Oviedo, 18 mar (EFE).- La Comisión de Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios de la Consejería de Sanidad ha sido elegida por el periódico Correo Farmacéutico como una de las mejores iniciativas de 2013 en el apartado de política farmacéutica e iniciativas legales.
El director general de Planificación, Ordenación e Innovación Sanitaria, Mario Margolles, recogió el premio ayer por la tarde en Madrid, en el transcurso de un acto organizado por la publicación en el que participaron más de 500 personas, ha informado hoy la Consejería.
La Comisión de Uso Racional de los Medicamentos se encarga de impulsar medidas para una mejor utilización y prescripción de medicamentos y productos sanitarios, y pretende promover una prestación farmacéutica con criterios de «eficacia, efectividad, seguridad y eficiencia», coordinada en los distintos ámbitos de la atención sanitaria del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa).
Según la Consejería, supone una herramienta «fundamental para armonizar los criterios de utilización de medicamentos» en el sistema sanitario público y evitar «inequidades» en el acceso a los tratamientos para los ciudadanos.
La comisión está integrada por tres farmacéuticos de hospital y dos más de área sanitaria, cuatro médicos de diferentes ámbitos de la asistencia y, dependiendo del medicamento a evaluar para su inclusión en la guía farmacoterapéutica hospitalaria del Sespa, podrá contar de forma puntual con hasta cuatro facultativos especialistas en la patología a la que esté destinado el nuevo fármaco.
La comisión cuenta, a su vez, con un grupo de evaluación de medicamentos de alto impacto, entre los que se encuentran los tratamientos para el cáncer.
Sanidad destaca que la evaluación y selección de medicamentos constituye una de las herramientas principales de la estrategia para el uso racional de medicamentos en todos los niveles asistenciales, y su objetivo es aportar conocimiento sobre el valor terapéutico real de los fármacos.
Esta selección no se limita a la decisión sobre la incorporación de un determinado medicamento a las guías de fármacos del hospital, sino que también debe definir qué lugar ocupa esa sustancia entre las diferentes alternativas de tratamiento, qué aporta y para qué subgrupos de pacientes supone ventajas.
Asimismo, debe garantizar su utilización en la indicación clínica específica y las condiciones de uso apropiadas.