Roma, 2 oct (dpa) – El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, rechazó hoy de forma decidida una eventual salida del país de la eurozona, ante los rumores que provocaron nerviosismo en los mercados.
«Italia es miembro fundador de la Unión Europea y la Unión Monetaria y quiero reafirmar esto: el euro es nuestra moneda y para nosotros es irreversible», afirmó Conte en Facebook. «Cualquier otra afirmación que apunta a otra evaluación debe considerarse como una opinión libre y arbitraria que no tiene nada que ver con la política del Gobierno que yo dirijo», agregó.
Conte respondió en estos términos a unas declaraciones de Claudio Borghi, experto financiero del gobernante partido ultraderechista Liga, que se había declarado convencido de que «con una moneda propia, Italia resolvería (no todos, pero) la mayoría de sus problemas».
Borghi dirige el comité presupuestario de la Cámara Baja del Parlamento y es asesor económico del viceprimer ministro y ministro del Interior Matteo Salvini, el líder de la euroescéptica Liga.
Sin embargo, después tuiteó que sus declaraciones eran opiniones personales que no estaban en el «acuerdo de Gobierno» negociado entre su partido y su socio de coalición, el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S).
Sus declaraciones causaron hoy nerviosismo en los mercados, provocando un nuevo récord de la prima de riesgo de Italia, un indicador del riesgo de la deuda del país que se mide en forma de diferencial con los bonos de deuda alemana a diez años.
El indicador se disparó de los 282 puntos básicos del lunes a más de 300, el valor más alto desde marzo de 2014, mientras el principal índice de la Bolsa de Milán abría un 1,5 por ciento a la baja, aunque se recuperó más tarde.
El comisario de Economía de la UE, Pierre Moscovici, consideró los comentarios del diputado «realmente inapropiados», al margen de un encuentro de los ministros de Finanzas de la UE en Luxemburgo.
«Somos muy conscientes de que los italianos están muy vinculados al euro. Saben que los protege. No alimentemos rumores sobre algunas opiniones realmente inapropiadas».
Los mercados italianos llevan reaccionando con nerviosismo desde que Italia anunciara el viernes que aumentaría su déficit público para financiar pensiones y subsidios, ignorando las normas de disciplina presupuestaria europeas.
El Gobierno aumentó el objetivo de déficit al 2,4 por ciento del producto interno bruto (PIB) hasta 2021, por debajo del límite contemplado por la eurozona del 3 por ciento, pero muy por encima de lo acordado previamente.
La tercera economía de la zona euro se encuentra bajo una particular presión para limitar su déficit debido a su elevada deuda pública que supera el 130 por ciento, más de dos veces el límite permitido.
El lunes, el país recibió una advertencia por sus planes presupuestarios en un encuentro del Eurogrupo -los ministros de Finanzas de la eurozona- y también del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Juncker dijo que Italia debía ser tratado de forma estricta pero justa para evitar el surgimiento de una nueva crisis después de la superación de la crisis griega.
«Tenemos que hacer todo lo posible para evitar una nueva Grecia o esta vez incluso una crisis italiana. Una crisis fue suficiente», dijo Juncker, que exhortó evitar un «tratamiento especial» a Italia.
Salvini le respondió hoy con un ácido comentario que aludió a especulaciones de algunos medios de que Juncker estaba borracho durante la cena de la cumbre de la OTAN celebrada en Bruselas en julio pasado, tras la divulgación de un video en el que el político de 63 años aparece balanceándose y apoyándose en varios invitados.
«Sólo hablo con gente sobria que no hace comparaciones desorbitadas», dijo Salvini a un periodista del canal La7.
El portavoz de Juncker, Margaritis Schinas, dijo tras el episodio en julio que el presidente de la Comisión Europea había sufrido un doloroso ataque de ciática agudo con convulsiones y por eso no podía caminar bien.
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, también exigió hoy al Gobierno que rehaga sus planes presupuestarios.
El ministro de Economía italiano, Giovanni Tria, intentó calmar a los miembros de la zona euro apuntando a una esperada reducción de la deuda del país pese al alto déficit, gracias al crecimiento que Roma espera.