GSW: Una dinastía imparable que se consolida ¿sin rivales a la vista?

Miami, 9 jun (dpa) – Golden State Warriors demostró por tercera vez en cuatro años que la dinastía comandada por el entrenador Steve Kerr desde 2015 viene consolidándose año tras año con un juego colectivo que roza la perfección en ataque y defensa, pero ¿habrá algún freno para ellos?.

De pequeño a gigante, así fue el crecimiento de los Warriors, un equipo que rompió con los antiguos paradigmas sobre el baloncesto y que escaló a la cima de la Liga Norteamericana (NBA) con pasos firmes al imponerse este viernes por 108-85 a los Cleveland Cavaliers en el juego definitivo de la final de 2018.

Hace cuatro años, los guerreros de California eran un equipo que aunque ya contaba con tres anillos (1947, 1956 y 1975) no podía sobrevivir a una serie de primera ronda contra sus compañeros de Conferencia como Los Ángeles Clippers. Pero la combinación de liderazgo, talento y voluntad dieron resultados todavía inimaginables.

«Sabíamos que teníamos que encontrar una defensa sólida y lo logramos», dijo Kerr luego de ganar su tercer anillo con los Warriors. Para el entrenador, sus jugadores «han desarrollado un sentido de compañerismo y complicidad que los hace brillar en conjunto y no en solitario».

El papel de él y su experiencia en los años 90 con los Chicago Bulls, franquicia que tuvo una estrategia que resaltaba las virtudes de cada jugador para complementarlas en la cancha, ha marcado una línea de éxitos para los calfornianos.

Por eso GSW es una franquicia que no tiene una sola estrella. Todos saben que dependen de todos para lograr las victorias y esa es una de sus principales ventajas frente a los Cleveland Cavaliers que, por ejemplo, dependen en gran parte de la superestrella LeBron James.

Stephen Curry, Kevin Durant, Klay Thompson y Draymond Green arman una escuadra casi perfecta en cada una de sus apariciones conjuntas. Todos son piezas de un rompecabezas que juntas dejan estadísticas sorprendentes.

En la arrasadora final 4-0 ante los Cavaliers, equipo con el que se han citado en los últimos cuatro años en esa instancia, los Warriors cerraron la serie con un juego impecable en ofensiva, que terminó con una ventaja de más de 20 puntos, y en la defensa, al permitir solo el 34 por ciento de lanzamientos de sus rivales.

«The King» ha sido claro en las últimas semanas en destacar el trabajo de sus contrincantes. «Tienen un juego colectivo imparable», reconoció James luego de revelar que desde el primer juego de finales sufrió una lesión en la mano derecha.

Su frustración se tradujo en rendición en el juego del viernes y como líder que lleva en su espalda victorias, esta vez cargó la derrota con dolor. «Pensé que podríamos cambiar la mentalidad a pesar de la situación», indicó en una rueda de prensa en la que no dejó claro si continuará con el equipo de Cleveland.

Las palabras del que ha sido considerado el mejor de los últimos tiempos y que ha sido comparado con Michael Jordan no pueden ser más claras: Golden State es un equipo superior a los demás y no tiene en este momento un competidor que le dé la talla.

«Fue una final triste en la que LeBron se rindió antes de que terminara el partido y arrastró a todo su equipo a eso. Simplemente se entregaron y dejaron que Golden State ampliara cada segundo su ventaja», consideró el comentarista Stephen Smith.

Cuando Curry no fue certero con sus lanzamientos, Andre Iguodala cobró a un alto precio los errores de los rivales al otro lado de la cancha, y cuando Green no logró un pase extra, los Warriors se defendieron en bloque. Eso fue lo que pasó en esta final ante los «Cavs».

Según el columnista de ESPN Kevin Arnovitz, en este punto solamente hay «dos rutas hacia la grandeza para los equipos de élite como los Warriors». «El primero es a través de un juego elegante y bien diseñado que maximice fortalezas y atenúe debilidades de cada jugador».

«La segunda estrategia es utilizar la fuerza bruta de talentos singulares, los tipos que pueden obtener un disparo cada vez que lo deseen como el caso de Durant», explicó Arnovitz al destacar el crecimiento del jugador que la noche del viernes ganó su segundo MVP consecutivo.

La estrategia para los Warriors podría seguir funcionando durante años si mantiene sus componentes como hasta ahora. Sin embargo, equipos como Houston Rockets y los propios «Cavs» cuentan con una alta probabilidad de frenar la dinastía de Golden State si logran consolidar los ingredientes necesarios.

Por Tatiana Rodríguez (dpa)