Cecchinato sorprende y escribe la historia de su vida en París

París, 6 jun (dpa) – «Vi fantasmas», respondió el italiano Marco Cecchinato a la pregunta de qué se le pasó por la cabeza cuando Novak Djokovic, al que derrotó el martes en cuartos de final del Abierto de tenis de Francia, sirvió sus bolas de set en el cuarto.

Cecchinato, número 72 del ranking, había ganado los dos primeros sets, pero el serbio replicó en el tercero con un implacable 6-1. En el cuarto, un break de entrada le dio una ventaja que parecía imponer la lógica: que el ex número uno terminaría ganando en cinco mangas.

Sin embargo, el italiano de 25 años no estaba dispuesto a dejar escapar otro gran triunfo. Y en el tie-break levantó tres bolas de set. Y convirtió él, ya cuando la tarde caía, su cuarto match point.

«Es difícil de explicar. Porque ahora me doy cuenta del momento, porque jugaré la semifinal de Roland Garros. Es difícil explicar la emoción», dijo Cecchinato, hincha del Milan, en la rueda de prensa tras la victoria.

Desconocido para la gran parte del público hasta este torneo, Cecchinato era pura emoción. Allí estaba él, atendiendo las preguntas de periodistas de medio mundo, sin creerse muy bien que había alcanzado las semifinales en París después de ese primer partido frente al rumano Marius Copil.

Una ronda más tarde, puso fin a la historia del argentino Marco Trungelliti -que había causado sensación por su viaje de Barcelona a París en coche para jugar en el cuadro principal- y comenzó a instalar la suya con triunfos más improbables: ante el español Pablo Carreño y luego ante el belga David Goffin.

«Está jugando el tenis de su vida», había dicho Djokovic antes de enfrentarse a él.

Porque Cecchinato, en efecto, parece vivir sus mejores días, o cuando menos sus 15 minutos de fama.

Ningún jugador italiano había llegado a semifinales en París desde 1978. No fueron Fabio Fognini, Andreas Seppi o incluso un combativo Simone Bolelli, tenistas hasta hace unos días más conocidos que él, quienes rompieron la racha.

«Creo que esto ha cambiado mi vida», confesó Cecchinato, el semifinalista ranking más bajo en París desde el ruso Andrei Medvedev -que era 100 del mundo- en 1999.

El italiano, que en la adolescencia tenía como ídolos al futbolista Kaká y al ruso Marat Safin, estaba tan dichoso como abrumado. No quiere relatos disonantes. No quiere tocar el tema de la acusación de amaño de partidos que afrontó en 2016.

Cecchinato llegó a ser sancionado, pero el castigo se cayó por irregularidades. Dos años después, cuando es semifinalista en París, él no quiere saber nada.

«Me preguntas nuevamente», le dice al periodista. «El otro día también, y te dije que no quería hablar de eso. Quiero pensar en este momento de mi vida. La próxima vez, no, por favor. Gracias», corta tajante.

Las carcajadas llegan, en cambio, cuando recuerda que venció al austríaco Dominic Thiem, su rival el viernes, en un Futures, la categoría más baja de torneos.

«Me acuerdo de este partido, ¿y por qué no? Quiero creer que puedo derrotar a Dominic Thiem», dijo.

Cecchinato sonríe cuando le señalan que se meterá entre los 30 primeros del ranking y que probablemente entrará en el cuadro principal de Wimbledon, el tercer grande del año. ¿Qué hará después de sacudir el circuito?

«Después de Roland Garros, necesito un poco de descanso y dimensionar el momento, ya veremos qué pasa con mi vida», explica el italiano, que vive días de ensueño en París.

Por Manuel Dueñas (dpa)