El efecto de Pompeo y Bolton en la política de Trump hacia Venezuela

Washington, 23 mar (dpa) – La llegada de Mike Pompeo y John R. Bolton al gabinete de Donald Trump refuerza la línea dura que el presidente de Estados Unidos está ejerciendo hacia la Venezuela de Nicolás Maduro, a la que ha situado en el centro de su política latinoamericana.

Pompeo, hasta ahora director de la CIA, ha sido nombrado secretario de Estado en sustitución de Rex Tillerson, y Bolton, un halcón que como embajador ante la ONU abogó en 2003 por la invasión de Irak sobre la base de las inexistentes armas de destrucción masiva, asumirá como consejero de seguridad nacional en sustitución del general H.R. McMaster.

Estos dos «hardliners» remplazan a dos figuras moderadas dentro del Gobierno de Trump e imprimen un marcado giro a la derecha en su política exterior.

«Respecto a Venezuela, esto significa que la administración mantendrá y posiblemente ampliará la presión sobre el régimen de Maduro mediante el uso de sanciones», dijo a dpa Michael Camilleri, analista del «think tank» Diálogo Americano, en Washington.

Es conocida la posición de Pompeo y Bolton respecto a Venezuela, a cuyos altos funcionarios -incluido el propio Maduro-, Trump lleva un año imponiendo sanciones mientras amaga con un embargo petrolero que todavía no ha llegado.

«Venezuela podría convertirse en un riesgo para Estados Unidos», dijo el entonces director de la CIA en agosto pasado a la cadena de televisión Fox.

«Los cubanos están ahí, los rusos están ahí, los iraníes, Hezbolá están ahí. Esto tiene el riesgo de llegar a un lugar muy malo, por lo que Estados Unidos debe tomarlo muy seriamente», añadió.

Por aquellos días fue cuando el presidente Trump advirtió de que no descartaba una opción militar en Venezuela, originando una gran ola de rechazo en América Latina. Pompeo ya había generado polémica unas semanas antes cuando, en un foro de seguridad, sugirió que la CIA estaba tratando el tema venezolano con México y Colombia.

Los dos países latinoamericanos se vieron obligados a sacar sendos comunicados negando que estuvieran trabajando con Estados Unidos para derrocar a Maduro.

Bolton, uno de los mayores defensores de la invasión de Irak en 2003, ha abogado públicamente por el uso de la fuerza con Corea del Norte y con Irán, aunque no se ha pronunciado al respecto en lo que concierne a Venezuela.

«Continúo creyendo que la intervención militar es muy improbable, entre otras razones por la oposición del ‘establishment’ militar estadounidense», indica Camilleri, que sirvió a la administración de Barack Obama en el Departamento de Estado entre 2012 y 2017.

«Pero dada la predisposición del embajador Bolton a defender un cambio de régimen en Irán y otros lugares, es concebible que la política estadounidense pueda evolucionar para incluir llamadas explícitas al derrocamiento de Maduro y a acciones en apoyo a una política semejante», advierte el ex diplomático.

Bolton comparte con Pompeo la visión de que el Gobierno de Maduro está infiltrado por Cuba, Irán y Hezbolá. «La penetración extranjera de Venezuela carece de precedentes», escribió a principios de este año en un artículo publicado por «The Hill», un periódico digital de Washington DC.

El año pasado, cuando Trump iba camino de cumplir seis meses en la Casa Blanca, Bolton aseguró estar «muy preocupado» por la posibilidad de que la inestabilidad venezolana se extendiera a Colombia y, de ahí, a Estados Unidos.

Venezuela «es una fuente real de problemas potenciales para Estados Unidos», aseguró. Y, en declaraciones a la publicación de extrema derecha «Breitbart», dijo que Trump no estaba haciendo lo suficiente en el tema venezolano.

«No estoy seguro de que la nueva administración esté enfocándose adecuadamente en América Latina. No puede ir en favor del interés estadounidense que (Venezuela) se convierta en un Estado fallido y se convierta potencialmente incluso en un refugio para terroristas internacionalmente», manifestó.

Por Sara Barderas (dpa)