Categoría: Entrevistas

  • Pasquet: «En Alemania faltan mujeres directoras de orquesta»

    Pasquet: «En Alemania faltan mujeres directoras de orquesta»

    Weimar (Alemania), 1 ene (dpa) – Las mujeres no sólo están en minoría en las profesiones técnicas. También la dirección de orquestas es cosa de hombres. Según dijo el uruguayo Nicolás Pasquet, profesor de dirección de orquesta en Weimar, en entrevista con dpa, otros países están claramente más avanzados en ese sentido que Alemania.

    Foto: Hendrik Schmidt/dpa-Zentralbild/dpa

    Pasquet considera que sobre todo las escuelas y las escuelas de música tienen la responsabilidad de prestar atención a las dotes para dirigir de las mujeres y fomentarlas.

    dpa: El Teatro Altenburg-Gera justo está buscando un nuevo director musical general. Entre los más de 100 postulantes, solo hay tres mujeres. ¿Por qué hay tan pocas mujeres que dirigen?

    Pasquet: La profesión de directora no existe desde hace tanto. Esta tarea fue tradicionalmente cosa de hombres. Eso está cambiando ahora y ya han surgido directoras muy prestigiosas. Piense por ejemplo en Simone Young y Joana Mallwitz. Alemania perdió el tren y está muy por detrás de países como Finlandia. Seguramente se debe al conservadurismo que hay aquí. Pero soy optimista y creo que en ese ámbito algunas cosas cambiarán en favor de las mujeres.

    dpa: En las cifras de la Escuela Superior de Música de Weimar aún no se perciben cambios. De los 27 estudiantes inscriptos en la cátedra de dirección de orquesta, solo una es mujer.

    Pasquet: Aspiramos a tener muchas directoras en Weimar. Pero las pruebas de ingreso se realizan de manera tal que solo entran los mejores. La última vez ninguna mujer estaba preparada para la admisión. Me duele el corazón, pero en la prueba somos igual de estrictos con los hombres que con las mujeres. Le debemos eso a los jóvenes. Después de todo, nos confiaron los mejores años de su vida, queremos fomentar que les vaya bien en su profesión. Y que lo logramos queda demostrado en egresadas exitosas como Marie Jacquot, que desde hace poco es directora de orquesta en la Ópera Alemana del Rin.

    dpa: ¿Eso quiere decir que mucho antes de ingresar a las escuelas superiores habría que entusiasmar más a las mujeres por la dirección?

    Pasquet: Sin dudas lo que ocurre es que son más los hombres que las mujeres que se interesan por esta profesión. Solo aproximadamente un diez por ciento de los postulantes para esas plazas de estudio son mujeres. Y eso que por lo demás en lo musical tenemos un porcentaje alto de mujeres. En la orquesta de la escuela, por ejemplo, en los violines tenemos un 80 por ciento de mujeres. Para dirigir hace falta valor y marcada voluntad de liderazgo para pararse delante de una orquesta e imponerse con cien músicos de primer nivel. Pero a fin de cuentas también hace falta talento para ello.

    dpa: ¿Cómo pueden fomentarse mejor esos talentos en las mujeres? ¿Hacen falta cupos en las escuelas para romper el dominio masculino?

    Pasquet: Un cupo me parecería discriminatorio. Después de todo, el talento debe descubrirse en la escuela superior y fomentarse mucho antes de la prueba de admisión. En ese sentido, los colegios y escuelas superiores tienen una gran responsabilidad. Es necesario sensibilizar allí a los maestros para que tomen más en cuenta el talento también en el caso de las niñas.

    Nicolás Pasquet es profesor de dirección de orquesta en la Escuela superior de Música «Franz Liszt» de Weimar y director de la orquesta de la escuela desde 1994. Nació en Montevideo en 1958 y estudió violín y dirección de orquesta en Uruguay. Luego continuó sus estudios en Stuttgart y Núremberg, Alemania. Además de su tarea como docente, trabaja dirigiendo orquestas.

    Por Andreas Hummel (dpa)

     

  • Sebastião Salgado: «La destrucción de la naturaleza se puede revertir»

    Sebastião Salgado: «La destrucción de la naturaleza se puede revertir»

    El fotógrafo Sebastião Salgado, delante de una de sus fotografías en la muestra de su proyecto «Génesis» en una galería de arte de Berlín. Foto: Maurizio Gambarini/dpa

    Rio de Janeiro/Fráncfort (dpa) – Como fotógrafo, la humanidad prácticamente lo llevó al borde de la desesperación. Como ambientalista, es optimista.

    Sebastião Salgado, que será distinguido con el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes el 20 de octubre en la Feria del Libro de Fráncfort, quizá no cree en el ser humano como especie, pero sí en la fuerza de la naturaleza.

