El mercado de divisas y de valores ha sufrido importantes cambios en los últimos años. La implantación y la evolución de las nuevas tecnologías no solo ha permitido que un mayor público puede acercarse al terreno de las finanzas y la especulación, también ha propiciado el nacimiento de nuevos productos y formas de dinero. Y, por supuesto, no podemos ver un ejemplo mejor que el de las criptomonedas.
El conocido como dinero virtual, con el Bitcoin a la cabeza como el gran abanderado, lleva años haciendo acto de presencia en cada vez más terrenos. Su volumen a nivel de valor y la normalización de su concepto han hecho que cada vez más negocios decidan usarlo como moneda, pero también que el mercado bursátil centre en él sus miradas de una forma más que natural. Mueve mucho dinero con gran facilidad y, además, tiene importantes fluctuaciones.
No son pocos los que buscan la forma de empezar a sacar partido de los movimientos de estas formas de dinero. De hecho, hay quienes comienzan ya a invertir en criptomonedas con cuentas demo para experimentar y tantear tranquilamente antes de lanzarse al ruedo con mayor seriedad. Lo cierto es que es una buena forma de aprender y observar el comportamiento del Bitcoin y de otras tantas monedas digitales, pero no termina de ser tampoco el más fiable.
A pesar de que mantiene una fortaleza bastante elevada, lo que acompaña a su valor, la cabeza visible y máxima representante de las ciberdivisas está demostrando no ser algo tan robusto como pudiera parecer. La inestabilidad del Bitcoin hace que sea un producto arriesgado en el que invertir, sobre todo si se tiene intención de generar beneficio a largo plazo. Dada su naturaleza y sus movimientos en el mercado, es el foco perfecto para estrategias cortoplacistas.
Tan solo hay que observar cómo su valor cayó en picado a comienzos de 2018, pasando de costar más de 14.000 euros a valer actualmente menos de 6.000. Si a eso le sumamos repuntes o caídas puntuales, como la de comienzos de septiembre, que supuso todo un desplome para la moneda, se hace prácticamente imposible hacer un vaticinio sobre su comportamiento en lo que resta del año.
La tendencia general es al alza, y algunos expertos aseguran que la moneda romperá el techo de cara a finales de año, alcanzando incluso los 30.000 euros de valor tras un desplome que la llevaría hasta los 5.000, cosa que ya ha sucedido. Por eso, el optimismo envuelve a este entorno, animando a los interesados a invertir ahora para esperar buenos resultados de cara a finales de 2018; pero hay que ir con pies de plomo.
Un fuerte apoyo para este posible crecimiento viene por parte de las grandes compañías. La presencia de las criptodivisas es cada vez mayor, lo que permite al público familiarizarse y, sobre todo, confiar en ellas. Podemos tomar como claro ejemplo a la red social más grande del mundo. Tras un bloqueo temporal, ahora Facebook no se opone a alojar publicidad de criptomonedas, convirtiéndose en el lugar donde la mayoría de estas se centran para ganar en presencia. Uno bastante fructífero, dicho sea de paso, dado que reúne a más de 2.000 millones de usuarios activos. O lo que es lo mismo, 4.000 millones de ojos.
Es un buen momento para invertir en ellas, sobre todo en el Bitcoin, dado que ya han pasado la caída y ahora comienzan a mirar hacia arriba. De hecho, también es muy buen momento para aprovechar los cajeros y echangers para cambiar moneda real por virtual. Aunque en España no es fácil encontrarlos, dado que los hay contados y en pocas localidades, al menos sí contamos con los más importantes y fiables del sector.
Firmas como Genesis Coin, General Bytes, Lamassu o Coinsource son las más fiables y favoritas de los profesionales. Cualquiera puede acceder a sus servicios en cajeros físicos disponibles en ciudades como Málaga, Marbella, Madrid, Valencia o Barcelona; pero la naturaleza de estas plataformas hace que se recurra mucho más al cambio a través de internet.
Sucede sobre todo con el Bitcoin, dado que su valor es demasiado elevado como para realizar cambios con facilidad en instalaciones físicas. El público suele optar sobre todo por las webs y los bróker para hacer este tipo de cambio, aprovechando además para invertir y comenzar a jugar con la naturaleza fluctuante de las criptodivisas.
Puede que a comienzos de año no fuera la época más recomendable, pero tras la bajada, toca subir. Ahora es una época casi perfecta para realizar una inversión; no obstante, hay que andarse con mil ojos y observar con detenimiento, ya que la estabilidad brilla por su ausencia.