Buenos Aires, 14 may (dpa) – El vencimiento mañana de bonos soberanos en pesos por casi 25.000 millones de dólares mantiene en vilo a la Argentina, ante el temor de que los inversores decidan no renovarlos y opten por comprar divisas, agravando la crisis cambiaria que atraviesa el país y que devaluó su moneda.
En medio de la tensión financiera, la cotización del dólar cerró hoy en un nuevo nivel récord de 25,30 pesos, según la cotización del Banco Nación, un 4,11 por ciento por encima del valor del viernes. Desde principios de abril, el peso se devaluó un 23,6 por ciento frente a la divisa estadounidense. El tipo de cambio alcanzó «un nivel razonable», según declaró a dpa el ministro de Finanzas, Luis Caputo.
En este contexto, el Gobierno del centroderechista Mauricio Macri afrontará mañana una prueba de fuego ya que en medio de negociaciones de asistencia financiera del Fondo Monetario Internacional (FMI) no logró aún recuperar la confianza de los mercados.
El vencimiento de Lebacs asciende a unos 625.000 millones de pesos (casi 25.000 millones de dólares), cerca de dos tercios de la base monetaria de Argentina, según la última cifra que manejaba esta noche el Gobierno.
Las Lebacs, la nueva palabra de moda en el país sudamericano, son letras emitidas por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), un título de deuda a corto plazo, con un rendimiento que surge de una tasa de descuento y cuyo pago se hace por el total y de una vez a su vencimiento.
El BCRA, que hace diez días subió las tasas de interés de referencia a 40 por ciento para aplacar la crisis cambiaria, apuesta a que la mayoría de los inversores renueve las Lebacs que fueron emitidas a un rendimiento del 26,30 por ciento. No se informó sin embargo qué nueva tasa de interés se ofrecerá para retener los fondos.
Dos tercios de esas Lebacs están en poder de bancos, inversores institucionales y organismos del Estado. El Gobierno apuesta a que se renueve cerca del 80 por ciento de las letras, para evitar que muchos inversores salgan de la posición y demanden dólares para proteger sus capitales.
La principal preocupación oficial es frenar la escalada del dólar para evitar que la subida se traslade a los precios internos por los aumentos de materias primas y el combustible, entre otros componentes, e incremente la inflación que aún no pudo domar la Administración Macri desde su asunción a fines de 2015.
En 2016 la inflación superó el 40 por ciento y el año pasado cedió a 24,8 por ciento. El Gobierno estimó una meta de 15 por ciento para 2018, pero sólo en los primeros cuatro meses del año ya acumuló cerca de un 9 por ciento.
El peso argentino, como otras monedas de países emergentes y en desarrollo, se depreció tras la decisión de Estados Unidos de subir sus tasas de interés y apreciar el dólar a nivel global.
En Argentina, sin embargo, el impacto de la política económica de Donald Trump se combinó con factores internos, como los desequilibrios en las cuentas externas y el déficit fiscal, el atraso del valor del dólar, la inflación, el crecimiento del endeudamiento público y la caída de la confianza en el Gobierno, lo que desató fuerte presión sobre el peso.
«Cuando uno ve el tipo de cambio ya está en un nivel razonable», declaró a dpa Caputo en el marco de una conferencia de prensa reducida con medios extranjeros en Buenos Aires.
«Viendo el movimiento de los últimos cuatro meses, el tipo de cambio ha tenido una depreciación nominal de aproximadamente el 42 por ciento con una inflación estimada que no supera el doce, once por ciento, entonces claramente estamos en un nivel de tipo de cambio que por lo menos es el más alto desde que está Cambiemos, en términos reales, incluida la salida del cepo cambiario» a fines de 2015, sostuvo el ministro sobre la medida que adoptó la coalición de centroderecha a los pocos días de asumir.
En medio de la crisis, Macri dedicó parte de sus horas a sumar apoyo al Gobierno y sus gestiones con el FMI, tanto a nivel nacional como internacional. A la ronda de conversaciones con gobernadores provinciales oficialistas y algunos opositores, se sumaron reuniones con empresarios, analistas económicos y legisladores.
También recibió respaldo internacional a las negociaciones con el FMI. El presidente dialogó hoy por teléfono con Trump, quien le ratificó el apoyo de la Casa Blanca a las gestiones para conseguir un crédito «stand-by» de rápido acceso del FMI. Estados Unidos es uno de los principales integrantes de la junta de directorio del Fondo.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, expresó su apoyo a las acciones tendientes a «fortalecer la credibilidad de la economía argentina en los mercados financieros internacionales». Llegaron asimismo mensajes de respaldo de países de la región, como Brasil y Chile, y de otras naciones clave en el directorio del FMI, como Alemania, Japón, China y Francia.
El directorio ejecutivo del FMI se reunirá el próximo viernes para analizar la asistencia financiera solicitada por Argentina, confirmó hoy el portavoz del FMI, Gerry Rice. El vocero indicó que la reunión será «informal» y la enmarcó en el proceso habitual de información sobre este tipo de negociaciones.
Las conversaciones se iniciaron el jueves pasado en Washington con la presencia del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Tras la pausa del fin de semana, hoy las retomó una delegación argentina, según lo anunciado por Dujovne el viernes. Ni Argentina ni el FMI han revelado públicamente la suma solicitada, aunque versiones de prensa en Buenos Aires señalan que podría ascender a unos 30.000 millones de dólares.
Por Cecilia Caminos (dpa)