Londres, 2 oct (dpa) – El Barcelona visitará mañana el mítico estadio de Wembley para medirse con el Tottenham Hotspur en un encuentro, correspondiente a la segunda jornada de la Liga de Campeones, en el que los dos equipos tienen prohibido perder.
Será un duelo crucial dentro del durísimo Grupo B. El Barcelona cumplió con el pronóstico en la fecha inaugural al ganar 4-0 al PSV Eindhoven, mientras el Tottenham cayó 2-1 ante el Inter de Milán. Para el conjunto inglés, una derrota sería alejarse notable y prematuramente de los octavos de final.
El Barcelona tampoco está para regalos. Es cierto que tiene un pequeño margen de error tras su victoria inicial ante el PSV, pero un mal resultado en Wembley serviría para amplificar las dudas generadas por un equipo que apenas sumó dos puntos en los últimos tres partidos de la Liga española.
Además, tiene por delante un octubre terrible, pues después del Tottenham le esperan rivales tan difíciles como Valencia, Sevilla, Inter de Milán y Real Madrid. Todo un test para un Barcelona que perdió la fiabilidad de antaño y necesita recobrar cuanto antes las buenas sensaciones.
En Wembley no podrá contar con el sancionado Samuel Umtiti, por lo que Clément Lenglet acompañaría en el centro de la zaga a un Gerard Piqué que cumplirá 100 partidos en la fase final de la Liga de Campeones con enormes críticas a sus espaldas por sus recientes actuaciones. También el Barcelona está de efeméride, pues en Londres alcanzará los 300 partidos en la máxima competición continental.
Dado el manifiesto perfil conservador del técnico del Barcelona, Ernesto Valverde, no se espera un equipo que difiera del conocido por todos, con un centro del campo formado por Sergio Busquets, Ivan Rakitic y Philippe Coutinho, más una delantera con Ousmane Dembélé, Lionel Messi y un Luis Suárez que lleva tres años sin marcar un gol fuera de casa en Liga de Campeones.
Si se confirma este equipo, la incógnita es ver si por fin el Barcelona consigue gobernar un duelo con un conjunto tan descompensado, lleno de delanteros y ausente de centrocampistas creativos. Y eso es todo un riesgo ante un conjunto como el Tottenham, que disfruta con espacios abiertos y tampoco desdeña las posesiones largas.
«Nos jugamos mucho para la clasificación y somos conscientes de que tenemos que mejorar muchas cosas, pero con tranquilidad», manifestó el sábado Messi tras ceder un empate 1-1 en casa ante el Athletic de Bilbao.
Tras un irregular inicio de temporada, el equipo de Mauricio Pochettino alcanzó la cuarta posición en la Premier League con su última victoria 2-0 en el campo del modesto Huddersfield Town.
El Tottenham se entrenó hoy sin Jan Vertonghen, Mousa Dembelé, Christian Eriksen, Dele Alli, Serge Aurier y Michel Vorm. Tanto Alli como Eriksen ya fueron baja el fin de semana, por lo que se le acumulan los problemas a Pochettino.
Su gran apuesta será el acreditado goleador Harry Kane, toda una amenaza para una defensa como la del Barcelona, tan expuesta y frágil durante las últimas semanas.
Wembley, el escenario donde el Barcelona ganó la Copa de Europa en 1992 y 2011, presentará un magnífico ambiente para un duelo que no sólo puede resultar vital para la suerte del grupo, sino que abriría una profunda herida en el perdedor.
