Crisis agrícola y vacas sagradas, ¿un doble golpe para Modi en India?

Jewar, Uttar Pradesh (dpa) – Ganaderos furiosos encerraron a vacas y toros en escuelas y edificios gubernamentales, protagonizando insólitas escenas durante los últimos meses en el estado de Uttar Pradesh, en India, un país en el que la llamada «crisis de las vacas» golpea a las comunidades agrícolas.

Al oponerse al sacrificio y la venta del ganado lechero viejo o improductivo, el Gobierno nacionalista desencadenó el aumento de grupos radicales que «vigilan» que los bovinos no sean llevados al matadero. Todo ello provocó que los ganaderos simplemente abandonen a su suerte a las reses improductivas.

Grandes extensiones de trigo, legumbres y cultivos de caña de azúcar, entre otros, fueron destruidas por ganado callejero, mientras que cientos de vacas murieron por enfermedad y desnutrición o en accidentes de tráfico.

Los agricultores de los principales estados agrícolas como Uttar Pradesh se turnan para vigilar sus campos -también de noche- y evitar que sean «atacados» por el ganado errante.

A unos 100 kilómetros de la capital, Nueva Delhi, en la región de Jewar, Ved Pal Singh, de 70 años de edad, señala con su bastón el trigo mordisqueado, las huellas de pezuñas y, a lo lejos, la docena de vacas «asaltantes» que se pasean por los campos limítrofes.

«Acabo de echar a estas vacas, no están a cargo de nadie. Podrías venir a las 10 de la noche y encontrarme aquí persiguiendo ganado callejero. Los agricultores estamos sufriendo una gran pérdida financiera y de rendimiento por su causa».

Esas mismas reses callejeras atacaron a tres personas en la zona, y una mujer incluso fue embestida y herida mortalmente por una de las vacas.

Por su parte, el ganadero Vijay Singh, confirma que se sigue con la práctica de abandonar el ganado viejo o improductivo, y añade que la falta de acción de las autoridades está provocando que los animales arrasen los cultivos.

«Como hindúes tenemos prohibido dañar a las vacas así que se suelen buscar zonas desoladas, las escuelas y pequeñas clínicas abandonadas, al no estar vigiladas, suelen ser unas las áreas elegidas», dice.

India siempre ha tenido un problema de ganado callejero -a menudo pueden verse reses abandonadas tanto en las ciudades como en el campo comiendo basura a ambos lados de la carretera-, pero el problema ha alcanzado un nuevo punto álgido.

El partido nacionalista hindú, el Bharatiya Janata Party (BJP) del primer ministro Narendra Modi, que llegó al poder en 2014, declaró como prioridad la protección de las vacas para reforzar así el apoyo de la población hindú a su partido, pero la medida provocó la reacción violenta de los agricultores.

En Uttar Pradesh, como en la mayoría de los estados de India, el sacrificio de vacas está prohibido, pero hasta ahora siempre podían encontrarse mataderos ilegales donde los ganaderos vendían sus vacas cuando dejaban de producir leche.

Los miembros de la minoría musulmana del país solían ser los propietarios de los mataderos y se encargaban de transportar el ganado a los mismos.

Con el aumento de las medidas de protección a las vacas, se registró un incremento de los ataques a los camiones que transportaban ganado por parte de los vigilantes hindúes «protectores de vacas» que asustaron a los comerciantes y paralizaron el mercado.

Entre 2015 y 2018, un total de 44 personas, 36 de ellas musulmanas, fueron asesinadas en India en este tipo de ataques, según un informe de Human Rights Watch.

En 2017, el jefe del Gobierno de Uttar Pradesh y sacerdote de la línea dura hindú, Yogi Adityanath, también del BJP, presionó para que se hiciera cumplir más estrictamente la prohibición, lo que provocó el cierre de los mataderos ilegales.

Los ganaderos que no podían continuar alimentando a su ganado después de que dejaran de dar leche optaron por soltar a las reses clandestinamente, dejando que se alejaran de sus granjas.

La llamada «angustia agraria» -el aumento de los costos y la caída de los precios de los cultivos a los que se enfrentan los agricultores- se ha convertido en uno de los temas centrales de las elecciones indias en curso.

El BJP, que el invierno pasado perdió las elecciones en estados clave donde la agricultura es uno de los pilares económicos, está tratando de recuperar esta base crítica de votantes, ya que la crisis del ganado callejero está afectando a gran parte de los más de 260 millones de agricultores de la India.

Uttar Pradesh es un estado vital políticamente hablando, ya que designa a 80 de los 543 legisladores del Parlamento indio. La principal líder de la oposición en el Congreso, Priyanka Gandhi, ha hecho de la amenaza que supone el ganado callejero un tema preponderante en sus mítines de campaña.

Los agricultores de Jewar, que estiman que las pérdidas causadas por el ganado errante a sus cosechas alcanzan una cuarta parte de su producción, se enfrenten ahora a un dilema.

«Sacrificar vacas está mal. Los hindúes tratamos a la vaca como a nuestra propia madre, pero al menos antes las reses tenían un final digno -cuando uno podía deshacerse de ellas en el matadero-. Ahora el ganado viejo es perseguido, golpeado y abandonado a su suerte en las carreteras», dice Vijay Singh.

En las tierras del templo de Jewar se ha establecido un refugio temporal para las vacas, pero los locales dicen que muchas han muerto de enfermedad o de hambre por falta de fondos para el forraje.

Hordas de ganado callejero son llevadas al refugio, en el que queda ya poco espacio, donde el número de reses casi duplica las 190 que había en diciembre pasado, según los trabajadores.

El Gobierno regional ha introducido un impuesto para el bienestar de las vacas. Con lo recaudado prevé construir y mantener refugios para el ganado, pero muchos creen que la medida llega tarde.

Agricultores y ganaderos parecen tener una opinión dividida sobre la crisis y sobre lo que votarán las próximas elecciones. El hijo de Singh, Arvind, apoya la introducción del nuevo impuesto, aunque estima que esta crisis le ha hecho perder 50.000 rupias (1.020 dólares), una sexta parte de sus ingresos esta temporada.

«Después de todo, los ganaderos somos quienes abandonan a las vacas. Somos responsables del problema, así que debemos ser parte de la solución. Además, hacen falta más refugios», agrega.

Algunos agricultores están tan furiosos que se refieren al ganado callejero como «Modi» -el primer ministro- o «Yogi» -el líder del Gobierno de Uttar Pradesh-, según la página de noticias Scroll.

«Cuando un ternero entra en uno de nuestros cultivos lo llamamos Yogi», dice el agricultor Deshpal Rana. «Si quien lo hace es una res adulta, lo llamamos Modi».

Por Siddhartha Kumar (dpa)

Foto: Nick Kaiser/dpa