Cayo Lara, ex coordinador de IU federal, mostró en Oviedo el apoyo a la candidata de Asturias por la Izquierda, sin ningún género de dudas, y apostó por una Izquierda Unida con historia, raices, propuestas y entroncada en la sociedad y las instituciones asturianas. A juicio del ex coordinador de IU es necesario una presencia fuerte de Izquierda Unida tanto en los municipios como en el Principado, que sirva, a su vez para reforzar una mayoría parlamentaria en el Congreso de los diputados para, entre otras cosas, eliminar el techo de gasto impuesto a los ayuntamientos, conseguir una ley de financiación local o llevar adelante una política fiscal estatal más progresiva, mayor inversión en I+D+I, en infraestructuras, en políticas sociales… medidas estas últimas recogidas en los presupuestos estatales que fueron tumbados por la derecha y los nacionalistas.
El ex coordinador de IU invitó a los asturianos a no creerse “las milongas” de los partidos de la derecha cuando hablan de una bajada de impuestos generalizada ya que sin éstos “no es posible” el desarrollo del estado social y la calidad de los servicios y, sobre todo, una vida más justa. A su juicio es obligado que los asturianos apuntales una mayoría parlamentaria en la que IU tenga una fuerza importante, teniendo una mayor influencia en los municipios y la comunidad autónoma.
El ex coordinador de IU recordó que las candidaturas de IU no son un viento nuevo, sino una fuerza que aporta seguridades y garantías, que no “venden humo”, que tienen sus raíces en el suelo. “Cuando se vende humo se produce la frustación y detrás de ella viene la extrema derecha”, concluyó.
A preguntas de los periodistas sobre los resultados de la confluencia con Podemos, el ex coordinador federal aseguró que las políticas de unidad deben ser queridas por todas las partes y deben surgir por la base, en las luchas sociales y sindicales, y, a posteriori, realizarse los pactos electorales. “Debemos hacer una reflexión muy profunda”, dijo Lara. También indicó, como militante de base, que tiene “la percepción como muchos ciudadanos” de que las condiciones del acuerdo con Podemos de 2016 no fueron “las más justas posibles”.