Khedira y Özil en el banquillo: ¿Una nueva era en Alemania?

Sochi (Rusia), 24 jun (dpa) – El hombre que cambió la cara de Alemania en el partido ante Suecia no estuvo con el equipo campeón de 2014. La buena actuación de Marco Reus en la sufrida victoria ante Suecia en el Mundial de fútbol de Rusia podría ahora allanar el camino a la renovación del once titular de Joachim Löw, en la que dos jugadores históricos podrían tener los días contados.

Sami Khedira y Mesut Özil, hasta hace poco intocables en la «Mannschaft» de Löw, vieron el partido en el estadio Fisht de Sochi desde el banquillo, después de ser dos de los más criticados por la derrota en el debut ante México.

En la noche, después de que Alemania firmase una remontada épica con goles de Reus (48′) y Toni Kroos (95′), Özil salió a celebrar vestido con el chaleco lila de los suplentes y publicó más tarde un selfie al lado de Reus, el hombre que lo sustituyó en la medular creativa.

«Qué pelea», celebró el jugador del Arsenal. «Somos un equipo, dentro y fuera de la cancha, no importa lo que digan», agregó Özil.

Lo difícil que podría resultarle su nuevo papel se había visto sin embargo antes, durante los 90 minutos del partido en el estadio Fisht de Sochi: el mediapunta de 29 años, que no conocía hasta ahora lo que era ser suplente de la «Mannschaft» durante Mundiales o Eurocopas, calentaba sin ganas al lado del campo.

«La decisión de hoy fue que Khedira y Özil descansen», explicó después Löw. «Vamos a seguir necesitando a ambos», agregó luego el técnico, pero tras el partido no parece nada seguro que ambos volantes tengan sus puestos garantizados.

Reus, que se había perdido el Mundial de 2014 tras lesionarse en el último amistoso previo al torneo, revitalizó ante Suecia el juego adormecido de los campeones. El volante ofensivo del Dortmund fue uno de los más activos y marcó el gol del empate. Fue su décimo gol en su partido 33 con la selección. Y ocho de ellos los marcó en partidos en los que había algo en juego.

Cuando Kroos marcó el gol del triunfo en el último suspiro del partido -en el que participó Reus- también Özil y Khedira entraron a celebrar eufóricos a la cancha.

«La forma de celebrar juntos fue un paso importante en la dirección correcta. Tenemos que seguir con ese impulso y el ‘feeling» positivo», consideró luego el capitán, Manuel Neuer.

«Ese puede ser el punto de inflexión, aunque lo veremos sólo más adelante», dijo Reus. Lo que sí parece seguro es que la jerarquía empieza a cambiar en el equipo.

«Es lógico que en un Mundial no siempre juegue un solo equipo. Tenemos alternativas, el plantel también está armado para eso», avisó Löw.

Sebastian Rudy, que sustituyó a Khedira en la contención, le dio seguridad al equipo hasta que tuvo que dejar el campo por una fractura de tabique. Su sustituto, Ilkay Gündogan, hizo un partido aceptable.

Y el veterano Mario Gómez mostró en el segundo tiempo que un delantero nato puede ser vital para la «Mannschaft» en Rusia. El otro artillero, el veloz Timo Werner, fue más peligroso después de pasar a la punta izquierda. El tiro libre que condujo al 2-1 salió de una falta contra él.

«En el primer tiempo estuve en el centro del ataque y la bola no quiere entrar. Entonces lo intenté por la banda y todo terminó con dos goles», celebró Werner tras el partido. La nueva jerarquía de la «Mannschaft» empieza a insinuarse cada vez más.

Por Jens Mende y Christian Kunz (dpa)