París, 3 jun (dpa) – Ningún lugar es tan adecuado como París para que el alemán Maximilian Marterer contemple cómo su vida en el tenis cambió: si en 2013 fue «sparring» de Rafael Nadal, mañana retará al español en los octavos de final del Abierto de Francia.
Un lustro, apenas eso. Marterer, hoy de 22 años, jugaba en el torneo junior y practicó con quien en ese año ganaría su octavo título. Estaba «azul» después de una hora, según recuerda: la intensidad del intercambio era brutal.
Nadal le dio un par de consejos, y otros más un año después en Stuttgart, ya con la presencia de Toni Nadal, tío y ex entrenador del número uno del mundo, que también le brindó algunas recomendaciones.
Desde entonces, Marterer se convirtió en tenista profesional y comenzó a participar en torneos grandes. Y este año, después de 14 derrotas en primera ronda durante 2017, despuntó al llegar a la tercera ronda del Abierto de Australia y, ahora, a los octavos de final en París.
Marterer, que llegó a Roland Garros en el puesto 70 del ranking mundial y se irá al menos como top 50, volvió a ver de cerca a Nadal hace algunos meses, al ser reserva en la serie de cuartos de final de la Copa Davis en la serie ante España, jugada en Valencia.
Ya en la capital francesa, dio un primer campanazo al derrotar al canadiense Denis Shapovalov, vigésimo cuarto preclasificado, y confirmó la sorpresa al vencer al bosnio Jürgen Zopp en la tercera ronda.
«Siempre admiré a Rafa», dijo Marterer, zurdo como el español. «Lo veo como una posibilidad de causarle algunos problemas», agregó el alemán, muy realista ante su cruce frente al diez veces campeón en París.
«Quizá hay pocas posibilidades para mí, pero ya mostré lo que puedo hacer esta semana», admite Marterer. «Es un desafío completamente distinto a los anteriores, pero daré lo mejor de mí», agregó.
«No me acuerdo», dijo Nadal, con brutal sinceridad, ante la pregunta de si recordaba aquel intercambio en 2013, antes de ganar el título ante el serbio Novak Djokovic.
El español, que aplastó al francés Richard Gasquet en la tercera ronda, ya no tiene el tono de consejos: mañana Marterer será un rival más en su camino al undécimo Roland Garros.
«Está jugando bien, está yendo a más, vi el partido contra Alexander Zverev en Múnich, terminó perdiendo pero se lo puso muy difícil», analizó Nadal. «Jugar contra Shapovalov es difícil y él estaba jugando muy bien la verdad», agregó.
«Un rival difícil, (pero) estamos en octavos de final, no se pueden pedir rivales fáciles en un torneo como este ya en una cuarta ronda. Vamos a ver qué pasa», analizó el ibérico, que necesita ganar el torneo para sostenerse en el primer lugar del ranking mundial.
«Es un jugador con mucho potencial», lo describió Nadal. «Tiene bien servicio, buena derecha. Golpea la bola con mucho topspin. Tiene poder, así que es un rival peligroso», se explayó el español.
Michael Kohlmann, entrenador de Marterer y capitán alemán de Copa Davis, vaticina un partido en el que su pupilo necesitará audacia y valentía.
«En ningún caso debe esconderse. Tendrá que tener variantes audaces», afirmó Kohlmann, que dice que sería notable si Marterer llega a estar entre los primeros 30 del mundo antes de fin de año.
Nadal, en esa medida, será un buen test para saber de qué esta hecho el espigado zurdo de Núremberg.
Por Manuel Dueñas y Robert Semmler (dpa)