    «La destrucción de la naturaleza se puede revertir», dice Salgado, de 75 años, en entrevista con dpa. «Tenemos suficientes recursos, suficiente dinero, suficiente saber, suficiente tecnología para reconstruir lo que destruimos».

    No cree que pronto pueda ser demasiado tarde. «Si creemos en un ‘point of no return’, nos desesperamos. Tenemos que tener esperanza. Y empezar a trabajar». Él mismo lo hace con el «Instituto Terra».

    dpa: ¿Qué siente cuando ve los incendios en su país natal Brasil?

    Salgado: Me siento muy mal. En los últimos 50 años destruimos el 19 por ciento de la selva amazónica en Brasil. Es un desastre. Los desmontes por incendios se producen sobre todo en las márgenes del Amazonas, allí donde están los agricultores. Avanzan en el Amazonas como termitas. Debemos detenerlos.

    dpa: ¿Qué papel tiene, en su opinión, el presidente de Brasil Jair Bolsonaro?

    Salgado: Fue a instancia suya que los agricultores decidieron intervenir en la selva. Ya como candidato habló del potencial de la selva amazónica sin respeto por los territorios de los pueblos originarios. El Amazonas es una selva tropical, es húmedo, no arde cuando uno lo prende fuego. Antes de que arda, hay que talarlo y secarlo.

    dpa: ¿Qué debe ocurrir para detener estos desmontes por incendio?

    Salgado: ¡El mundo debe presionar! Brasil es una democracia. Bolsonaro no es un dictador. Cuando otros estados ejercen presión, eso tiene un efecto. La clave es la economía. Brasil quiere exportar sus productos agrícolas. Si los agricultores no los pueden exportar, Brasil escuchará el mensaje.

    dpa: ¿Qué papel puede jugar Europa?

    Salgado: Los europeos no deberían cerrar ningún acuerdo comercial con los brasileños sin poner condiciones. Y las condiciones deben ser: respeten la selva amazónica, respeten a los habitantes originarios, respeten el medio ambiente. Quizá eso ponga en marcha un cambio en el modo de pensar.

    dpa: Hablando de cambio en el modo de pensar, en el documental sobre usted («La sal de la tierra», 2014), dice: «La humanidad es tan cruel, no nos merecemos vivir». ¿Cambió de opinión?

    Salgado: En esa época no me sentía muy bien. Había perdido la fe en la especie humana. Vi cosas tan terribles, tanta brutalidad, tanta violencia. Mi mente y mi alma estaban enfermos. Pero cuanto más creció el «Instituto Terra», más cambió eso. Hoy tengo más esperanza y soy más feliz.

    dpa: Hace casi 30 años comenzó a recuperar la finca de sus padres. ¿Cómo trabaja el «Instituto Terra»?

    Salgado: Plantamos más de dos millones de árboles. Recogemos semillas allí donde aún existen ciertos árboles, los cultivamos, los plantamos y los regamos. ¡Y los animales regresan! No sólo porque nosotros los llevamos, sino que volvieron por sí mismos. Ahora tenemos 170 especies de aves, yacarés, yaguares, monos. Eso hizo que mi vida fuera mucho más feliz y mucho más importante.

    dpa: Entonces, ¿usted no necesariamente cree en el ser humano pero sí en la naturaleza?

    Salgado: Descubrí que en este planeta no sólo hay seres humanos. Antes sólo fotografiaba personas. Pero entonces descubrí las hormigas, los pájaros, los monos, los yacarés. Todos ellos son tan importantes para el planeta. Todos son importantes, no sólo mi especie. Pase lo que pase con nosotros, el planeta seguirá estando. Desde que sé eso, puedo vivir en paz.

    dpa: ¿Aún podemos detener la destrucción de nuestro entorno?

    Salgado: Tenemos que reconstruir la biodiversidad. Podemos hacerlo. Debemos hacerlo. En el «Instituto Terra» demostramos que se puede. Esa es mi mayor esperanza hoy: Que entendamos que la destrucción de la naturaleza se puede revertir. Tenemos suficientes recursos, suficiente dinero, suficiente saber, suficiente tecnología para reconstruir lo que destruimos. Si creemos en un «point of no retun», nos desesperamos. Tenemos que tener esperanza. Y empezar a trabajar.

    dpa: ¿Qué puede aportar la fotografía en ese sentido?

    Salgado: Sola, nada. Puedo tomar una imagen que le guste a las personas. Quizá también una que las conmueva. Pero eso no es nada. Tiene que ser parte de un movimiento, junto con este texto, la voluntad de gobiernos, el compromiso de organizaciones. Quizá puedo poner en marcha algo.

    dpa: ¿Cuál es su próximo proyecto como fotógrafo?

    Salgado: En los últimos años fotografié la Amazonía. Las últimas imágenes las tomé en junio. Ahora estamos visualizando y editando el material. Estamos preparando un libro que se publicará en 2021 y una serie de exposiciones en todo el mundo. Queremos crear consciencia sobre lo maravillosas y diversas que son la naturaleza y las personas allí, para que aprendamos a quererlas y podamos defender la Amazonía.

