llegado también al ámbito de la moda. Un ejemplo es la cadena de moda H&M, que recupera la ropa usada para ser reciclada. A cambio, el cliente recibe un descuento por su compra.

    También se vuelven a poner a la venta prendas bien conservadas. Esta tendencia se llama «recommerce», un neologismo que combina las palabras «recycling» y «commerce» (reciclaje y comercio). Las piezas bien conservadas se intercambian o se venden a terceros. Es cierto que desde hace tiempo existen rastros y tiendas de segunda mano. Sin embargo, Internet ha simplificado el comercio de productos de segunda mano y está convirtiendo el comercio de moda duradera en un fenómeno de masas.

    Una de las opciones es el «swapping», que significa trueque. Además de fiestas de «swapping», donde los participantes intercambian ropa usada disfrutando de una tapa y una copa de cava, hay bolsas de intercambios especialmente dedicadas a la ropa, como www.swapstyle.com. También existe una plataforma para moda de diseño llamada Buddy&Selly, sin que el vendedor tenga que colocar un anuncio en las plataformas. «El vendedor no necesita primero fotografiar y describir el producto», explica el fundador de Buddy&Selly, Axel Seemann. Los clientes simplemente le envían los productos.

    El «upcycling» va aún más lejos: la marca redesign convierte telas vintage y ropa usada en nuevas prendas. «Nosotros también indicamos las horas de trabajo que requieren nuestras prendas para crear consciencia sobre lo que significa fabricar a mano y no con máquinas industriales», dice la fundadora de redesign, Christina Schelhorn. «No es necesario tener mucho de todo, sino que basta con tener poco de algunas cosas. Es suficiente para una buena vida».