«Mi hijo no come»: bajo peso en los niños

Hungerhaken statt Wonneproppen: Untergewicht bei KindernPor Claudia Urban (dpa) – Mientras que algunos niños sufren sobrepeso, en otros el problema es el contrario. Y cuando además comen mal, entonces los padres se preocupan, pero lo más habitual es que todo marche bien.

Cuando los hijos empiezan a ir a la guardería o a la escuela, aparecen las comparaciones: ¿Es mi hijo más delgado que los niños de su edad? ¿Quizás come menos que los demás?

El problema del bajo peso llega a afectar en países como Alemania a «entre un cuatro y un cinco por ciento de los niños de entre tres y seis años», según el informe sobre alimentación 2008. Y la cifra aumenta al 9,5 por ciento entre los de 13 años, explica la especialista en trofología ecológica (un tipo de nutricionista) Sylvia Becker-Pröbstel.

Pero no significa que en todos los casos se deba a causas graves o enfermedades, porque la estatura y el peso están determinados por nuestros genes y hormonas.

«Hay familias que son delgadas y altas», señala Becker-Pröbstel. Otros factores que influyen son el carácter del niño, el entorno, el nivel de actividad física o los comportamientos alimentarios.

Que un niño coma menos que otros no quiere decir necesariamente que haya problemas con su desarrollo, porque la genética también influye en la forma de comer. «Solamente el metabolismo basal, es decir el mínimo de energía que el cuerpo necesita diariamente para seguir funcionando, puede variar hasta en 300 kilocalorías entre dos niños sanos de tamaño y peso idénticos», afirma Sylvia Becker-Pröbstel.

En principio los padres no tienen por qué preocuparse mientras que sus hijos no se enfermen a menudo o tengan cambios de comportamiento. Ante la duda, lo mejor es consultar con el pediatra, sobre todo aquel que le haya hecho las revisiones y ya conozca al niño desde hace tiempo, recomienda Frank Jochum, director médico de una clínica pediátrica y juvenil de Berlín.

«El tema de si hay o no falta de peso no se puede resolver solamente mirando al niño», señala este médico especializado en nutrición. Hace falta conocer el índice de masa corporal y compararlo con los valores normales de los menores de esa edad.

A veces los padres no juzgan bien la situación. «Sobre todo con niños pequeños que en opinión de los padres no comen o son muy delgados suele pasar que las pruebas muestran que es todo normal», señala Thomas Kauth, también pediatra especializado en nutrición.

Kauth cuenta por experiencia que muchas veces los padres presionan a los niños delgados para que coman, incluso cuando miran televisión o juegan. «Normalmente la ingesta de alimentos se regula por hambre. Esta regulación natural es así anulada».

No hay que aumentar la cantidad de comida o el número de veces que se ingiere algo. Por el contrario, los padres sí pueden sustituir algunos alimentos por otros más calóricos, por ejemplo yogur cremoso en vez de uno bajo en calorías, señala.