Monza (Italia), 2 sep (dpa) – Miles de «tifosi» se fueron con las manos vacías hoy del Gran Premio de Italia por un nuevo fracaso de Ferrari en el circuito de Monza, su casa, donde los bólidos rojos no ganan desde la temporada 2010.
Kimi Raikkonen y Sebastian Vettel habían copado la primera fila tras la clasificación y todo apuntaba a un festival de la «Scuderia», que quería ya dejar atrás el triunfo de Fernando Alonso hace ocho años. Pero todo se esfumó muy rápido hoy.
Vettel logró defenderse bien de Hamilton, que salía tercero, en la curva uno, pero el británico lo adelantó por afuera en la cuarto. El alemán golpeó el Mercedes, dio un giro y terminó con el ala derecha dañada.
Desde ese momento, cuando regresó a la pista en el puesto 18, la carerra del alemán consistió sobre todo en limitar daños.
Raikkonen mantenía la esperanza de un triunfo rojo al haber puesto a distancia al Mercedes antes de la primera entrada a boxes. Pero sus ruedas no lo acompañaron hasta el final y Hamilton lo adelantó fácilmente cuando quedaban ocho vueltas.
El británico, que firmó su quinta victoria en Monza, enfrentó el desencanto de los «tifosi» al ser abucheado en la ceremonia. Querían una victoria de Ferrari.
A Hamilton ni lo afectó. Por el contrario, el cuádruple campeón dijo que la hostilidad solía hacerle dar lo mejor.
«Cuando luchas contra un equipo que juega en casa hay mucha negatividad. Pero veo muchas banderas británicas y me han inspirado mucho. Estaba corriendo para ellos. Conseguí transformar esa negatividad en algo positivo. Hay que dar la vuelta a esa negatividad», afirmó.
El adelantamiento fue el último golpe del fin de semana para Ferrari, que parece armado con el mejor coche pero no logra plasmar esa superioridad. Vettel ahora tiene que descontar 30 puntos de diferencia a Hamilton. Es decir, más de una victoria, que vale 25 puntos.
El alemán no quiso hablar tanto del campeonato como de sus mezcla de sentimientos por el toque con Hamilton. En esa medida, admitió que pudo haber evitado el contacto, pero que tuvo la mala suerte de llevarse la peor parte.
«He intentado atacar pero no tenía espacio. Lo habría hecho diferente pero visto ahora era cerrado», comentó Vettel. «Estuvo bien al final el cuarto puesto, ya que la mitad del coche estaba estropeado».
Raikkonen, que aún no define su futuro en Ferrari en medio de los rumores de que Charles Leclerc lo reemplazará, asumió con resignación la derrota.
«Yo era suficientemente rápido, pero me he quedado sin neumáticos traseros y era una batalla perdida. Era imposible», lamentó el finlandés. «No es lo ideal, pero es lo que tenemos. Hemos dado el máximo».
Por Christian Hollmann (dpa)