Nueva York, 31 ago (dpa) – Primero el calor sofocante, luego el «warning» por quitarse la camiseta a la francesa Alize Cornet y por último la charla «motivadora» de un umpire al australiano Nick Kyrgios: los organizadores del Abierto de tenis de Estados Unidos no ganaron para disgustos en las primeras jornadas del último Grand Slam del año.
Las historias extra tenísticas por ahora superaron por goleada al juego en las primeras rondas del US Open y motivaron que las autoridades del torneo tuvieran que reaccionar rápido para disipar polémicas, no siempre con éxito.
El primer comunicado de la USTA (Federación de tenis de Estados Unidos) anunciando la política de calor extremo para los partidos masculinos con diez minutos de pausa entre el tercer y cuarto set apareció ya comenzada la jornada del martes, cuando los termómetros superaban los 35 grados y los jugadores combatían como podían las altas temperaturas, y luego disparaban desde los micrófonos.
«En días como estos, se trata un poco de supervivencia», sintetizó la alemana Angelique Kerber. «Jugar en estas condiciones es algo brutal», añadió el serbio Novak Djokovic. Más duro aún fue el argentino Leonardo Mayer, que abandonó su partido por un golpe de calor: «Hasta que no se muera alguien no van a parar».
Cuando no se habían acallado las voces por esa cuestión, la advertencia que recibió Cornet por quitarse y dar vuelta la camiseta que tenía puesta al revés en plena pista en su partido de primera ronda ganó el centro de la escena, con críticas por considerar que había sido una sanción sexista. Incluso, la WTA, la entidad que maneja el tenis femenino, expresó públicamente su defensa a la jugadora: «Alize no hizo nada malo».
La USTA volvió a emitir una comunicación el miércoles, esta vez con un pedido de disculpas y la aclaración de que la francesa no debió recibir el «warning». «Afortunadamente, sólo se le impuso una amonestación sin ninguna penalización ni multa», dijo el organismo, que este caso recibió la aprobación de la involucrada, que aceptó las disculpas.
Diferente fue la historia con el también francés Pierre-Hughes Herbert, que el jueves se sintió maltratado por el mensaje que brindó la organización tras la curiosa charla entre Kyrgios y el árbitro Mohamed Lahyani durante su partido con el australiano.
Como Kyrgios lucía desganado y en el tercer juego del segundo set no intentó responder los saques de Herbert cuando perdía 2-0, el umpire bajó de su silla para pedirle que cambiara su actitud y respetara al deporte y a los aficionados, comportamiento que muchos cuestionaron por entender que fue una «charla motivadora», tal como si se hubiese tratado de su entrenador.
Poco después del diálogo, Kyrgios comenzó una remontada que se coronó con la victoria. Las críticas al juez sueco de origen marroquí motivaron el comunicado de la USTA que irritó a Herbert. De acuerdo a la información oficial, el umpire bajó de la silla para hablar de cerca con Kyrgios por el ruido que había en el estadio y para verificar si se encontraba bien de salud o si necesitaba atención médica. Además, le advirtió que lo iba a sancionar si su aparente falta de interés en el partido continuaba.
«Estoy molesto con el comunicado de la USTA, que claramente nos está tomando por tontos», remarcó Herbert. «Todos escuchamos en el video como los dichos del umpire a Nick sobrepasan sus funciones», añadió el francés, que consideró que el árbitro debió haber recibido una sanción.
Herbert, además, aclaró que no estaba molesto con el australiano y que el incidente no había influido en su juego.
Kyrgios negó que las palabras de Lahyani hayan sido «coaching». «En absoluto», aseguró y contó que le árbitro le dijo que su actitud no era buena para la integridad del deporte y que no era una buena imagen. Además, destacó que le había pasado lo mismo en un partido que perdió en Shanghai ante el alemán Mischa Zverev por el que después fue multado por su falta de competitividad.
Hasta el suizo Roger Federer, próximo rival de Kyrgios, participó de la polémica. «No es labor del árbitro bajarse de la silla. Él se comporta de la manera en la que se comporta. Tú, como árbitro, tomas una decisión en la silla guste o no guste. Pero, en mi opinión, no vas y hablas así», dijo el campeón de 20 Grand Slam.
El asturiano Pablo Carreño, por caso, destacó que el diálogo le había parecido similar a las charlas que tiene con su entrenador y se solidarizó con el francés. «Me ha parecido muy extraño y en caso de ser Herbert, me hubiese sentado mal».
Su compatriota Carla Suárez, en cambio, valoró el gesto de Lahyani. «Creo que al árbitro le salió del alma», expresó Suárez. «Tal vez lo hizo porque no quería que el público viera a un Kyrgios así e intentó ayudarle de alguna manera para que jugara un poquito para el público, que paga su entrada para ver a los mejores jugadores», argumentó Suárez, que igualmente cree que el árbitro exageró con su reacción: «A lo mejor se le fue un poco la mano porque estuvo mucho tiempo».
El debate quedó caliente como el clima de Nueva York y promete seguir. Habrá que esperar para ver si finalmente el juego empieza a fluir en las pistas y el tenis por fin comienza a ganarle a las polémicas.
Por Ariel Greco (dpa)