Por Dorothée Waechter (dpa) – Siempre es difícil despedirse del verano, porque empieza la época de los días cortos y las bajas temperaturas. Sin embargo, también en otoño hay flores hermosas que se pueden plantar en macetas. Y lo bonito es esto: «Ninguna otra época del año tiene tantos tonos tan especiales como el otoño», explica Esther Herr, autora de libros sobre jardinería. El espectro de colores de las flores va de un naranja cálido hasta un rojo intenso, de un magenta chillón hasta un rosa suave, de un azul lavanda hasta un violeta de zarzamora.
Entre los clásicos para la maceta en el balcón en otoño figuran los brezos. «Hay tres clases de brezos: brezo de verano, brezo de invierno y brezo de turbera», explica el jardinero alemán Reiner Höpken. Él recomienda especialmente el brezo que desarrolla capullos. Ese tipo de brezo tiene capullos coloreados que no se abren, de modo que los colores se conservan durante mucho tiempo y el brezo no se marchita.
También pueden elegirse asteres que florecen en otoño o en invierno. Höpken recomienda no comenzar a plantar muy temprano crisantemos, porque estas flores se pueden conseguir hasta en invierno, por lo que pueden dar una nueva variedad a las macetas en esta época del año. Los ciclámenes con hojas cuyos patrones son muy llamativos aguantan muy bien el frío y las primeras temperaturas bajo cero. Al igual que todas las flores de otoño, lo mejor es comprarlas cuando aún tienen capullos, para que el esplendor dure más tiempo.
«La oferta crece sobre todo en el ámbito de los pequeños arbustos», dice Höpken. «Se pueden combinar muy bien con especies de sedum, tales como el sedum floriferum o el Red Canyon», explica Herr, la autora de libros sobre jardinería. Como gramíneas se pueden elegir plantas de la especie colorida cárex o festuca. En otoño crece, además, la sericura roja, aunque esta planta es anual. En cuanto a las plantas leñosas, a Herr le gustan las de la especie caryopteris y el arbusto de las mariposas, que florecen hasta que comienzan las heladas.
Un aspecto importante en otoño son los colores de las hojas. Hay arbustos como el plumbago y la saxífraga que tienen un color otoñal especial. «También duran mucho los colores de la heuchera, el sedum y la euphorbia», dice Herr. En algunos casos, el tiempo otoñal incluso resalta aún más el colorido.
«Las matas de bayas no deben faltar», dice Höpken. La gaultheria lleva bayas rojas que dan cierto aspecto navideño. La gaultheria mucronata tiene grandes bayas blancas o rosas y se combinan muy bien con ciclámenes de color fucsia y brezo.
«En términos generales, los plantas que florecen en otoño son fáciles de cuidar», dice Herr. Sin embargo, necesitan siempre agua hasta que llegan las heladas y también cuando las temperaturas son templadas. Si los cepellones están congelados, conviene esperar hasta que se descongelen, recomienda la experta.
Las calabazas, que en el balcón duran varias semanas, aportan un fuerte colorido. Para evitar que se pudran o formen manchas en la parte de abajo, hay que secarlas de vez en cuando con un trapo. Las manzanas maduras también son decorativas. Herr recomienda perforar con un destornillador castañas, bellotas y hayucos y ensartarlos en un pincho de madera. La tierra entre las plantas se puede cubrir con lúpulo maduro, piñas y amentos de aliso.
