Londres, 22 may (dpa) – Bien atrás quedaron las décadas de los ’70 y el ’80, cuando los hinchas del Liverpool eran la vergüenza del fútbol inglés y el hazmerreír de Europa por los salvajes y mortales ataques a fans rivales que les valieron el apodo de «hooligans».
Este sábado se espera que los miles de hinchas del Liverpool que viajen a Kiev para la final de la Liga de Campeones ofrezcan una imagen muy diferente en el Olimpiysky, donde querrán coronar la brillante temporada europea venciendo al Real Madrid y entonando el emotivo himno «You’ll never walk alone» («Nunca caminarás solo»).
Los hinchas del Liverpool vivieron una metamorfosis notable en las últimas décadas. La masacre de Heysel, en la que 39 hinchas de Juventus murieron aplastados por «hooligans» del Liverpool en la final de la Copa de Europa jugada en Bruselas hace 33 años, significó el punto más bajo en la historia del club inglés.
El Liverpool quedó en el ojo de la tormenta por la violencia de sus hinchas, pero ahora sus simpatizantes están bajo la mirada del mundo por razones bien diferentes: ¿Cómo mutaron sus hinchas de «hooligans» a «románticos»?
Varios factores que ayudaron a la reconstrucción de los «Reds», como la humillación internacional, la sanción para competir en Europa, las medidas que tomó el Gobierno británico para combatir a los «hooligans» con mayor eficacia policial, cambios culturales y una proyección internacional del club sobre la base de la mística de su hinchada.
La mancha que dejó la masacre de Heysel de 1985 llevó al Gobierno conservador de Margaret Thatcher a apoyar la sanción de la UEFA para todos los clubes ingleses de cinco años sin competir en Europa (seis para Liverpool) y a entrenar especialmente a la policía británica para prevenir disturbios en los partidos. «Los responsables han traído vergüenza y oprobio a nuestro país», condenó la entonces primera ministra británica.
«Fue tan dura la humillación internacional y tan ejemplificadora la sanción que nuestros hinchas de a poco comenzaron a aprender», cuenta a dpa Sam Stevens, hincha de Liverpool desde niño. «Ya no podían provocar disturbios y que no hubiera consecuencias».
Testigo del fatídico partido en el estadio de Bruselas, el ex defensor de Liverpool Mark Lawrenson explicó al diario local «Liverpool Echo» el cambio cultural.
«Parece difícil entender hoy al ‘hooliganismo’, pero en esos días –tristemente- era normal y formaba parte de nuestra cultura. Sin embargo, fue tan espeluznante la brutalidad de las muertes que los jugadores de ese plantel jamás volvimos a mencionar lo de Heysel».
Tras el desastre, fueron hinchas habituales de la reconocida tribuna «The Kop» de Anfield los que crearon la primera asociación de aficionados (FSA). Ese germen liderado por Rogan Taylor -hoy director de un Master de Administración de la Industria del Fútbol por la Universidad de Liverpool- se transformó luego en la Federación de Hinchas de Fútbol británica (FSF), que lucha por bajar los precios de las onerosas entradas de la Liga inglesa.
«El comportamiento de hinchas mejoró notablemente desde los ’80. Ahora los fans de Liverpool son de los más pasionales y queridos en Europa, también por su campaña contra la subida de precios en los tickets», explicó a dpa el portavoz de la FSF, Michael Brunskill.
Con la Premier League en 1992, llegaron los aumentos de la mano de la globalización y la cultura del consumo en el Reino Unido. Y Liverpool, tradicionalmente un equipo de las clases trabajadoras del noroeste de Inglaterra, no fue ajeno al fenómeno global: el tradicional himno «You’ll never walk alone» pasó a ser su emblema mundial tras las tragedias de Heysel y de Hillsborough (1989) y consolidó a su hinchada como una de las más pasionales y románticas del mundo.
«El fútbol inglés cambió su cara en los últimos años porque empezó a dirigirse a un público internacional. Ahora un club como Liverpool puede vender casi tantas camisetas como Real Madrid o Barcelona», comentó en su cerrado acento liverpuliano Ross Langley, que está acostumbrado a compartir su tribuna en Alfield con turistas asiáticos.
La cultura futbolística también sufrió una positiva transformación desde Heysel, al punto que hinchadas rivales ahora conviven pacíficamente en los mismos ambientes durante los partidos. «En la época de mi padre (años ’80) no se podía ir a un pub de Londres con la bufanda de Liverpool, pero hoy yo voy con mis amigos sin problemas», añade Stevens, hincha «Red» que vive cerca del estadio de Tottenham, en el norte de Londres.
A 2.700 kilómetros de Anfield, en las calles y bares de Kiev, será difícil encontrar un simpatizante inglés que no sea del Liverpool. Se esperan decenas de miles de hinchas rojos hermanados por un amor propio y un orgullo que vienen de su rica y también conflictiva historia. En el campo, el entrenador Jürgen Klopp, Mo Salah y compañía están seguros de una cosa: nunca caminarán solos.
Por Santiago Peluffo Soneyra (dpa)