    SOBRE SEBASTIAO SALGADO:

    Nació en 1944 en el estado brasileño de Minas Gerais. Creció en una granja. Por su lucha contra la dictadura militar, en 1969 emigró con su esposa Lelia a París. La pareja tiene dos hijos. Salgado estudió Economía. En 1973, abandonó la profesión para trabajar como fotógrafo. Entre otras cosas, fotografió campos petrolíferos ardiendo en Kuwait, el genocidio en Ruanda o las condiciones infrahumanas de trabajo en las minas de oro. Tras una crisis espiritual, a principios de los 90 regresó con su familia a Brasil, donde fundaron el «Instituto Terra». El 20 de octubre Salgado recibe el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes en Fráncfort.

    Por Sandra Trauner (dpa)

     

  • Entrevista con Tommie C. Smith: Recordando el puño de «Black Power»

    Entrevista con Tommie C. Smith: Recordando el puño de «Black Power»

    Berlín/Atlanta (dpa) – El 16 de octubre de 1968 indudablemente representa el día más importante en la vida de Tommie C. Smith. Y casi 51 años después no ha caído en el olvido su icónico gesto durante los Juegos Olímpicos en México, convertido en uno de los símbolos más notables de la historia del deporte y en una de las más espectaculares protestas contra el racismo.

    Tanto él como su compatriota John Carlos subieron al podio sin zapatos, con calcetines negros, y luego, mientras comenzaba a sonar el himno nacional estadounidense, fijaron la mirada en el suelo y levantaron el puño con un guante negro hacia el cielo.

    Así, ante el asombro de 80.000 espectadores, ambos afroamericanos repudiaron la opresión a los negros y formularon un llamamiento a la igualdad de derechos.

    El 6 de junio pasado el campeón olímpico y plusmarquista mundial cumplió 75 años. Actualmente, Smith puede decir que está satisfecho con la vida. Se mantiene en buen estado físico, concurre a la iglesia local, juega con sus nietos, imparte conferencias y aún viaja al exterior.

    DPA: ¿Aún está orgulloso de su acción de protesta del 16 de octubre de 1968? ¿Qué sintió en el estadio? ¿Debió reunir entonces todo su valor sobre el podio?

    SMITH: Fue un encargo divino. Y sí, ¡no me arrepiento de nada! El testigo ha sido entregado a la generación más joven. Y sí: lo haría nuevamente. Y lo haría cada día.

    DPA: ¿Hubo por entonces y hay hasta ahora reacciones especiales desde Alemania?

    SMITH: El mundo cambió desde 1968. Los hombres empiezan a reconocer y comprender que la igualdad de derechos y la unidad son importantes a nivel mundial, en cualquier lugar.

    DPA: Usted cumple 75 años. ¿Cuál es actualmente su rutina diaria?

    SMITH: Miro las noticias por televisión. Para mantenerme físicamente sano voy al gimnasio y realizo allí mis ejercicios. Y también hago algunas tareas del hogar, en el patio y en el jardín. Concurro a nuestra iglesia local, paso mucho tiempo con mi familia, con mis nietos y mi esposa. Todavía viajo por Estados Unidos y a veces al exterior, para dialogar allí con la gente.

    DPA: ¿Qué fue importante en su vida y que cuenta hoy especialmente?

    SMITH: Mi viaje espiritual es muy importante para mí. Además velo de forma consciente por hacer todo cuidado y con justicia. Al igual que antes, sigo comprometido con la libertad y la igualdad de derechos.

    DPA: ¿Dónde se encuentra actualmente su medalla de oro de 1968, tras 51 años?

    SMITH: En una caja de seguridad en mi ciudad natal Clarksville, en Texas.

    PERFIL:

    Tommie Smith es hasta la actualidad uno de los atletas más famosos de la historia del deporte, aunque tras su única victoria olímpica -el 16 de octubre de 1968 en 200 metros- terminó su carrera. El hombre nacido en Texas, y que actualmente reside en Stone Mountain, en Georgia, se hizo célebre por su protesta «Black Power» (Poder Negro), con el puño levantado en Ciudad de México. Posteriormente Smith fue suspendido y también blanco de hostilidades. Nunca volvió a disputar una carrera internacional y perdió su profesión de atleta. Luego se desempeñó como futbolista americano profesional. Se doctoró en Sociología y dicta conferencias en Estados Unidos y en el exterior. Su récord mundial en esos Juegos Olímpicos en Ciudad de México -19,83 segundos- recién sería superado 11 años más tarde por el italiano Pietro Mennea. El jueves pasado, 6 de junio, Smith celebró su 75 cumpleaños.

    Por Ralf Jarkowski (dpa)

    Foto: DB/dpa